Tuvieron que pasar 70 años para que nos diéramos cuenta que las empresas productoras de alimentos y bebidas nos estaban llevando a una muerte lenta y silenciosa, pero además con una sensación de felicidad.
El 8 de noviembre de 2019 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley General de Salud, en materia de sobrepeso, obesidad y de etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas que establece un sistema frontal de advertencia, y el pasado 27 de marzo apareció en ese mismo órgano informativo oficial, la modificación a la Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010, Especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados-Información comercial y sanitaria, que llevaba 10 años en la congeladora.
La nueva normativa advierte que los productos preenvasados que ostenten uno o más sellos de advertencia o la leyenda de edulcorantes, no deben: a) incluir en la etiqueta personajes infantiles, animaciones, dibujos animados, celebridades, deportistas o mascotas, elementos interactivos, tales como, juegos visual – espaciales o descargas digitales, que, estando dirigidos a niños, inciten, promueven o fomenten el consumo, compra o elección de productos con exceso de nutrimentos críticos o con edulcorantes, y b) hacer referencia en la etiqueta a elementos ajenos al mismo con las mismas finalidades del párrafo anterior.
Esta Norma Oficial Mexicana tiene por objeto establecer la información comercial y sanitaria que debe contener el etiquetado del producto preenvasado destinado al consumidor final, de fabricación nacional o extranjera, comercializado en territorio nacional, así como determinar las características de dicha información y establecer un sistema de etiquetado frontal, el cual debe advertir de forma clara y veraz sobre el contenido de nutrimentos críticos e ingredientes que representan riesgos para su salud en un consumo excesivo.
Los que nacimos en el último cuarto del siglo pasado, ¿compramos los productos alimenticios por lo que eran o por la caricatura que venía en el empaque o las estampitas con las que podías completar tu álbum?
Las marcas han recurrido a personajes y mascotas para comunicarse con el consumidor por décadas, hecho que ha desatado elementos clave en diseño, para lograr comunicar en momentos donde la oferta en punto de venta, se ha convertido en una fuerte competencia por llamar la atención del consumidor.
La NOM-051 se ha actualizado y ahora, por ley, las marcas no podrán usar personajes en su etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas, por lo que empresas como Bimbo o Sabritas se tendrán que despedir de sus personajes como el Osito Bimbo o Chester Cheetos.
Pero no sólo eso, sino que (de la misma manera que los cigarros advierten que su consumo es nocivo para la salud), los productos deberán mostrar uno o dos sellos de advertencia por el contenido de grasas saturadas, altos niveles de azúcares y la presencia de edulcolorantes.
La comunicación a través del packaging (la envoltura) se ha vuelto cada vez más relevante, pues nos recuerda lo importante que es la codificación gráfica, materia que explica cómo los elementos visuales deben de tener la capacidad de comunicar los valores de la marca y lograr con ello una mayor identificación con el consumidor.
Esto nos lleva a revisar la teoría que argumenta la importancia de los envases, pues a través de ellos las marcas toman decisiones de compra y las compañías terminan por identificarse con el consumidor, estableciendo pautas de gran valor, sobre todo por lo importante que son hoy en día las tendencias de diseño que logren comunicar, en medio de restricciones como la prohibición en la carga de elementos visuales.
Esto tiene que llevarnos a pensar en el necesario diseño de estrategias, mediante las cuales un elemento visual sea no solo valioso, sino simple.
A partir de estos aspectos de simpleza, es que se han establecido referentes cada vez más importantes para comprender el consumo, actividad que nos ayuda a comprender el valor del mercado en momentos en que la comunicación puede valerse de la omnicanalidad.
El producto ahora será comprado por su composición y no por su imagen. Así que las marcas deben empezar a construir vínculos emocionales con base en algún otro elemento o símbolo, introduciéndose desde cero.
Ahora que estamos en cuarentena, hemos visto una serie en Netflix que se llama “Madmen (hombres de la calle Madison), que trata de las más importantes agencias de publicidad de Nueva York pero en los años cincuentas y principios de los sesentas.
En esa serie televisiva podemos ver cómo se les ocurriieron los “slogans” y recursos visuales de los productos que años más tarde serían los líderes del mercado a nivel mundial. Uno de los episodios más interesantes es cuando las autoridades sanitarias obligan a las empresas tabacaleras a modificar sus campañas publicitarias pues comienzan a darse cuenta que fumar es causa de cáncer.
Es entonces cuando las agencias más importantes de Estados Unidos buscan afanosamente la forma de que la gente siga fumando aun sabiendo que el cigarro es dañino. Y lo mismo ocurre con muchos productos, en los que la mercadotecnia es más importante que el producto mismo, y que una cosa que no sirve para nada puede dar mucho dinero si es que se sabe vender.
Después de ver esa serie nos damos cuenta por qué consumimos lo que consumimos (valga la redundancia). Comprendemos por qué un refresco de cola lo asociamos con la felicidad (la chispa de la vida), y por qué la palabra “recuérdame” quedó en la mente de millones de mexicanos que compramos ese pastelillo desde niños.
Ahora, a partir de la entrada en vigor de la nueva ley (en abril del próximo año), las nuevas generaciones de consumidores compraran los productos por las sustancias nutricionales que contienen, pero no porque sus hijos pequeños quieren el juguete que trae equis marca de cereal.
Con esto se espera que nuestros nietos (porque seguramente a los hijos los llenamos de “cajitas felices” cuando eran niños) tengan una alimentación más sana y no sean una generación de obesos y diabéticos.
HASTA MAÑANA.