La segunda es el complemento lógico a esta columna, referente a los gazapos verbales del virtual candidato a la presidencia de la república del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, y del precandidato a la misma ansiada posición del Partido Acción Nacional (PAN), Ernesto Cordero Arroyo.
Desde luego que es mayor pecado cuando se comete sin aprender la lección del que derrapó primero; sin embargo en este affaire a dos bandas quién pierde más es el precandidato presidencial del tricolor.
El garrafal error de Peña Nieto cometido en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara tuvo un valor negativo agregado, el haberse metido en el agarrón twitero Paulina, la adolescente hija de Peña Nieto.
En su descargo, la joven explica, después de ofrecer disculpas al reanudar su cuenta de twitter: “Quiero ofrecer una disculpa de todo corazón. Mi intención con ese RT jamás fue ofenderlos. Reconozco que hice mal y lo lamento”… “Fue un impulso de mi parte al leer algunos tweets que ofendían a mi papá y a la memoria de mi mamá. Hoy aprendí una gran lección”.
Reacción de adolescente, desde luego, pero también hay un vacío cuando los hombres públicos no les advierten a los hijos que toda la familia está en el ojo del huracán y más cuando se persigue la más alta investidura del país.
Bueno que el ex gobernador mexiquense acepte que cometió dos errores y que también haya ofrecido disculpas: “el primero, la confusión que tuve en los autores de los libros, que los cité equivocadamente… Los crucé, ni siquiera pude dar sus nombres exactos. Y el otro, haber subestimado en algo elemental el asistir a una feria sin estar preparado con algo que era una pregunta obvia sobre libros, lo que simplemente omitimos y reconozco y acepto el error”.
“El RT de Paulina fue una reacción emotiva por mi error en la FIL”, twiteó Peña Nieto y de inmediato reconoce: “Definitivamente fue un exceso y me disculpo públicamente por ello”, y finalmente informa: “Hablé con mis hijos sobre el valor del respeto y la tolerancia, les reiteré que debemos escuchar y no ofender a los demás”.
De continuo, citó a José de Ingenieros, cuando en su obra magistral apunta que el hombre triunfador es aquel que aprende de las experiencias propias y de los demás, el mediocre es el que sólo aprende de las propias y el fracasado es el que no aprende ni de las propias ni de las ajenas.
Ernesto Cordero Arroyo comete el mimo error y en el mismo lugar se defiende al decir “que hay de resbalones a resbalones”, en referencia a su posible oponente priista y agrega que “lo agarraron muy temprano”, porque la entrevista de sus gazapos verbales fue por la mañana.
En esas condiciones, Cordero Arroyo sólo funciona de tardecito; sin embargo, el que pierde en el doble affaire es Peña Nieto, quien iba tan bien y le costará mucho mantenerse como puntero en la carrera presidencial; el otro va tan mal, que no pierde nada.
Al aire
El adelanto en la publicación de la convocatoria para el registro de candidatos al gobierno del estado del Partido de la Revolución Democrática y el deslinde en esa carrera de Juan Salgado Brito y Fidel Demédicis Hidalgo no sólo dejan en claro la final abrupta entre Raúl Iragorri Montoya y Graco Ramírez Garrido Abreu, sino una difícil situacion a resolver, si se toma en cuenta los calificativos que entre ellos se lanzan, la antagónica postura entre ambos, y en ello el gran reto de mantener la unidad –como única alternativa de competencia-- de las izquierdas en Morelos.
Más tolerante Graco y más irascible Raúl; es el momento de las deficiniciones. Graco lejos y alejado de Andrés Manuel Lopez Obrador, Raúl cerca y cercano al candidato presidencial. Graco en desventaja después de la conformación del Consejo Político estatal, Raúl con avance en esa instancia. Graco con mayor presencia y campaña efectiva, Raúl más pausado y en espera de los tiempos y las circunstancias.
En alguno de ellos, puede ser que en ambos, recaiga la responsabilidad de buscar la silla gubernamental con un perfil de izquierda cuya apuesta lleva ya a nivel nacional el candidato, por segunda ocasión, el impulsor ahora de una república “amorosa”.
Ya veremos qué tanto influye en ambos personajes este valor –el amor-- para alcanzar la ansiada candidatura.