Cada vez falta menos, pero eso no basta para que en la consulta a fuentes conocedoras de la realidad electoral, digamos que hay dos posiciones adelante: la virtual que encabeza Graco Ramírez Garrido Abreu y la real de Amado Orihuela Trejo. El candidato del PRD—Morena y Anexas ha hecho una tarea nunca antes vista en los medios y en donde mejor se le pueda ver. Sin embargo, a la callada por el momento, el PRI tiene hecho su ejército de alrededor 25 mil personas preparadas para defender el voto en sus secciones y casillas electorales. Y no decimos la cantidad, pero la recepción de la famosa y controvertida tarjetita que preocupa a sus adversarios, rebasa el número de lo que cualquiera de los competidores anhelaría.

Preguntamos: ¿Qué funciona en estos casos, el aparato visual o el trabajo de campo? Incluso los priistas de arriba están tranquilos y en la parte media y en la base hacen una tarea sin mucho ruido pero que ya dominan. Volvemos a preguntar: ¿Qué es más eficaz? Nos respondemos rápido: va a ganar el PRI el gobierno el 1 de julio en Morelos. Claro, ésta es la opinión de un columnista de acuerdo a lo que percibe en cada una de las fuentes. Ni somos adivinos y menos magos. Simple lógica según los números que marcan las fuentes. ¿Qué si son confiables las fuentes? Cuando menos las que consultamos ayer, sí.

Ahora bien, el aparato de comunicación de Graco Ramírez funciona como reloj y cada 20 minutos está enviando cualquier información del hábil cuanto controvertido político nacido en Tabasco y afincado entre Morelos y el DF hace 25 años. Ahí sí van ganando… y de calle. Pero eso no es todo, se necesita operación efectiva, real, en el escenario de los hechos y esa se encuentra en calles, colonias, poblados y municipios. El partido que el día de hoy tenga hecho su ejército de 25 mil operadores, ya ganó. Y no es cosa simplemente de decirlo, sino para lograr esa suma es trabajo de mucho tiempo, que no lo hacen los anuncios ni las declaraciones. Esas funcionan, no sabemos hasta dónde.

En el PRI no aparecen sus personajes haciendo conferencias en grupo donde se apoyan mutuamente, existen dolencias a la vista y no las ocultan, incluso las comparten en mesas y salones. Sin embargo, es algo así como un bote con seis remeros, cada uno llevando la misma velocidad y sudando copiosamente, pero sin voltear a verse. Se caen gordos, pero reman en la misma dirección y tras el mismo objetivo: llegar a la meta primero. Y van adelantados, según esta imaginaria informativa del que escribe. Son de ésos que se pasan mentándose la madre y sacándose la lengua a cada rato, pero a la hora de la justa se dirigen hacia la misma meta, cruzan sables y balas con el enemigo, se llegan a ver de reojo, incluso se defienden, llegan al otro lado, celebran y vuelven a dejarse de hablar. Es su naturaleza. Esa que no muchos entienden. Quedaron embalados del 2009 y considera el columnista –que se hace responsable de lo que escribe cada día— que a los demás no va a alcanzarles, a pesar del buen esfuerzo que hacen, sobre todo Graco, que ya ganó incluso perdiendo, porque el simple hecho de ser candidato representa un sinnúmero de apoyos que lo mismo llegan del DF, de Guerrero, de Puebla, y si se puede de Oaxaca o de Sinaloa. Igual que los 20 estados que gobierna el PRI, que a la hora de la hora y pasando –igual que los otros encima de leyes y reglas— dejan caer la cascada para que todos trabajen tranquilos y hacia la meta trazada.

¿Y a alguno se le ocurre creer que el manejo de los recursos es transparente? Como diría Pastor, el extinto “chinco chincuenta” de Zarco: Nuncamente