La última vez que Job fue visto con vida fue el 4 de febrero del 2024, cuando policías de la Comisión Estatal de Seguridad (CES) que encabezaba el almirante en retiro Antonio Ortiz Guarneros, lo sacaron a golpes de su domicilio en la colonia Loma Sur, municipio de Emiliano Zapata. Su cuerpo fue descubierto una semana después a unos kilómetros de distancia con un balazo en la cabeza.
Tal como ocurrió en el caso de Jethro Ramses Sánchez, desaparecido en 2011 luego de ser detenido por la Policía de Cuernavaca y entregado a la 24ava. Zona Militar, en este caso las corporaciones involucradas protegieron a sus elementos negando toda participación, incluso a la autoridad federal que les requirió luego de que familiares promovieron un amparo a fin de localizar al joven de 19 años.
La dirección jurídica de la CES respondió a la jueza de Distrito Nadyelly López Guevara que la patrulla señalada como responsable de haberse llevado a Job, la 01111, “los días tres, cuatro y cinco de febrero de dos mil veinticuatro, se encontraba cubriendo las festividades de la feria de la candelaria en Tetecala, Morelos, lo que acreditaba con copia certificada de las tarjetas correspondientes”.
De igual manera, el director general del Centro de Coordinación, Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo (C5), informó que la unidad con número económico 01111 no contaba con sistema GPS instalado y que después de haber realizado una búsqueda en el despacho operativo de esa Dirección General de C5, no se localizó registro alguno relacionado con la unidad mencionada en los días tres, cuatro y cinco de febrero del 2024.
Y es que la hermana del hoy occiso denunció que la madrugada del 4 de febrero del año pasado, alrededor de las 02:15 de la madrugada, se encontraba durmiendo en su cuarto cuando su hermano entró repentinamente y le dijo que se levantara. “Ponte tenis que la patrulla está allá afuera”, le dijo.
Refiere que tardó algunos minutos en ponerse de pie y que se asomó por la ventana, y vio a cuatro personas del sexo masculino, dos de ellas tenían uniforme de Policía Morelos, y otros dos de civil, “pero los cuatro traían armas largas”.
“Unos instantes después vi como entró un masculino con ropa de civil a mi cuarto, diciéndome que dónde teníamos las armas, pidiéndome que prendiera la luz y cuando lo hice me aventó a la cama y me dijo que no volteara a verlo porque me iba a matar y se tapaba la cara, seguía insistiendo por el arma, pero yo le decía que no teníamos armas, se puso a buscar en mis cosas y como no encontró nada se salió”, dice el expediente.
“Me percato que suben dos por mi hermano, uno vestido de policía y uno de civil, viendo cómo lo golpean y lo alumbraron con una lámpara en la cara y lo siguieron golpeando sacándolo de la casa, a lo lejos vimos que lo subieron a una patrulla tipo camioneta; escuchando como decían que se llevaran esas motos, pero uno de ellos les decía que ya se fueran”, recuerda.
Agrega que el 10 de febrero del 2024, aproximadamente a las 11 horas, “vemos que había patrullas ahí por la calle y por el miedo que tenemos de lo que había pasado, es que tomamos la decisión de salirnos de la casa e irnos a la parte de atrás a un terreno, viendo que se comenzaron a meter a mi domicilio, viendo que es la patrulla 01042, 01111, y otra con número 00861, así como una camioneta de Policía la cual no tenía ningún número sólo decía promotor de Derechos Humanos, asimismo llegó una grúa, viendo cómo es que sacan del interior de mi casa las motocicletas y se las llevan en la grúa”.
Cuando los policías se fueron, los propietarios de la casa entraron y se dieron cuenta que faltaba dinero, joyas, aparatos electrónicos y hasta un perro de la raza Husky.
