Aunque todavía falta que el Partido Acción Nacional elija a su candidato a través del desgastante método del voto directo de los militantes, ya están en el escenario político los principales protagonistas de donde habrá de salir la persona que dirija los destinos de la capital de este estado los próximos tres años.
“Por orden de aparición”, tenemos primero a Matías Nazario, oaxaqueño con residencia desde hace muchos años en Morelos, quien para no andar pidiendo favores en el PRI o en Nueva Alianza, decidió hacer su propio partido con la ayuda del abogado Enrique Paredes y fue el primero en “destaparse” como precandidato único del Partido Movimiento Alternativa Social (MAS).
Diego Gómez Enríquez, cuernavacense joven que militó en el Partido Revolucionario Institucional y fue muy cercano a Manuel Martínez Garrigos. También hizo su propio partido al que le puso Mas Apoyo Social, pero como fue después que el de Paredes, no podrá usar las siglas MAS. Lo está apoyando Jorge Schiaffino, quien a su vez es gente de Joel Ayala Almeida, el líder de los sindicatos de burócratas a nivel nacional, actualmente senador por el PRI.
Carlos Martínez Cué, hermano de Fernando (pero sin las mismas mañas) se registró como precandidato por el partido denominado Redes Sociales Progresistas, que para nadie es un secreto que es el instituto político de la maestra Elba Esther Gordillo y lo maneja su hija Maricruz Montelongo y José Fernando González Sánchez. Por ahí andaba Manuel Gómez Vázquez, representante en Cuernavaca, también ex priísta.
Jorge Argüelles Victorero se registró el pasado sábado ante el comité directivo estatal del Partido Encuentro Social (PES). Aquí ya sabemos la historia: contra la voluntad del comité directivo y el consejo estatal (léase Gerardo Albarrán Cruz y Ariadna Vázquez), el PES suscribió un acuerdo con la dirigencia nacional de Morena para llevar un candidato común. La coalición fue impugnada ante el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac) y perdió en primera instancia, de tal manera que quien fuera priísta hasta 2017 pudo sin problemas registrarse como precandidato (se supone) por la Coalición Morena-PES-PNA.
El Partido Nueva Alianza pudo acomodarse bien y sin tanto alboroto en esta fórmula para garantizar el anhelado tres por ciento de la votación que le permita conservar el registro. Por cierto, nadie me ha sabido decir quién es “la mano que mece la cuna” en ese partido que formalmente está representado en Morelos por Zitlally Suárez Durán.
Así llegamos al Partido Acción Nacional, donde los hermanos Terrazas destaparon desde hace aproximadamente un mes al abogado José Luis Urióstegui Salgado, quien buscaría el cargo por tercera ocasión. Sin embargo, la llamada “Sagrada Familia” se inconformó y pidió que hubiera votaciones internas, de tal manera que el viernes se registró como aspirante Urióstegui Salgado y ayer domingo hizo lo propio Juan Pablo Adame Alemán, hijo del ex gobernador Marco Adame Castillo.
También el sábado hizo su aparición el Partido Fuerza por México, que es uno de los nuevos institutos políticos que lograron su registro a nivel nacional. Su propietario es el polémico empresario y “dirigente sindical” Pedro Haces, quien presume que es “el nuevo Fidel Velázquez” del país con la bendición de López Obrador.
Su secretario de organización a nivel nacional es nada menos que Ricardo Robledo, esposo de la senadora Lucía Meza Guzmán. Ambos trabajaron para el ex gobernador Graco Ramírez pero “saltaron del barco” oportunamente y lograron acomodarse en Morena y ahora en este nuevo partido “satélite” de Morena.
Bueno, pues ese partido se aventó la puntada de contratar como su abanderado al ex gobernador por el PAN, Sergio Estrada Cajigal Ramírez, y éste sugirió llevar como candidato a diputado federal (otra vez) al que fuera su empleado, el ingeniero Javier Bolaños Aguilar, quien llegó de Veracruz a trabajar primero en el Sistema de Agua Potable de Cuernavaca y después en la Comisión Estatal de Agua y Medio Ambiente, lo que parece una artimaña con fines meramente mercadológicos que busca garantizar la permanencia del nuevo partido de Pedro Haces.
Y es que se supone que cuando un partido decide que dos o más de sus candidatos compitan entre sí para ver quién gana, los perdedores del proceso interno se deben sumar al ganador para ir juntos a la elección constitucional, pero vemos difícil que esto ocurra después del 31 de enero, que es cuando competirán internamente Urióstegui y Adame.
El Partido Socialdemócrata (PSD) ya registró a Urióstegui y espera unirse al PAN para la votación constitucional. Por cierto, todos los integrantes del PSD deberían vestir una camiseta que diga: “El PSD ya no es de los Yáñez”, porque la gente no deja de relacionarlos.
Así va hasta el momento la lista de aspirantes a presidente municipal de Cuernavaca. Falta que den a conocer sus abanderados el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que sigue barajando nombres pero no se decide. El Partido de la Revolución Democrática que esta semana podría anunciar a Julio Yáñez, y Movimiento Ciudadano y el Partido Verde, que “mantienen sus cartas bajo la manga”.
No debemos de excluir de esta lista a Edgar Vargas Santiago, quien quedó formalmente registrado ante el Impepac como aspirante a presidente municipal de Cuernavaca por la vía independiente junto con la abogada Sara Olivia Parra Téllez. Le falta el requisito de las 12 mil firmas que deberá recabar en poco más de un mes, pero considero que sí lo puede lograr “el candidato del Facebook”.
El Partido del Trabajo se supone que lleva de candidato a Moctezuma Serratos, pero conociendo a Tania Valentina y a Javier López, en cualquier momento nos salen con alguna sorpresa.
¿Y Paco Moreno Merino? Lo último que supimos de él es que estaba en pláticas con el partido nuevo cuyo propietario es el heredero de los fundadores de la empresa “La Moderna”, en el estado de México.
Los demás partidos, los nuevos y los denominados “morralla”, andan buscando todavía personajes que les garanticen los votos necesarios para subsistir.
HASTA MAÑANA.