Después de tres días de que se desarrolló la jornada electoral más numerosa de la historia, y tras “el luto” que normalmente se da en los partidos que no obtuvieron una victoria, muchos de los candidatos “perdedores” están haciendo cuentas de lo que recibieron del partido que los postuló y están llegando a una conclusión: ¿quién se quedó con el dinero?
El periodista David Monroy escribió a manera de broma en sus redes sociales, el siguiente aviso: “A los proveedores que aún les deben los partidos políticos (por propaganda, playeras, gorras) yo les aconsejaría que les pongan marcaje personal porque se les van a echar a correr…sobre todo los partidos que perderán su registro”.
Pero como dice el dicho: “Entre broma y broma la verdad se asoma”, y en este caso la realidad es que fueron varios millones de pesos los que el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac) entregó a los partidos con registro (tanto anteriores como nuevos), que “andan volando” y que difícilmente se sabrá en manos de quién quedaron.
Ayer comentábamos en este mismo espacio que lo que parecía ser un jugoso negocio ya no lo fue tanto por la sobreoferta de partidos, de aquí que al final los institutos políticos hicieron como que financiaban a los candidatos, y los candidatos hicieron como que hacían campañas. El resultado fue una inconformidad generalizada y el intercambio de reclamos.
Desde ayer estamos recibiendo una serie de quejas de los ex candidatos y vamos a decir los nombres de los partidos: Fuerza X México, Redes Sociales Progresistas y el Partido de la Revolución Democrática.
Fuerza X México llegó aparentando que traían “la maleta abultada” para la compra (perdón, la promoción) del voto que les permitiera contribuir a un buen número de sufragios para el naciente partido propiedad del empresario Pedro Haces, y que éste pudiera conservar el registro. Pero no fue así.
Nos dicen los ex candidatos que nunca recibieron el apoyo económico que les prometieron, ni en efectivo, ni en utilitarios. Los políticos que ya han tenido otros cargos y tenían su guardadito (Amado Orihuela, por ejemplo) ni siquiera utilizaron los artículos promocionales a los que tenía derecho. Quizás lo único que usó fue el chaleco rosa porque le dijeron que no podía salir en las fotos con la prenda color vino o guinda que traía cuando estaba a punto de colarse en la lista de Morena.
Sin embargo, hay varios candidatos a diputaciones locales y ayuntamientos que están inconformes porque no tuvieron ningún tipo de apoyo y los dejaron que “se rascaran con sus propias uñas”. El día de la elección ni siquiera una llamada para saber cómo estaban, y los días siguientes, al conocerse los resultados, fue como si nunca hubiera existido ese partido.
La situación no fue diferente por cuanto a la candidatura de Sergio Estrada Cajigal, para quien el partido Fuerza X México armó todo un show el día de su presentación. La verdad es que todos los demás aspirantes sí se preocuparon, pues realmente hubo un gran despliegue tanto de equipo de audio y video, como de medidas sanitarias porque el covid estaba en su apogeo.
Aquello parecía un espectáculo musical tipo “el reencuentro de Timbiriche o Garibaldi”, en el que fueron apareciendo aquellos personajes que hace 20 años despertaban suspiros entre las damas, pero ahora ya canosos y con sobrepeso. Sergio se cortó el bigote y ya no se parece al vocalista de “Los Tucanes de Tijuana”, y Eduardo Becerra ya necesita otra operación para quitarse la papada.
El evento de presentación generó una gran expectativa entre la clase política. No obstante, se trataba únicamente de –como se le dice coloquialmente- “una llamarada de petate”, pues cuando transcurrió la segunda semana, luego de que Sergio Estrada había recorrido todos los programas de radio y TV para anunciar su espectacular regreso, ya no hubo nada más.
Su campaña transcurrió entre el aburrimiento y la monotonía. No sólo se les acabó el dinero, sino también el discurso. ¿Qué propuesta había después de su gastado slogan de que “lo hicimos bien, lo haremos mejor”? Un puente y el reencarpetamiento de algunas avenidas servía como añoranza, pero ¿y después?
Sergio Estrada volvió a estar en los medios cuando alguien filtró el video de su participación en el desayuno semanal del Grupo Empresarial Morelos, en el que “se le fue la lengua” y puso a su contrincante José Luis Urióstegui como un protector de delincuentes y a su ex jefe de la Policía como un santo. No había lugar para la polémica: Agustín Montiel López murió con una condena de 33 años de prisión por proteger al narcotráfico.
La última vez que Sergio Estrada se vio con posibilidades reales de volver a ser presidente municipal fue en el cierre de campaña, cuando un millar de simpatizantes abarrotaron una calle del centro de la ciudad. “Ya nada más les faltan 29 mil para ganar la presidencia municipal”, ironizó un usuario de Facebook después de que alguien resaltó en esa red social el gran poder de convocatoria del nuevo partido.
Su verdadero alcance se vio el día de las votaciones, cuando el PREP le adjudicó nueve mil 934 votos, lo que significaba poco más del ocho por ciento del total.
A unos días de la contienda, surgen las preguntas: ¿Cuánto destinó Pedro Haces al proyecto Cuernavaca? ¿A quién se lo entregó? ¿En qué se gastó? ¿Quién es el responsable del fracaso en Morelos?
Mucho tendrán que explicar sobre ello el dirigente nacional Gerardo Islas, el presidente estatal Luis Brito, el secretario de Organización (y quien propuso la candidatura de SECR) Ricardo Robledo, así como el coordinador administrativo de la campaña para la alcaldía de Cuernavaca, Edgar Contreras.
Situación similar seguramente ocurrirá en el Partido Redes Sociales Progresistas, donde la maestra Elba Esther Gordillo destinó una considerable cantidad monetaria para financiar las campañas de los candidatos que propuso una tal señora Rosario (con excepción del de Cuernavaca, que asegura haber sido contactado directamente por el Comité Nacional), y ahora resulta que el dinero nunca llegó.
Y el otro partido que debe ser analizado con lupa es el Partido de la Revolución Democrática, que en menos de cuatro años pasó de la cima (partido gobernante) hasta el fondo, y con inconformidades de los candidatos que contendieron por el partido del Sol Azteca. ¿Qué hizo con el dinero doña Cristina Balderas? Es la pregunta que nos hacemos todos.
HASTA MAÑANA.