Fraccionado en tres partes, el PRD Morelos tiene en el senador Graco Ramírez el grupo mayoritario, lejano el del diputado Fidel Demédicis y abajo el de Paiz, la corriente lopezobradorista que representa Anastasio Solís Lezo. Con alrededor de 140 consejeros estatales que decidirán las nominaciones desde candidato a gobernador hacia abajo, más de la mitad obedece al proyecto de Graco Ramírez, y de ese cincuenta por ciento restante Fidel debe tener alrededor del 60 por ciento y el resto (que en la cuenta real es menor) los de Paiz. En palabras reales, Graco Ramírez por sí mismo es el virtual candidato del PRD a gobernador del estado.
Pero si algo faltaba, Fidel Demédicis Hidalgo ha aceptado aliarse con Graco, lo que hace del temixquense candidato al Senado, con la intención de ser primera minoría como actualmente lo es el propio Graco. ¿Qué queda? Algunas presidencias, diputaciones locales y sobre todo regidurías, las que tienen otro cariz interesante y poco benéfico para los perredistas-perredistas, porque si van en alianza con el PT y Convergencia, prácticamente el voto duro del perredismo beneficiará a los anaranjados y al PT que no tienen base militante de peso, pero sí los convergentes una burocracia dorada. Nos entendemos: López Obrador ya se sabe que va con PT y Convergencia. Los perredistas simpatizantes del tabasqueño fortalecen a quienes envíen convergentes y petistas.
Si por alguna buena razón se pone de acuerdo la corriente que preside el PRD nacional y estatal, la de “Los Chuchos” –que aquí y allá es de las cabezas Graco--, con López Obrador, le conviene la alianza con PT y Convergencia en cuanto a la suma de partidos. Pero relativamente en votos, conociendo la realidad de ambos partidos, quienes pierden son los militantes de siempre, porque sus aspiraciones se estrellan con el compromiso cupular. En Jiutepec, donde gobierna el PRD, por ejemplo (y muy mal, por cierto), el síndico es de Convergencia, el mismo que disparó a su señora y se armó un escándalo. Desde este municipio conurbado, se gestó una corriente que en su momento “pintó” bien hacia el futuro inmediato, encabezada por Rabindranath Salazar Solorio, incluso se sentía que López Obrador lo cuidaba.
A “Rabín” le ganó la ambición, le encantó la burocracia y los malos manejos, al grado que hoy no tiene una sola posibilidad de ser candidato a gobernador por la corriente de AMLO y menos del PRD, al hacerse cada vez más pequeño su grupo. Él deseaba ser senador. Le ha ganado Fidel. No puede por estatutos ser diputado federal por la vía plurinominal. Se acabó su proyecto que rodó por los suelos en los últimos meses gracias a la pésima gestión de la persona que se encargó del municipio, Miguel Ángel Rabadán Calderón, que ni caso tiene mencionar si tiene alguna posibilidad de continuar su carrera política. Rupestre, Rabadán se quedó en el buen obrero de la industria automotriz y perdió el tiempo, no aprendió. Solos, se hicieron a un lado. Nadie al interior les ganó la batalla. Ellos en su voracidad y mal quehacer se encuentran más cerca de procesos con pagos de cárcel que de alguna posición política. Lo saben en todas las corrientes del PRD. Cancelaron, casi, la posibilidad del PRD de repetir por tercera ocasión en Jiutepec. El Ayuntamiento está en la quiebra, no tiene operadores, Rabadán ha crecido materialmente pero la posibilidad que les abran procesos a ambos no es una simple posibilidad. Son la parte oscura de un partido que, normalmente, cuidaba las formas.
Ahora bien, otra condición ineludible: si bien Graco tiene segura la candidatura por la parte oficial del partido, si se arreglan con López Obrador, se va a complicar por la tremenda enemistad que generaron. Es pública y nacional. Entonces los lopezobradoristas harían un frente con el PT y Convergencia, y aquí la mano la lleva Juan Salgado Brito, así que de las izquierdas habría dos candidatos, lo que haría prácticamente imposible que ganaran la posición mayor… pero eso sí, varias de representación proporcional que, repetimos, beneficiarían a convergentes y petistas, que es natural en el amarre de Andrés Manuel con aquellos.
Este tema es amplio. Vale conocer opiniones de propios perredistas, que tengamos otra visión, porque ésta no tiene nada de descabellada; la conocen en pasillos; la guardan en sus adentros los principales personajes, pero debe haber otras opciones.
Libro de Carrillo Olea
En su edición de ayer, la revista Proceso publica fragmentos del libro México en Riesgo, de Jorge Carrillo Olea (Editorial Grijalbo), que aparecerá en los próximos días. Activo en algo que se le da, el ex gobernador de Morelos toca varios temas, centrados en aquel llamado “Halconazo” en junio de 1971 cuando era presidente Luis Echeverría Álvarez y el jojutlense se desempeñaba como jefe de la Segunda Sección del Estado Mayor Presidencial. Vamos a leer “Proceso” y seguramente en los días que vienen hay que comprar el libro.
Si algo hace bien Carrillo Olea, es escribir. En un recuadro del mismo Proceso, hay una parte del libro con el título: “A Calderón le hace falta liderazgo”, nada más para que nos vayamos imaginando.
1 comentario
Hey
es una porqueria su periodico, deberian de ponerse atrabajar y en vez… Compartelo!