La enfermera contó primero por columnas y después una por una. Contó una tercera ocasión y exclamó: “Aquí faltan cuatro vacunas”.
El médico se puso nervioso y la apuró:
“¿Cómo van a faltar vacunas? Ándale apúrate que se nos va a hacer tarde”.
- Lo siento doctor, pero aquí faltan vacunas y yo no voy a ser responsable de esto- contestó la mujer vestida de blanco- voy a avisar a la superioridad.
- Tenemos el tiempo encima, están esperando las vacunas y no podemos perder tiempo haciendo un acta administrativa- insistió el galeno.
Era el mediodía del jueves 14 de enero pasado y la escena se desarrollaba en la llamada “cámara fría” del Hospital “Carlos Calero Elorduy”, que es donde resguardan todas las sustancias que requieren refrigeración, entre ellas, las vacunas contra el COVID de la marca Pfizer, enviadas por el gobierno federal para inmunizar al personal médico que está en la primera línea de la lucha contra el peligroso virus.
Lo primero que hicieron fue tratar de localizar las vacunas cuyo valor normal está entre 14 y 19 dólares, pero que por las circunstancias actuales de la pandemia se podría vender en el “mercado negro” hasta en unos cinco mil pesos cada una.
Cuando vieron que no aparecían por ningún lado, alrededor de las cuatro de la tarde le avisaron a la delegada del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), en Morelos, Verónica Solano Flores, quien pidió que esa información no saliera de ahí pues era algo muy delicado.
Pero era imposible evitar la filtración. Durante la tarde noche de ese día jueves la versión de que “se habían robado vacunas” de las instalaciones del hospital que recientemente había reinaugurado el presidente Andrés Manuel López Obrador, era compartida por trabajadores y personal médico bajo la condición de no divulgarla.
Fue hasta las 21:40 horas que el portal de Carmen Aristegui “soltó la bomba”:
“Morelos: Desaparecen cuatro vacunas contra coronavirus en el hospital que opera Sedena”, decía la nota firmada por la corresponsal Estrella Pedroza.
“Trabajadores del nosocomio, quienes pidieron resguardar su identidad por temor a represalias, denunciaron que fue al mediodía de este jueves que los encargados del manejo de las dosis se percataron de la ausencia de cuatro frascos de la vacuna Pfizer-BioNTech”, agregaba.
La especie no pudo ser confirmada por la autoridad correspondiente puesto que la delegada nunca contestó su teléfono hasta el lunes, cuando admitió “una diferencia en el número de vacunas”, e informó que ya se había iniciado una denuncia ante la Fiscalía General de la República.
“Alrededor de las cuatro de la tarde (de 14 de enero) me informan que traían extraviado algunas dosis de vacuna para covid19 en la clínica de Medicina Familiar de Cuernavaca deI ISSSTE (situada en Hospital General “Dr. Carlos Calero Elorduy”) en este momento yo me comunico con el jefe de la unidad jurídica Rafael Cuevas Pinzón le pedí que realizará las acciones legales procedentes los órganos jurisdiccionales competentes para que realizan la indagatoria”, dijo.
Además, indicó que la FGR ha llamado a declarar a trabajadores de base y de confianza y también ha solicitado sus expedientes laborales e identificación del biológico en general que fue entregaron a la Unidad Familiar para la aplicación de la vacuna.
“Hasta el momento han sido llamados a declarar por lo menos 15 personas, entre personal de base y de confianza, y se planea llamar a personal de seguridad que pertenece a una empresa privada contratada por el ISSSTE (…) entre ellos figura Antonio Mora García, director de la clínica de Medicina Familiar de Cuernavaca”, agregó.
Por otra parte, trabajadores del ISSSTE, que solicitaron resguardar su identidad, revelaron que los principales sospechosos son funcionarios del cuerpo de Gobierno del ISSSTE quienes tenían acceso directo a las vacunas, entre ellos figura “Armando Ramírez Saldívar, jefe del departamento de atención médica, debido a tuvo un comportamiento extraño el día previo a que se percataron del faltante”.
Además, “fue el primero en recibir el reporte de un faltante e intentó evitar que llegara a los superiores presionando al personal que contabilizó las vacunas (para iniciar con la jornada de vacunación) a que se minimizará la situación y continuar con el proceso argumentado que no había tiempo para eso”.
Los trabajadores, revelaron que en la zona donde está ubicada la cámara fría (donde se resguarda todo tipo vacunas incluidas las de COVID) no hay cámaras de videovigilancia por lo que es prácticamente imposible saber quién tuvo acceso y quién tomó las vacunas.
¿Quién es Armando Ramírez Saldívar? Es un personaje que ha combinado su profesión de médico con la actividad política, siempre en el Partido Revolucionario Institucional y siempre bajo la polémica.
Consejero Político Municipal de Cuernavaca; representante del PRI ante el Consejo Estatal Electoral en 1991, 1993, 2006 y 2012; secretario de Acción Electoral del Comité Directivo Estatal del PRI en 1993 y Secretario General del Comité Directivo Estatal del PRI; candidato a Diputado Plurinominal 1997 y de Mayoría Relativa por el IV Distrito Local en 2000 Candidato a Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI (1998); presidente del Instituto de Capacitación y Desarrollo Político del PRI; secretario particular del Rector de la UAEM en 1985; director de Salud Pública del Municipio de Cuernavaca; director general de Planeación de la Secretaria de Salud del Estado de Morelos, y delegado federal del ISSSTE en el Estado de Morelos, son algunos de los cargos que ha ostentado.
Sería muy lamentable que, al terminar la investigación que ya realiza la gente de Alejandro Gertz Manero, resulte que quien se robó unas vacunas sea un emblemático representante del partido que tanto ha criticado el presidente de la República.
HASTA MAÑANA.