Fue como regresar 20 años en el tiempo. Frente a nuestros ojos desfilaron aquellos comandantes a quienes conocimos jóvenes y fuertes, y que hoy muestran las huellas del tiempo en sus cuerpos. Sus nombres quedaron escritos en la historia de Morelos y su mejor premio es vivir para contarlo, pues desgraciadamente el oficio de policía es tan riesgoso que muchos mueren en el cumplimiento de su deber.
El evento del que hablamos fue la presentación de la Hermandad de la Policía de Tránsito del estado de Morelos y Policía Federal, una asociación civil debidamente protocolizada que aglutina a policías retirados y sus hijos, que nace con la intención de servir a la ciudadanía y a las autoridades a través de su experiencia.
Los fundadores y principales impulsores son los comandantes Noé Jesús Castellanos Rosales y Enrique Flores Reyna, presidente y vicepresidente, en ese orden. También están Alfredo Márquez Arreguí como secretario; José Luis Chávez Roldán, tesorero; Salomón Cabrera Luna, Relaciones Públicas; Alfredo Paul Limón del Consejo de Honor y Justicia, y Federico Guillermo Espinoza, encargado del jurídico.
No fue un evento público, ya que sólo tres periodistas tuvimos la fortuna de ser invitados, lo que agradecemos profundamente. Tampoco hubo nadie de la Policía Estatal, sólo el secretario de Protección Ciudadana del municipio de Cuernavaca, Francisco Calderón Medina.
Como decíamos al principio de la columna, fue como un “flash back” de lo que hemos vivido a lo largo de 32 años de ejercicio periodístico, muchos de ellos en la cobertura de la llamada Nota Roja, o como jefe de prensa de las diferentes corporaciones policiacas.
Por ejemplo, al ver al comandante Enrique Flores Reyna, casi igual que hace 28 años, cuando encabezaba el famoso grupo de reacción inmediata de la Policía Preventiva Estatal, nos retrotrajimos a aquella escena en que estuvo a punto de perder la vida al desarmar a un pandillero en la colonia Carolina. En su pulgar derecho quedó el martillazo que si hubiera hecho contacto con la bala, no viviría para contarlo.
Fueron tiempos de fama y gloria, pero también tenemos bien presente aquella foto del comandante Flores Reyna tras las rejas, cuando el gobierno de Jorge Carrillo Olea quiso culparlo de la muerte del tepozteco Marcos Olmedo, pero quedó libre en cuestión de horas.
Y qué tal la imagen de la siempre polémica Adela Manzanarez Alonso, joven y fuerte, entrando a Chalcaltzingo a recoger los cadáveres de los presuntos delincuentes linchados por la población, en su calidad de directora de Averiguaciones Previas. O encabezando los operativos como secretaria técnica de la Policía Judicial, con tremenda pistolota en la cintura, que contrastaba con su diminuta figura, siempre con su cigarro en la mano. Ayer la fue entregado un reconocimiento por haber sido secretaria de Seguridad Pública de su natal Puente de Ixtla.
Jaime Mateos Sánchez, a quien conocimos como jefe de la Policía Municipal de Jiutepec, luego en la Policía de Cuernavaca, después en la Policía Judicial, luego en Seguridad Privada, regresó a la hoy Policía de Investigación Criminal y hoy nuevamente en la Policía de su natal Jiutepec. Siempre de trato amable, fue un verdadero gusto saludarlo.
Miguel Ángel Adame Sonora, igual que cuando lo conocimos en la Policía de Tránsito de Cuernavaca sólo que ahora con el pelo totalmente blanco. También le dieron un merecido reconocimiento.
Ángel Cortéz Ruíz, a quien conocimos en la Policía Judicial (en no muy buenas circunstancias) y posteriormente en la Secretaría de Seguridad Pública de Temixco, titular con tres diferentes alcaldes, hoy síndico municipal. Acudió en silla de ruedas tras una operación de columna que le impide caminar. Merecido aplauso y reconocimiento.
“Un joven policía pero con mucha experiencia”, así fue presentado el actual coordinador operativo de la Policía Vial de Cuernavaca, Luis Manuel Rodríguez Uribe, a quien recordamos por haber sobrevivido a cuatro balazos en su cuerpo al intentar evitar un asalto en la gasolinera de Cantarranas en el trienio de Adrián Rivera.
También recibió reconocimiento el abogado Miguel Ángel Rosete Flores, quien se desempeñó como inspector de Derechos Humanos en la Dirección de la Policía Municipal de Cuernavaca cuando el titular era José Luis Urióstegui Salgado, y hace poco tiempo fue secretario de Seguridad Pública de Atlatlahucan.
Fueron reconocidos otros personajes a los que no conocimos personalmente pero que leímos y escuchamos sus nombres en las notas de los reporteros de “la vieja guardia”, como Daniel García Rodríguez y sus hijos Sergio y Daniel García Ruiz.
Alejandro Mir Ávila, toda una institución en las corporaciones y dependencias de tránsito y transporte de este estado; Ángel Guadarrama Reynoso, actual director de Tránsito en Temixco; José Mateos Guadarrama; la que fuera secretaria de la Dirección de Seguridad Pública y Servicios Sociales del Estado de Morelos en tiempos de Moisés Maislin, Gudelia Marina Valles Reyna; Gerardo Altamirano Toledo, actual director de Tránsito del municipio de Zacatepec.
Un personaje que pasó por las Policías de Tránsito del extinto Distrito Federal, estado de México y por supuesto Morelos, Roberto Arturo Roldán Román; Arturo Mateos Sánchez, el famoso perito Juan Carlos Morán Rodríguez, y el ex director de Tránsito de Cuautla, Amado Muñoz Morales. Todos ellos y varios más que se nos escapan recibieron un merecido reconocimiento por muchos años de servicio al frente de distintas corporaciones.
Ojalá que la Hermandad de la Policía de Tránsito del estado de Morelos y Policía Federal A.C. tenga un próspero futuro y que las autoridades tanto estatales como municipales les pidan consejos sobre cómo prevenir el delito, pues son ellos los que cuentan con la experiencia necesaria y, sobre todo, son gente que trabajaron como policías en Morelos y siguen viviendo en nuestro estado, lo que significa que lo hicieron bien.
HASTA MAÑANA.