A raíz de la columna titulada “Medidas populistas contra la inseguridad” que publicamos el pasado 26 de diciembre, hemos tenido diversas reacciones tanto a favor como en contra de los gobernadores del estado que fueron tema de esa entrega: Armando León Bejarano y Lauro Ortega, por lo que se hace necesario abordar una segunda parte.
Mencionábamos en dicho texto que “de las anécdotas que nos han contado quienes trabajaron con el médico nacido en el Distrito Federal y avecindado en el municipio de Xochitepec hasta su muerte en 1999, arribamos a la conclusión de que Don Lauro fue un político de talla nacional al que el presidente José López Portillo impuso como candidato del PRI en Morelos, de la misma forma que su antecesor, Luis Echeverría, lo hizo con Armando León Bejarano. Ninguno de ellos -médicos de profesión, por cierto- tenía arraigo en Morelos antes de ser candidatos. La diferencia estribó en el estilo personal de gobernar. Mientras que León Bejarano era déspota y soberbio, Don Lauro era astuto y populista”.
Como si hubiéramos cometido un sacrilegio, de inmediato saltó al Facebook quien fuera su secretario particular de Don Lauro, Armando Rojas Arévalo: “Si no lo vivió, no hable a la ligera”. Le contesté que, si aplicáramos esa regla, los historiadores no podrían escribir sus libros.
En otro comentario, el ex líder de las juventudes priístas en Morelos, alcalde de Temixco y ex diputado local, César Cruz Ortíz, también salió a la defensa del llamado “mejor gobernador de Morelos”:
“A diferencia de León Bejarano, Don Lauro si tenía mucho arraigo en Morelos, como dato real Luis Echeverría en su campaña para presidente es recibido por Don Lauro Ortega en Xochitepec, ahí el Dr Ortega le pide al candidato la construcción del puente que sale a Palo Bolero que colinda con la unidad deportiva. Don Lauro llegó a Xochitepec en los años 70' y construyó unas fábricas para dar empleo, no pudo ser desarraigado porque antes fue también diputado federal por el IV Dto. Y su suplente fue Juan Salgado Brito a diferencia de Bejarano que no conocía los 33 municipios, sólo la casa de su compadre en Cuautla, el contador Raymundo Llera Peña y la casa de Palmira donde venia algunos fines de semana con la familia Magdaleno. A Bejarano le apodaban el té de manzanilla… No servía para nada, pero le caía bien a todos…”.
El profesor normalista jubilado y ahora doctor en Derecho Rubén Toledo Orihuela fue uno de los que salieron en defensa del gobernador Armando León Bejarano:
“Como miembro del Comité de Alumnos de la Prepa 1, ciclo escolar 76-77, Don Armando nos recibió en su despacho y aceptó la invitación para visitar la escuela, a la que acudió puntualmente, era muy amable y alegre; además, algo que habla bien de Don Armando es que ese día del entierro del Santo Libro, uno de nuestros compañeros se fracturó una pierna y el gobernador —que era Traumatologo—, les pidió a los estudiantes que lo subieran a la C}ombi modificada que usaba y le acomodo el hueso y lo entablilló”.
Otro miembro del magisterio (director de una Primaria de Jiutepec, para mayor abundamiento), también nos mandó mensajes en privado para dar testimonio de la bondad de León Bejarano y “las tranzas” de Lauro Ortega. Un dato: Una gran cantidad de los trabajadores que estaban haciendo su casa en Xochitepec estaban en la nómina de la Dirección del Deporte, además de que el estadio Mariano Matamoros se construyó sobre la ribera del río, lo cual está prohibido, pero a don Lauro no podían negarle nada.
Ayer, en plática de café, un doctor en Derecho que vivió de cerca las relaciones entre el Poder Judicial y el Ejecutivo en aquellos tiempos, nos comentaba que “la única época en la que hubo división de poderes en Morelos fue en tiempos de don Lauro, pero no porque así lo garantizara el gobernador, sino porque el presidente del Tribunal Superior de Justicia era Marcos Manuel Suárez Ruiz”.
Recordó que en una ocasión el Poder Judicial no se podía considerar constituido por la ausencia de dos magistrados, pero nadie se atrevía a decírselo al jefe del Ejecutivo por temor a su reacción. Y fue don Marcos Manuel, en su calidad de presidente, quien se atrevió a decirle que “hay cosas que usted no entiende porque no es abogado, así como otras que yo no entiendo porque no soy médico”.
Y efectivamente, el gobernador creía que su poder no tenía límites. En alguna ocasión Javier Jaramillo narró cuando la Compañía de Luz y Fuerza del Centro pretendía cortar la energía eléctrica del mercado Adolfo López Mateos y el gobernador lo impidió.
Nos comenta ex magistrados que la animadversión del Ejecutivo con el Judicial se debió a que un juez dejó en libertad a una persona que se había metido con una familiar del mandatario. No podemos decir más.
Eli Tapia Pérez, usuario de Facebook, comentó:
“Yo fui orador en la campaña del Dr. Lauro Ortega y me constan las grandes obras que realizó, solo como ejemplo ahí estan la carretera de cañón de lobos y la unidad deportiva Mariano Matamoros de Xochitepec”
Y así por el estilo.
A final de cuentas, sostenemos nuestra posición de que “cada quien habla de la feria como le fue en ella”, y que desafortunadamente no ha habido otro gobernante que supere a Don Lauro Ortega, haya sido como haya sido.
HASTA MAÑANA.