Apenas el pasado 9 de agosto decíamos en esta misma columna que no entendíamos el por qué Fernando Blúmenkron Escobar, después de haber estado en “las grandes ligas” de la administración pública, había aceptado el cargo de director del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca.
“Por más que Fernando Blumenkron sea un excelente jurista, y con una fama de intachable, no se entiende por qué ponerlo en una posición tan desprestigiada y hasta peligrosa”, escribimos textualmente.
Con el título “Los tres jóvenes abogados”, hacíamos una remembranza de que cuando llegó como procurador de Justicia en el gobierno de Jorge Carrillo Olea, el polémico Carlos Peredo Merlo decidió confiar en tres jóvenes abogados: Rafael Borrego Díaz, José Luis Urióstegui Salgado y Fernando Blúmenkron Escobar.
El tercer joven abogado, Fernando Blumenkron Escobar, ha tenido una trayectoria ascendente: se quedó como encargado de despacho de la Procuraduría de Justicia tras la detención de Carlos Peredo Merlo; luego fue nombrado como director del Fideicomiso del Lago de Tequesquitengo y después como secretario técnico del gabinete.
Fue secretario de Seguridad Pública a nivel estatal y después emigró a la ciudad de México donde ingresó a la Procuraduría General de la República a nivel central, primero en la Oficialía Mayor, después en la Subsecretaría de Derechos Humanos y finalmente como director general de Atención a Víctimas del Delito.
Regresó a Morelos para ser designado magistrado del Tribunal Estatal Electoral del 2008 al 2014. De ahí ha desempeñado algunas “chambitas” en el programa Prospera y últimamente en el Instituto de Procesos Electorales y Participación Ciudadana.
“No sabemos exactamente por qué, pero después de andar en “las grandes ligas”, de tener una magistratura y de tener las características necesarias para hacerse cargo de cualquiera de las secretarías del Gobierno estatal, el (ya no tan) joven abogado viene a hacerse cargo de una dependencia que podría ser su tumba políticamente hablando”, nos atrevimos a vaticinar.
Y es que todo mundo sabe que el SAPAC ha venido sufriendo durante los últimos 20 años un saqueo descarado no sólo en lo que se refiere a ingresos económicos, sino también en agua que no se cobra, bombas que no se cambian, aviadores, etcétera.
Para empezar, el día que tomó protesta como director, recibió un sistema con 12 pozos sin energía eléctrica por falta de pago, y 26 colonias con graves problemas de desabasto. Ya el presidente municipal, Antonio Villalobos Adán, declaró que “la deuda del SAPAC con la CFE es impagable”.
Y cuando decimos que ocupar ese cargo es hasta peligroso, es porque no hay que olvidar que la penúltima directora, Isabel Sotelo, fue asesinada apenas unas semanas después de que dejó el cargo, lo mismo que un trabajador del área de control vehicular.
No en balde esa dependencia parece más bien un cuartel de la Policía, rodeada de guaruras que causan temor a las personas que acuden a pagar sus recibos, lo mismo que las camionetas al parecer blindadas, en las que se desplazan los altos funcionarios del Sistema de Agua Potable.
“En esa posición se requiere a un administrador (que tenga habilidades de mago) o bien un ingeniero hidráulico, y ni Blumenkron, ni su director operativo Alfredo Socorro, tienen esa profesión”, apuntamos.
Pues bien, como ya es del dominio público, ayer a las 11 de la mañana el director del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC), Fernando Blumenkron Escobar, anunció su renuncia al cargo junto con varios de sus directores.
Los funcionarios municipales, en rueda de prensa, confiaron que con su salida el alcalde apoye económicamente este organismo; de lo contrario advirtieron que están en riesgo de no pagarse las siguientes quincenas y aguinaldos a los 691 trabajadores de este organismo público descentralizado.
Este organismo arrastra deudas de más de 500 millones de pesos que pueden llevarlo en cualquier momento al colapso financiero, aseguró Blumenkron, pero “la gota que derramó el vaso”, según sus declaraciones, fue que la tesorería del ayuntamiento no le entregó los recursos económicos correspondientes al fondo cuatro para el SAPAC.
Por lo que decidió renunciar para que el presidente nombre a quién quiera y quién sí apoye económicamente y a quien sí se le entreguen los apoyos de fondos federales para que este organismo no colapse; porque dijo que actualmente no tienen recursos parar pagar las siguientes quincenas y el aguinaldo para cerrar este año (2019).
“En las demás deudas o pasivos del Sapac que tiene con otras instituciones, bajo fuertes discusiones, expusimos a la tesorería municipal las muchas necesidades del Sapac, y en base a eso exigimos las participaciones federales que por derecho nos corresponden a través del fondo cuatro, esto para poder sanear gradualmente todas las deudas y gastos extraordinarios, y también para eficientar el suministro del vital líquido a todos los usuarios, ya que es nuestra obligación hacerlo”, declaró a los medios de comunicación.
Coincidentemente, Fernando Blúmenkron declaró que sí tuvo apoyo del alcalde Antonio Villalobos, “pero no al cien por ciento” en tanto que el edil afirmó que el director de SAPAC cumplió “pero hacía falta mucho más”.
HASTA MAÑANA.