Comentándolo con diversas personas, dentro y fuera del ámbito educativo, llama la atención que se conoce poco de proyectos de importancia nacional y, más aún, en temas relacionados con la educación. Este es un excelente programa, que tiene ya alrededor de 10 años de existencia. Su objetivo es claro: generar la posibilidad de brindar el acceso a la educación superior a poblaciones que, en circunstancias normales, nunca llegarían a dicho nivel de estudios. En este caso, se trata de los jóvenes indígenas del país. En un principio, en calidad de proyecto, se presentó a la Fundación Ford, quien hizo una primera inversión, como capital semilla, para arrancar el programa y posteriormente el mismo fue financiado por el Banco Mundial, y con ello se empezó a consolidar. Por supuesto que para lograr implementar el PAEIIES, ha sido fundamental la participación de las universidades del país, sobre todo aquellas cuya población indígena es significativa. Paulatinamente se han ido consolidando las llamadas Unidades de Apoyo Académico, creadas especialmente para ser el medio, el instrumento organizacional técnico y académico, que se dedica específicamente a la atención de esta población, con el objetivo de apoyar a estudiantes indígenas. Como todos sabemos, en nuestro país dicha población ha sido objeto de discriminación, de exclusión, de olvido, de maltrato y explotación.
Por eso celebro que a través de la ANUIES se haya implementado en las universidades autónomas y públicas, dicho programa. Hasta ahora, se puede decir que se han beneficiado alrededor de 14,000 jóvenes indígenas que han podido concluir sus estudios de licenciatura. En estos primeros años han participado 24 universidades, destacando la región centro-sur, con la mayor población atendida. Un dato muy significativo es que la deserción en estos 10 años ha sido sólo del 3%, lo cual nos indica claramente que lo que quiere este ejército de seres humanos, es que se les dé la oportunidad de prepararse, de educarse, de adquirir y construir herramientas que les permitan, a ellos y a sus familias, tener una vida más digna y productiva, de acuerdo a las necesidades personales, de sus comunidades y del país.
La buena noticia para Morelos es que, muy probablemente en este año por primera vez, la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) sea invitada a participar y a crear estas Unidades de Apoyo Académico con este fin. Ello brindará una mayor oportunidad a jóvenes indígenas que han sido marginados y que no han podido continuar con sus estudios. El objetivo es que se les amplíen las posibilidades de acceso a este nivel educativo, buscando siempre promover la equidad y que se concrete, en los hechos, más allá del discurso, una política pública intercultural, con el respeto irrestricto de la diversidad cultural.
El PAEIIES es un ejemplo, del relativo éxito en materia educativa y de justicia social de México. Por supuesto, aún está muy lejos de lograr la verdadera justicia y equidad que necesitamos y a la que aspiramos muchos mexicanos. Pero es un camino correcto. En otra ocasión he comentado que la educación de nuestro país está en zona de desastre. Basta citar a Denise Dresser: “de cada 100 estudiantes que ingresan a la primaria, sólo 68 completan la educación básica y sólo 35 terminan la primaria. Sólo 8.5% de la población cuenta con una licenciatura. Sólo 3% de la población indígena completa al menos un año de universidad. Sólo una de cada cinco mujeres indígenas sigue estudiando” (El país de uno, pág. 40, Ed. Aguilar). Pero también he señalado que quienes han hecho un progresivo y significativo avance en esta materia, en cobertura y sobre todo en calidad, han sido las universidades, principalmente las públicas; aunque también hay que reconocer que algunas privadas se han movido en sentido positivo.
En este contexto y con esta gran labor que está impulsando la ANUIES, nos encontramos en un país a punto de tener un cambio presidencial. Este cambio es una gran oportunidad para atender uno de los aspectos más importantes que explican la falta de despegue de nuestro país: la educación. El o la que sea presidente, si verdaderamente piensan en un cambio, éste tendrá su piedra angular justamente en la educación. ¡Hasta la próxima!