Pero el hecho innegable es que Manuel Carmona Zúñiga, presidente del Comité Estatal por la Diversidad Sexual en Morelos, informó en conferencia de prensa que el juez Segundo de Distrito en el estado de Morelos, José Leovigildo Martínez Hidalgo, emitió el fallo a favor de los promoventes de un amparo en contra de los artículos 120 de la Constitución Política del estado de Morelos; del artículo 22 del Código Familiar y del artículo 68 del Código Familiar, que establecen que la unión debe ser entre un “hombre y una mujer”.
El 28 de agosto de 2013, Mario Leopoldo Castellano Ramos y Alfonso Ángel Martínez Reyes, solicitaron un amparo ante los Juzgados de Distrito en el estado de Morelos; asimismo pidieron la protección de la justicia federal contra actos del Congreso del Estado de Morelos, el Ejecutivo y el oficial Número Uno del registro Civil de Xochitepec, debido a que se negaron a aceptar su unión por la vía civil.
Tras casi cuatro meses, el juez determinó que esas normas son inconstitucionales en su literalidad, “por contener una distinción que excluye injustificadamente a las parejas del mismo sexo el acceso al matrimonio, al permitir que sólo se contraiga entre parejas heterosexuales”, explicó.
En lo que sí se equivoca el dirigente de los homosexuales es en que “esta determinación obliga al Congreso local a reformar el artículo 120 constitucional y los ayuntamientos tendrán que modificar su ley orgánica municipal, especialmente el artículo del matrimonio”.
Todo mundo sabe que los juicios de amparo sólo benefician a los promoventes, aunque sí abre la puerta para que las demás personas que persiguen el mismo fin sigan ese mismo camino. Pero no en automático.
De hecho, un caso similar se está ventilando en el municipio de Cuernavaca, donde dos mujeres lesbianas solicitaron que se les extendiera el acta de divorcio, y ante la negativa de la directora del Registro Civil interpusieron un recurso de amparo que está por resolverse.
De concretarse el matrimonio entre dos hombres en Xochitepec sería el sexto en todo el país que se realiza por orden de un juez federal. Los enlaces que se han realizado son en Oaxaca (dos), Yucatán (uno), Chihuahua (uno) y Jalisco (uno).
En diciembre de 2009, el DF redefinió su concepto de matrimonio como la "unión libre de dos personas para realizar la comunidad de vida". La reforma entró en vigor en marzo de 2010 y permitió que en su primer año de vigencia se casaran 700 parejas del mismo sexo y que dos mujeres fueran las primeras en adoptar un niño. La SCJN ya avaló su constitucionalidad.
Antes, en 2007, Coahuila reformó su Código Civil y creó el pacto civil de solidaridad, lo que permite a personas del mismo sexo compartir derechos legales mediante un contrato.
Durante 2013, tras largos debates en Jalisco y Colima, sus respectivos congresos locales aprobaron figuras legales que dan derechos a las parejas gay que decidan unirse, ya sea mediante un contrato o a través de una relación conyugal.
En Colima, el primer matrimonio gay se llevó a cabo en febrero de 2013, antes de la modificación al Código Civil. La unión entre dos varones se celebró en el municipio de Cuauhtémoc, luego de que las autoridades locales, basadas en el principio constitucional de la no discriminación, realizaron el enlace civil.
Seis meses después, en agosto, se publicó la reforma con la que se creó la figura de "enlaces conyugales".
En Jalisco, considerado un estado conservador, cuna del mariachi y la charrería símbolos de la "hombría" del mexicano, se aprobó una Ley de Libre Convivencia que permite a las personas del mismo sexo tener derechos y obligaciones similares al de un matrimonio heterosexual.
Pero quien abrió la puerta para este tipo de enlaces matrimoniales fue el estado de Oaxaca. A finales del 2012, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) atrajo tres amparos sobre matrimonios entre personas del mismo sexo en Oaxaca. Las tres parejas habían acudido al Registro Civil estatal para casarse, pero ante la negativa de las autoridades buscaron el recurso de amparo.
