La designación de titular en el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (SAPAC) de Cuernavaca era uno de los actos que más expectación habían provocado en el equipo del nuevo presidente municipal de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, por el nivel de corrupción que se ha venido manejando en ese organismo descentralizado.
Contra todo pronóstico, el alcalde se sacó “un as bajo la manga” al designar a la abogada Evelia Flores Hernández, una mujer que lo ha acompañado a lo largo de toda su trayectoria profesional y a la que le tiene una confianza absoluta.
Evelia fue muchos años la responsable del Consejo Tutelar para Menores Infractores, lo que hoy es el CEMPLA, y acompañó a José Luis Urióstegui desde su primera incursión en la administración pública como director de la Policía Municipal de Cuernavaca en 1997. En la última campaña fue la responsable de que no se perdiera un solo clavo en la casa de campaña que se ubicó en el extinto Cine Olimpia.
Y junto con ella se dio la designación de Eleael Acevedo Velázquez como comisario de la desprestigiadísima institución. El maestro en Derecho fue fundador y presidente del Instituto Morelense de Información Pública y Estadística (IMIPE); director del Instituto de Investigaciones Legislativas del Congreso de Morelos, y servidor público en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y en el Instituto Estatal Electoral, así como director del Centro de Estudios Constitucionales y Participación Democrática.
El reto para Eleael es muy grande porque siempre se ha jactado de ser un acérrimo defensor del Derecho a la Información Pública y un crítico permanente de la opacidad en las instituciones gubernamentales (y no se diga de sus ex compañeros del IMIPE que hoy ocupan cargos públicos), y ahora trabajará en una de las instituciones más opacas de este estado.
Nos comentaba un amigo que tal pareciera que el nuevo alcalde está aplicando los mismos criterios que el presidente López Obrador para la designación de su gabinete: 80 por ciento honestidad y lealtad y 20 por ciento de conocimientos en la materia.
Y tiene razón. Dudamos mucho que Evelia y Eleael tengan conocimientos de ingeniería hidráulica, pero le han demostrado a Urióstegui una lealtad a prueba de cualquier tentación, y eso es lo que se necesita en un Sistema de Agua al que han venido saqueando sistemáticamente desde hace varios trienios.
Ahora bien, tanto en el SAPAC como en la Secretaría de Protección Ciudadana el alcalde Urióstegui ha puesto como titulares a dos mujeres en quienes confía, honestas al cien por ciento, pero igual de importante deberá ser a quienes pongan en los mandos operativos, es decir, los que van a hacer el trabajo.
Así que será importante conocer al subsecretario operativo, al director de la Policía Preventiva, al director de la Policía Vial, al director de Protección Civil (desde siempre caja chica del Ayuntamiento), y otros cargos que requieren andar en la calle, no estar en la oficina.
Para el caso de SAPAC, el área de comercialización es fundamental y la dirección operativa también. Tendrá mucha disposición doña Evelia, pero si no tiene a su mando a alguien que le resuelva los problemas de muy poco servirá ser la directora.
En forma muy similar a lo que ocurrió en la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) con el fenómeno conocido como “los huachicoleros”, en el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca desde hace por lo menos diez años se lleva a cabo un saqueo sistemático a las arcas de la dependencia a través de una “doble administración”: de cada 10 pesos que paga el usuario en cajas, 3 pesos van directo a una bolsa que se reparte entre los servidores públicos y personajes externos que participan en la red de corrupción.
Una serie de entrevistas a ex funcionarios y trabajadores de SAPAC realizada por este columnista, así como 247 solicitudes de información pública tramitadas por el Centro de Investigación “Morelos Rinde Cuentas”, arriba a la conclusión de que el sistema de agua capitalino ha sido el más claro ejemplo de cómo la corrupción puede acabar con una institución pública en unos cuantos años.
“El organismo tiene fugas económicas por todos lados que, de no repararse, impedirán que cualquier inversión sea sustentable en el mediano plazo, pues el dinero terminará perdiéndose. Por eso, ninguna medida que implique aumentar artificialmente el presupuesto del organismo ya sea a través de créditos o de su privatización, funcionará. Lo que se requiere son cambios administrativos que mejoren su operación y finanzas”, advierte “Morelos Rinde Cuentas” en un estudio que tardó dos años en realizar.
La corrupción en SAPAC ha llegado ya a los extremos. El 23 de noviembre del 2018 fue atacado a balazos y herido de muerte el jefe de la oficina de Vehículos, Sergio Flores Ávila. En los primeros días del 2019, sujetos armados dispararon contra la fachada de las instalaciones de SAPAC, en “El Túnel”.
Y unas semanas después de dejar el cargo de directora, Isabel Sotelo fue asesinada cuando atendía su boutique en la avenida Cuauhtémoc de la colonia Cantarranas.
Todo ello forma parte de la disputa por el control del organismo público descentralizado, el cual ya en una ocasión intentó ser privatizado, y en varias ocasiones fue prácticamente “subastado” entre empresarios de la región sur del país.
“El director es el que tiene el nombramiento del Cabildo y es quien firma, pero siempre hay alguien que es quien maneja la maleta o la bolsa”, explica el ex funcionario de primer nivel que –bajo la condición del anonimato- accedió a hablar sobre lo que ocurre al interior de la dependencia.
¿Cuántos usuarios de agua tiene realmente Cuernavaca? Es el secreto mejor guardado en la administración y ahí está el meollo de la corrupción.
Saber exactamente cuál es el universo de usuarios permitiría calcular el ingreso real mensual del SAPAC, pero ya no habría forma de disponer del dinero en billetes y monedas que entraban diariamente a través de las cajas recaudadoras, del cual el 30 por ciento iba a “la bolsa” que se entregaba semanalmente al alcalde en turno o a quien éste designara.
HASTA MAÑANA.