México es el principal consumidor de tortilla en el mundo, por lo que el volumen de producción y consumo es cercano a los 22 millones de toneladas de tortillas al año, pero la gran mayoría de ese producto se hace con transgenes, que son genes modificados con herramientas de bioingeniería; han sido alterados con genética de especies distintas, con la finalidad de fortalecer a la especie a la que se le implementan.
Cuando los transgénes se utilizan en el maíz, este pasa a ser un Organismo Genéticamente Modificado, y por tanto un transgénico. Pero las especies encuentran la forma de intercambiar su información genética a través de un incómodo intermediario: el polen.
Una vez liberados en el ambiente, los cultivos transgénicos florecerán y soltarán el polen que lleva todos los genes de la planta -incluidos los transgenes-. Este polen llegará a los xilotes o flores femeninas de plantas de maíz nativo y las mazorcas resultantes llevarán granos con transgenes.
Es muy probable que usted haya comido maíz transgénico si vive en México. El que es uno los debates más álgidos en torno a alimentación, biotecnología y salubridad no solo en el país, sino en el mundo, adquiere nuevos matices cuando nos enteramos que la gran mayoría de maíz en México está contiene transgenes, aunque no esté permitido el cultivo de maíz transgénico.
El problema está en que los consumidores no tenemos forma de saber en cuáles productos hay presencia de transgenes, puesto que en México, a diferencia de otros países en donde el uso de cultivos transgénicos se ha normalizado, no hay una legislación por la que los productos con transgenes deban indicarlo en su empaque, a fin de que el consumidor sepa con claridad que se lleva a la boca.
El tema de los transgénicos lleva siendo objeto de una gigantesca discusión entre científicos, organizaciones y hasta países enteros. En la comunidad científica han habido desde señalamientos de científicos asociados con trasnacionales en caso de que sus hallazgos apuntalen a la inocuidad de los transgénicos; y del otro lado, se ha tachado de ignorantes y conservadores a los académicos que se han manifestado férreamente en contra del cultivo de organismos genéticamente modificados.
Greenpeace, por ejemplo, enarbola el frente más anti transgénico, pues argumenta que las consecuencias de su uso son potencialmente dañinas para el ambiente y para la salud humana. Hace un par de años, más de 130 premios Nobel iniciaron una campaña para conminar a Greenpeace a "reconocer los hallazgos científicos, y abandonar la postura anti organismos genéticamente modificados".
En 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador rindió protesta como presidente de México, destacó la prohibición para la producción de cultivos transgénicos en el país. En diciembre de 2020, López Obrador firmó un decreto con el que busca reemplazar la importación de 16 millones de toneladas de maíz amarillo, principalmente de Estados Unidos y casi todo modificado genéticamente para 2024.
En 2021 México importó más de 16.5 millones de toneladas de maíz amarillo, de acuerdo con información de la Dirección Nacional de Industrias Ligeras de la Secretaría de Economía (SE). AgroBio, asociación que enlista a empresas como Monsanto y Energía, comentó que la prohibición de transgénicos se traducirá en un aumento de costos de producción para algunos cultivos.
Estados Unidos no descarta la posibilidad de acudir al T-MEC para “presionar” la prohibición de la importación de maíz transgénico. El secretario de Agricultura de EU, Tom Vilsack, dijo que está en pláticas con funcionarios mexicanos sobre el tema.
Todo lo anterior nos sirve como preámbulo para dar a conocer el “Festival de Maíces Nativos de Morelos”, que se llevará a cabo hoy jueves 29 de septiembre en las canchas del Barrio de la Santísima en la localidad de Tepoztlán, Morelos; en un horario de 10 de la mañana a 6:00 de la tarde. En el mismo se incluyen conferencias magistrales, encuentro de productores, intercambio de semillas, milpa y quelites.
Lo organizan la delegación de la Secretaría de Agricultura que encabeza en Morelos el ingeniero José Luis Arizmendi Bahena, el Ayuntamiento de Tepoztlán que preside David Demesa y el Conalep Morelos que actualmente dirige Jonathan Vega Pérez. A nivel federal participa la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), órgano desconcentrado de la SEMARNAT, creado el 5 de junio de 2000 para administrar y proteger el patrimonio natural de México a través de la conformación del sistema de áreas naturales protegidas.
Desde el año de 2009 desarrolla programas que tienen como objeto central, preservar y mantener la diversidad genética del maíz criollo en aquellas zonas ancestralmente reconocidas por la distribución y producción de maíz.
En el estado de Morelos son de destacar las prácticas del cultivo de maíz de manera tradicional en los municipios de Totolapan, Tlayacapan, Huitzilac y Tepoztlán, que forman parte del Corredor Biológico Chichinautzin en Los Altos de Morelos y más hacia el sur en la Sierra de Huautla, donde las variedades de maíces de colores y pozolero ancho han destacado.
Igualmente es digno de mencionar que más allá de la producción In Situ y de la preservación genética del mismo, la CONANP ha buscado el valor agregado del maíz, mediante procesos de diversificación y uso, toda vez que es reconocido que con base en el maíz se cuenta con una gran variedad de alimentos y productos como tortillas, atoles, tamales, pozole, tostadas e incluso artesanías.
Según nos comentó el ingeniero Arizmendi, la intención es que los productores de maíz nativo del municipio de Tepoztlán (inicialmente en el poblado de Santa Catarina), se contacten directamente con los empresarios restauranteros de Cuernavaca y sus alrededores, a fin de aprovechar su producción y que en sus establecimientos gastronómicos se haga mención de que esas tortillas que se está comiendo son nativas y no transgénicas.
El evento comienza hoy con la conferencia “Eco intensificación agrícola, una alternativa para la producción de maíces nativos”, que dictará el maestro Gerardo Noriega Altamirano; “La importancia de las áreas naturales protegidas y la conservación del maíz nativo como un elemento de la Biodiversidad Genética”, por el biólogo Felipe Martínez Meza, y “La Milpa en la comunidad de Santa Catarina, por el biólogo Feliciano García. Oscar Alpuche disertará sobre el Cuexcomate y su valor cultural.
Para mañana viernes está contemplado un evento muy interesante: un intercambio de conocimientos culinarios entre cocineras tradicionales y estudiantes de gastronomía del Conalep Tepoztlán.
HASTA MAÑANA.