Sobre ese hecho, que ocurrió el 10 de febrero a plena luz del día, la Comisión Estatal de Seguridad sólo admitió que “diversas unidades policiales, entre ellas, la identificada con el número económico 01111 (mil ciento once), refirieron brindar auxilio a una persona de nombre J.T.J. de dieciocho años, en el municipio Emiliano Zapata, colonia Loma Sur, calle Ciruelos, así como haber realizado inspección a una motocicleta itálika, modelo 2019, número de serie 3SCBRCG3K1000918, la cual refirieron estar abandonada, y al verificarla en el sistema arrojó reporte de robo por el número de motor, por lo que se solicitó la grúa al lugar”.
Ese mismo día, de acuerdo al reporte policial homologado, “aproximadamente a las 17:10 horas reporta vía telefónica base Emiliano Zapata, que nos traslademos a calle Terracería del basurero, de la colonia Sierra Monte Negro del municipio de Emiliano Zapata, Morelos, ya que reportan a una persona tirada, por lo que al tener conocimiento de estos hechos de manera inmediata nos aproximamos al lugar. Siendo las 17:20 horas el suscrito oficial arribé al lugar (…) y al ir circulando de oeste a este de lado derecho de camino de terracería, se visualiza un masculino que se encuentra boca abajo, maniatado, de complexión robusta, 1.70 aproximadamente de estatura, pelo corto y chino, quien playera de cuello redondo color rojo, bermuda de mezclilla color azul y calcetines color negro, en aparente estado de descomposición”.
Como suele ocurrir en estos casos, la familia fue enterada del hallazgo hasta varias semanas después, y la Fiscalía del Estado confirmó que se trataba de Job, hasta el mes de junio que tuvieron los resultados de la prueba de ADN. No hubo necropsia.
En ese momento los esfuerzos de la familia ya no fueron para encontrar a Job, sino para exigir justicia por su asesinato. Sin embargo, se encontraron con la resistencia de las autoridades para llegar hasta la verdad histórica.
Videos obtenidos por la familia del desaparecido confirmaron la presencia de la unidad 01111 en la colonia Loma Sur el día de los hechos, pero cuando quisieron localizar a sus ocupantes, sus superiores “los escondieron”.
Mediante oficio RA4/0204/02/2024 de 17 de febrero de 2024, suscrito por el policía tercero Felipe Hernández Reyes, Encargado de la Cuarta Región Policial del Estado de Morelos –que se informó asigna servicios a los policías Torres Eslaba (sic) Saúl y Fernando Ramírez García–, se tiene que señaló que esa base de Torre Lomas se encontraba imposibilitada para remitir la información requerida, toda vez que no se genera registro de bitácoras, además de que el área de adscripción de dichos elementos policiales es “Protección a Funcionarios”.
Eso sí, la Fiscalía informó a la jueza de Distrito que el hoy occiso estuvo puesto a disposición del Agente del Ministerio Público por delitos contra la salud en su modalidad de narcomenudeo, derivado de la carpeta de investigación FDCLS01/112/2023, por lo que fue puesto a disposición de la autoridad judicial y el ocho de julio de 2023 se llevó a cabo ante Natanael Subdias Aguilar, Juez Especializado de Control del Distrito Único en el Sistema Penal Acusatorio, dentro de la causa penal JC/886/2023, la audiencia de control de detención en la que la autoridad judicial calificó de ilegal la detención del imputado y ordenó su inmediata libertad.
La protección a los policías que presuntamente participaron en ese operativo “que oficialmente nunca existió” se mantuvo hasta que Antonio Ortiz Guarneros fue sustituido por Miguel Ángel Urrutia Lozano.
El pasado fin de semana, agentes de la Fiscalía General del Estado (FGE) detuvieron a ocho policías municipales y estatales de Morelos en diferentes instalaciones gubernamentales. Sus superiores los entregaron.
Azucena González Malagón, Carolina Giles Eloisa, Esteban Gómez Rosales, Gerardo Delgado Reyes, Guadalupe Solís Lagunas, Miriam Doroteo Flores, Santiago Pérez Peralta y Saúl Torres Eslava, fueron puestos a disposición de un juez de control, quien ordenó prisión preventiva para todos y fijó este 7 de febrero para definir su situación jurídica.
HASTA MAÑANA.