La disputa por el control de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción (FECC) quedó de manifiesto el pasado jueves por la noche cuando estuvieron a punto de enfrentarse Agentes de Investigación Criminal (AIC) dependientes de la Fiscalía General del Estado, y elementos de la Comisión Estatal de Seguridad Pública apoyados por elementos de la Marina, los primeros bajo las órdenes del Fiscal Antisecuestros, que a su vez obedece al fiscal Uriel Carmona Gándara, y los segundos, en apoyo al vicefiscal anticorrupción, Edgar Núñez Urquiza.
De hecho, sí hubo enfrentamiento, pero solamente verbal.
Alrededor de las 20:00 horas llegó Edgar Núñez Urquiza, a quien el fiscal Anticorrupción Juan Salazar Núñez había dejado a cargo antes de irse a buscar una magistratura. Venía acompañado de elementos de la CES y de la Marina, pero Octavio Ibarra, coordinador jurídico (quien está desde que Salazar Núñez asumió el cargo), no le abrió la puerta.
—Estás cesado desde el día 19 doctor— le decía a Núñez Urquiza por un hueco de la reja.
—Abre la puerta Octavio, por favor— decía desde el exterior el que fuera su compañero—. Tengo un amparo y tú estas incurriendo en responsabilidad.
—Es una suspensión provisional, no es una resolución definitiva— insistía el funcionario.
En cuanto abrieron un poco la puerta, Edgar entró a empujones y de inmediato los policías se apostaron en todo el inmueble mientras él y varias personas más (ninguna se identificó como actuario del Juzgado de Distrito), revisaron todas las oficinas.
Dos mujeres salieron al patio y comenzaron a gritar. Eran Isela Lara —a quien el sedicente nuevo fiscal anticorrupción Isaías Rodríguez acaba de nombrar vicefiscal adjunta— y Lania Vique. Esta última, comenzó a transmitir por Facebook Live diciendo que estaban “secuestradas” porque la puerta estaba cerrada.
—No mientas, nadie está secuestrado— le espetó uno de los uniformados que, al igual que los demás, estaba encapuchado.
Posteriormente arribaron elementos de la Unidad Especializada en Combate al Secuestro (UECS) encabezados por quien dijo ser el fiscal antisecuestros, que acudió “en respuesta a una solicitud de auxilio de una persona que dijo estar privada de su libertad en estas instalaciones”.
Para esos momentos, ya el acceso a la Fiscalía Anticorrupción estaba protegido por tres filas de elementos de la Secretaría de Marina, quienes no dejaron entrar tampoco a visitadores de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos.
Una nueva discusión se dio entre el hombre de barba y camisa blanca (que nunca quiso identificarse con los reporteros ni conceder entrevistas) y Edgar Núñez Urquiza.
El fiscal antisecuestros pretendía entrar a las instalaciones para entrevistar a las supuestas víctimas de secuestro.
—Ellas no están retenidas. Pueden salir cuando quieran— le decía Urquiza atrás de los marinos.
—Necesito entrevistarlas en el lugar— respondía el funcionario.
El vicefiscal regresó al patio y desde allá grito: “¡No quieren salir!”, lo que provocó la risa de los reporteros. “¿Están secuestradas pero no quieren salir?”, ironizó uno de los periodistas.
Edgar se acercó nuevamente a la entrada y ofreció que el funcionario de la Fiscalía General traspasara la barrera de marinos para entrevistarse con las dos mujeres que se decían retenidas. “Necesito entrar hasta allá con mi gente”, insistía el que estaba en la banqueta.
—Esta es una oficina pública— replicaba en señal de negativa.
—Entonces pido mi cateo— amenazaba el funcionario.
—Te estoy diciendo que pases o las entrevistes afuera.
—Tú lo sabes fiscal. Yo no vengo aquí a pedir favores—respondió ya molesto.
Resignado a que no lo iban a dejar entrar, y que tampoco iba a salir Urquiza “para que lo entrevistaran”, se retiró junto con los policías ministeriales que lo acompañaban.
Alrededor de la media noche las dos mujeres que se decían “secuestradas”, fueron sacadas a empellones, pues ellas se resistían a dejar “el lugar de su cautiverio”.
Desde ese día (jueves 21 de septiembre), las instalaciones de la FECC en la colonia Lomas de la Selva permanecen custodiadas por elementos de la CES.
El pasado viernes publicamos en este mismo espacio la columna titulada “Las dos Fiscalías Anticorrupción”, en la que dimos cuenta de la existencia de dos entes que cada una decía ser “la auténtica FECC”. En ese momento las instalaciones las tenía Isaías Rodríguez Moreno, designado por Carlos Andrés Montes, encargado de despacho de la FGE, en tanto que al grupo de Edgar Núñez Urquiza y Zeus Gutiérrez lo definíamos como “la Fiscalía en el exilio”, tramitando amparos y sin una sede fija.
Ahora la situación se invirtió: las oficinas las ocupan Urquiza y sus incondicionales, en tanto que Isaías Rodríguez y sus incondicionales andan “en el exilio”. El viernes fueron vistos en una reunión con los diputados agrupados en el “G-15”.
Esta situación inédita ha tenido repercusiones en todos los ámbitos. Por ejemplo, en el Poder Judicial, en cuya sesión de Pleno del pasado viernes se dio un álgido debate entre los magistrados Francisco Hurtado y Jorge Gamboa sobre el tema de “los dos fiscales anticorrupción”.
Y es que un día antes, se recibió un oficio firmado por Isaías Rodríguez, en el que le informaba al presidente del TSJ que él era el único titular de la FECC, pero que tenía conocimiento de que el ex vicefiscal Edgar Núñez Urquiza había promovido amparo, obteniendo una suspensión provisional del acto reclamado, sin embargo, en virtud de que dicho beneficio no tiene efectos restitutorios, Núñez Urquiza no tiene facultades para judicializar ningún expediente.
—Entiendo su preocupación por la institución de la Fiscalía por provenir de ella…—dijo con ironía el magistrado presidente, Jorge Gamboa Olea.
—No ponga palabras que yo no estoy diciendo, magistrado—interrumpió el ex coordinador de asesores de Uriel Carmona.
—Nos damos por enterados del contenido de ese documento y bueno, ojalá que por el bien de los morelenses se puedan resolver estos problemas— dijo Gamboa tratando de dar por terminado el debate.
—Usted también fue Ministerio Público, o sea, nada tiene que ver que esté mencionando que participé— repuso Hurtado sin ocultar su molestia.
Otro aspecto interesante es que los dos grupos usaron la cuenta oficial de redes sociales, específicamente de Facebook. El boletín que informaba de la designación de Isaías Rodríguez, el que hablaba de la incursión de la CES la noche del 14 de septiembre —publicado hasta una semana después con fotografías—, así como uno último en el que daba los nombres de los servidores públicos “destituidos”, desaparecieron del time-line que maneja la oficina de Comunicación Social de la Fiscalía Anticorrupción.
HASTA EL LUNES.