En menos de un año, el gobernador del estado, Miguel Barbosa Huerta, cambió radicalmente las condiciones del Poder Judicial de Puebla mediante una iniciativa de reforma constitucional con el sello del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) con la que les quitó a los panistas el control del Tribunal Superior de Justicia.
El seis de agosto pasado, el Congreso local de ese estado vecino aprobó por unanimidad la propuesta enviada por el Ejecutivo, lo que fue efusivamente festejado por el gobernador Barbosa, sin saber que cuatro meses después fallecería a consecuencia de la diabetes, enfermedad que lo aquejaba desde varios años atrás.
Uno de los puntos más relevantes de la propuesta es que se faculta al Congreso del Estado para destituir a los magistrados y consejeros de la Judicatura, para lo cual se requerirá de una mayoría calificada, lo que significa que se requiere al menos dos terceras partes de votos.
De igual forma se incluye la figura de “responsabilidad patrimonial del Estado por error judicial", mediante la cual se buscará pagar una compensación a las personas afectadas por los errores que cometan los magistrados y jueces.
Asimismo, menciona que está prohibido que los magistrados, jueces e integrantes del Consejo de la Judicatura se reúnan fuera de los recintos oficiales para tratar los juicios con las partes o los apoderados legales de sus casos.
Otra de las modificaciones es que los magistrados tendrán que presentar su declaración patrimonial, de intereses y vínculos de parentesco de consanguinidad hasta cuarto grado.
De acuerdo a un reportaje publicado en la revista Cauce Legal con el título “Se moreniza el Poder Judicial de Puebla”, la intromisión del Ejecutivo en las tareas del Poder Judicial no podía ser más evidente. El Consejo de la Judicatura ya existía y era integrado por cinco miembros que eran electos de entre los mismos magistrados. Con la reforma legal, el TSJ solo podrá elegir a dos integrantes, uno será designado a propuesta del gobernador y dos más por aprobación del Congreso local.
La iniciativa de reformas dice que “la representación legal del Poder Judicial, así como las funciones de gobierno judicial, administración, vigilancia, evaluación del desempeño y disciplina, así como la rectoría de la carrera judicial, quedarán a cargo del Consejo de la Judicatura”.
Éste será un órgano con independencia técnica, de gestión y de decisión, que además contará con una Escuela Estatal de Formación Judicial, así como de un Instituto de Defensoría Pública, que pasa del Poder Ejecutivo al Poder Judicial.
El exconsejero jurídico del gobernador Miguel Barbosa, Carlos Palafox, asumió la presidencia del Consejo de la Judicatura, órgano colegiado que había venido presidiendo el propio titular del Poder Judicial, en este caso, el magistrado Héctor Sánchez Sánchez.
Y si ahora se critica que el Poder Judicial se esté “morenizando”, la realidad es que la institución que debería ser apolítica y apartidista, siempre ha estado influenciada por el gobierno estatal en turno. Primero fue “tricolor”, y después azul.
El 31 de enero de 2017 el Congreso del estado hizo magistrado a Sánchez Sánchez, y un año después asumió la presidencia del TSJ y del Consejo de la Judicatura, en sustitución de Roberto Flores Toledano. Todo esto impulsado por el exgobernador panista Antonio Gali Fayad, de quien fue síndico en el ayuntamiento de Puebla de 2014 a 2016.
Ante el avasallamiento de los morenistas, Héctor Sánchez Sánchez pidió separarse de la Presidencia del TSJ y volver a su puesto de magistrado. Sin embargo, semanas más tarde, en medio de rumores de que sería investigado por presuntos malos manejos financieros, prefirió renunciar también al cargo de magistrado.
Para ello, presentó su solicitud ante el Congreso Local el 17 de noviembre pasado, y apenas el jueves ocho de diciembre se la aprobaron, sin saber que seis días después, el hombre que lo obligó a dimitir, estaría muerto por causas naturales.
Tras la renuncia, el Pleno del TSJ eligió a la magistrada Margarita Gayosso Ponce como nueva presidenta. Ella tiene una larga trayectoria en el servicio público de la entidad, fungió como directora de Participación Social de la entonces Procuraduría General de Justicia de Puebla (PGJ), hoy Fiscalía General del Estado (FGE), también fue Segunda Visitadora General de la Comisión de Derechos Humanos de Puebla (CDH) y posteriormente ocupó diversos cargos dentro del Poder Judicial del Estado de Puebla.
Como en el resto de las instituciones públicas de Puebla, existe incertidumbre por no saber quién sustituirá en el cargo a Miguel Barbosa, y qué actitud asumirá el nuevo gobernador con respecto a los demás poderes del estado.
MONTES CUEN, “EL HIJO DESOBEDIENTE”
Arnulfo Montes Cuen es un inquieto sonorense que tiene más de 20 años de radicar en Morelos, mismos en los que infructuosamente ha intentado ganar un cargo de elección popular. Al tener fama de millonario y una pretensión obsesiva de ser representante popular, es presa fácil de vivales de la política que sólo le sacan dinero.
Conocemos a Arnulfo desde hace una década y consideramos que no es mala persona. Ha ayudado a mucha gente en Jiutepec, Zapata y Temixco, pero tiene la característica de que es “atrabancado” y conflictivo, aunque no irracional.
No hay partido político en el que no haya comprado o pretendido comprar una candidatura, ya sea a diputado local o federal, y cuando no puede competir directamente en los procesos electorales financia candidatos a los que luego regentea.
Ya perdimos la cuenta de las organizaciones políticas a las que ha pertenecido, así que no se nos hizo novedad verlo ahora enfundado en un chaleco color guinda con las siglas de Morena pidiendo el voto para Andrés Manuel López Obrador en las consultas y foros que se han realizado.
El problema con Montes Cuen es que no le gusta que lo manden y siempre quiere ir un paso adelante. Hoy está conflictuado con los morenistas de Morelos porque se le ocurrió apoyar a Adán Augusto López cuando la línea es apoyar a Claudia.
Ojalá que prevalezca la cordura entre las diferentes facciones del partido Morena, porque si se siguen peleando les va a pasar lo que al PRD, que hubo un trienio que ganó todo, pero por engolosinarse con el poder la gente no volvió a votar por ellos.
HASTA MAÑANA.