En los amparos 457/2012, 567/2012 y 581/2012 se alega la inconstitucionalidad por discriminación del artículo 143 del Código Civil de Oaxaca y la omisión a la protección de las familias homoparentales.
El amparo que se resolvió a favor por unanimidad en la Corte fue el 581/2012, llevado por el ministro Arturo Zaldívar.
El proyecto debía aprobarse por tres de los cinco integrantes de la Primera Sala, sin embargo, fue avalado por unanimidad. Y es este amparo el que está sirviendo de base para las dos mujeres que pretenden casarse en Cuernavaca y que seguramente será noticia en los próximos días.
A nivel federal, la discusión sobre el matrimonio gay llegó a finales del año pasado al Congreso de la Unión, donde los senadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD), de izquierda, presentaron una iniciativa de reforma al Código Civil Federal para que ese tipo de uniones se reconozca en todo el país.
El tema todavía no es analizado en comisiones, aunque legisladores del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), primera fuerza en ambas cámaras, se han declarado abiertos a debatirlo.
Las parejas gay, mientras tanto, libran otras batallas por sus derechos. En mayo, atendiendo una resolución del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) anunció que reconocerá a los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Hasta entonces, el ISSSTE se había negado a reconocer sus derechos, argumentando que sus reglamentos solamente reconocen a matrimonios heterosexuales.
Bajo este contexto, ¿está preparado Morelos para un cambio tan radical en este sentido?
Como ya lo habíamos mencionado líneas arriba, las resoluciones judiciales no son una orden para que el Congreso Local actúe en consecuencia y de inmediato, pero sí actúa como “termómetro”, como una señal de que algo nuevo está sucediendo. Sin embargo, para cambiar las leyes se necesita una justificación, y que se pongan de acuerdo las fuerzas políticas que convergen al interior del Congreso Local.
En este sentido, el gobierno de Graco Ramírez ha dado muestras claras de que este será el sexenio de la diversidad sexual. Se instituyó el Día de la Diversidad Sexual y se pretende bautizar a la plancha del Zócalo como la “plaza de la diversidad sexual” o algo así. Jorge Messeguer ha aparecido en fotografías oficiales posando orgullosamente al lado de homosexuales. Fotografías de hombres con hombres y mujeres con mujeres, ya son comunes en las campañas del gobierno estatal.
Lo más extraño es que esto esté ocurriendo cuando hace apenas unos años el gobierno estatal (panista) prohibió la distribución de unos libros de texto para primaria porque la explicación sobre las relaciones sexuales eran demasiado explícitas. Todavía hace dos años la celebración de la misa de Santo Tomás Moro (22 de junio) en la catedral de Cuernavaca reunía a la mayoría de miembros del gabinete y se divulgaba a través de los órganos oficiales de comunicación.
Por eso la pregunta ¿Ya estamos preparados para ir de un extremo a otro en tan corto tiempo?
En lo personal considero que la sociedad siempre va a contar con personas que estén totalmente en contra, totalmente a favor y los que aceptarían igualmente una cosa u otra. Siempre ha sido así.
Pero lo que determina que un gobierno se cargue hacia un extremo u otro depende de que tenga el control político de los grupos tanto institucionales como fácticos. Atendiendo a eso, podemos pronosticar que en las próximas elecciones tendremos ya los primeros candidatos abiertamente homosexuales como ya existen en el Distrito Federal.
Uno de ellos será indudablemente Manuel Carmona, Zúñiga quien encabeza desde hace varios años al sector homosexual en el estado. Y el número de votos que consiga será el mejor indicador del avance del llamado “tercer sexo” en la sociedad morelense.
Nos puede causar risa, morbo, asco, orgullo o indiferencia, pero el hecho innegable es que los homosexuales ahí están, esperando la oportunidad de llegar al poder, si no es que ya llegaron.
HASTA MAÑANA