Si el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación no revoca el polémico veredicto de las magistradas estatales, el próximo primero de septiembre estará tomando protesta como diputado local el presidente en Morelos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Jonathan Márquez Godínez, pero lo hará con su imagen por los suelos.
El protegido del líder nacional Alejandro Moreno, tendrá que cargar dos pesadas lozas sobre sus espaldas: el haber usurpado el lugar de un indígena, y el haber desplazado a una mujer para ocupar la única curul que pudo conseguir el partido, por la vía plurinominal.
Pero tal parece que a estas alturas lo que menos les importa a los priístas es lo que piensen de ellos. Al borde de la desaparición, los tricolores se pelean por lo que queda del instituto político que alguna vez ganó “todas de todas” las candidaturas.
Hoy, ha tenido que aliarse con los que fueron sus acérrimos enemigos para lograr presidencias municipales y regidurías. De los 8 municipios que ganó la coalición Dignidad y Seguridad por Morelos, Vamos Todos, únicamente dos se pueden considerar netamente priístas. Nos referimos a Huitzilac, donde Rafael Vargas Muñoz volvió a ganar, al igual que en Xochitepec, donde Chalo Flores cuenta con una gran popularidad.
En anteriores ocasiones nos hemos referido a Jonathan Márquez, cuyo único mérito es ser muy amigo de los gemelos yautepequenses Elias y Eliasib Polanco, que a su vez son “uña y mugre” de Alito Moreno, con quien hicieron sendos negocios en Campeche, donde este último fue gobernador.
Por eso la única diputación plurinominal en las elecciones del 2021 fue para Eliasib, con la promesa de que el siguiente sería Jonathan, pero existía el riesgo de que no quedara por aquello de la paridad de género y de las famosas “acciones afirmativas”.
Entonces idearon que Jonathan se registrara como candidato “indígena”.
A sabiendas de lo que se venía, el dirigente del PRI, Jonathan Márquez Godínez, filtró la lista de los candidatos plurinominales, y de una vez adelantó que iba como indígena. Me recordó a Gerardo Becerra, quien cada vez que postea en sus redes sociales que es americanista de hueso colorado termina con una frase: “Y que vengan los improperios”.
En esa lista venía Víctor Iván Saucedo Tapia (hijo de Víctor Saucedo), como suplente; Gonzala Eleonor Martínez Gómez, Miguel Zagal Bahena y Martha Paola Sánchez Orozco, hasta completar ocho, pero en primerísimo lugar el actual presidente del PRI, Jonathan Márquez, con la leyenda “indígena”.
Efectivamente, las mentadas no se hicieron esperar, y al principio no hubo respuesta. Ya después cuando se calmaron los ánimos, el temixquense envió un comunicado en el que defiende su posición:
“En el contexto de los procesos electorales, es común que surjan tanto dudas legítimas como cuestionamientos con motivaciones políticas a propósito del perfil de los candidatos a puestos de elección. Esto es normal en una democracia, y por ello, conviene responder de forma transparente y abierta, para despejar cualquier incertidumbre, así como cualquier tipo de desinformación, mediante la razón legal y los argumentos”, dice el texto.
“Jonathan Márquez, a lo largo de su trayectoria política de más de dos décadas, se ha vinculado permanentemente con diversos sectores y grupos sociales, entre los que destacan las comunidades indígenas, con las que ha trabajado en su carácter de líder partidista, servidor público y ciudadano” agrega.
Y enseguida enumera lo que él considera son sus merecimientos:
Como dirigente del Comité Directivo Estatal del PRI en el estado de Morelos, creó la Secretaría de Acción Indígena de dicho instituto político. Además de que con ello se abrió un espacio para la participación de las personas indígenas, dicha iniciativa permitió profundizar su vínculo con diversas comunidades, como en Xoxocotla, Hueyapan o Temoac, por mencionar algunas, en las cuales Jonathan Márquez ha sido partícipe de sus asambleas, así como sus usos y costumbres.
En este contexto, vale la pena recordar lo que dice el Código de Instituciones y Procedimientos Electorales para el Estado de Morelos, en su artículo 79 bis: Para acceder a la postulación bajo el criterio de candidatura indígena se debe acreditar que dicha condición deviene de una autoadscripción calificada, misma que tendrá que ser comprobada con la documentación idónea para ello, la cual acredite la pertenencia o vinculación requerida con la comunidad que se trate, debiendo ser expedidas por las asambleas administrativas o las autoridades tradicionales reconocidas en cada comunidad.
“Como puede constatarse, Jonathan Márquez cumple cabalmente no sólo con los requisitos que estipula la ley, sino con un historial genuino y comprobable de lazos, cooperación, participación y servicio a favor de las comunidades. En particular, se demuestra que existe: Pertenencia, en virtud de su trabajo y acciones efectivas, participación y cooperación con las comunidades a lo largo de los años; Identificación, ya que libremente se identifica como integrante; reconocimiento, ya que la comunidad, mediante una autoridad, avala dicha identidad, fundada en tanto en su auto adscripción como en sus vínculos objetivos”, agrega el documento.
Tal como se esperaba, el IMPEPAC admitió la candidatura y el Tribunal Electoral la confirmó. Luego vino la repartición de diputaciones plurinominales y el IMPEPAC asignó mujer al PRI y hombre al PAN, dejando fuera a Jonathan.
Ayer, la presidenta del TEEM, Ixel Mendoza Aragón, intentó explicar qué fue lo que tomó en cuenta para aprobar la revocación de las asignaciones efectuadas a los ciudadanos Gerardo Abarca Peña, como diputado postulado por el Partido Acción Nacional (PAN), así como la de la ciudadana Gonzala Eleonor Martínez Gómez, postulada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), debiendo expedirse las constancias de asignación a nombre de las ciudadanas Nancy Alejandra Gutiérrez Hernández y Giovanna América Santa Olalla Rivera como Diputada propietaria y suplente, respectivamente, así como a los ciudadanos Jonathan Efrén Márquez Godínez y Víctor Iván Saucedo Tapia como Diputados Propietario y Suplente, resaltando que fue por “un tema de paridad” para que los partidos la cumplan a cabalidad y no sólo se trate de un asunto de simulación.
“Es un avance que se está teniendo en estas resoluciones porque estamos tocando el tema de paridad pero desde otra perspectiva, no la paridad que conocemos, sino una que va a trascender en la integración y también en los partidos políticos, los cuales van a estar obligados a que al momento de postular sus candidaturas revisen que esto se cumpla no solo en los distritos, sino que también puedan postular en sus listas de candidatos plurinominales a mujeres, si ya mandaron en sus listas distritales a hombres, para que ellas también puedan ser beneficiadas. Eso es lo que señala el proyecto y por cuanto a este tema no hemos recibido ningún medio de impugnación”, puntualizó.
Hay un dicho que dice: “Piensa mal y acertarás”, y otro que reza: “Crea fama y échate a dormir”. Aquí aplican los dos.
Esto huele a negociación entre PRI y PAN, ahora que ya son aliados. “Que entre una mujer por el PAN y así tendrá que llegar un hombre por el PRI”, habrían acordado, con la anuencia de las magistradas electorales.
A ver si no los magistrados y magistradas federales les echan a perder su acuerdito.
HASTA MAÑANA.