También es interesante comentar que la ONU ha seleccionado personalidades que se han distinguido en los campos de las artes, la literatura, la música y los deportes, o en otras áreas de la vida pública, y que ayudan a enfocar la atención del mundo en la labor del organismo internacional: Mensajeros de la Paz o Embajadores de Buena Voluntad de Naciones Unidas.
Sin embargo y por un futuro mejor, somos todos nosotros los responsables de dar un mensaje de paz en el día a día: cambiar la espiral de violencia en la que se encuentra inmerso nuestro presente y recordar que las pequeñas acciones ayudan a crear grandes cambios.
Para el filósofo e historiador francés Jean-Pierre Vernant, el rol del mito de Pandora, según la versión del poeta Hesíodo, es el de la justificación teológica de la presencia de fuerzas oscuras en el mundo humano; al intentar Prometeo obtener para los hombres más de lo que debían recibir, arrastra entonces a la humanidad a la desgracia.
Lo anterior en plena concordancia con las palabras finales del discurso del papa Pablo VI, pronunciado un 4 de octubre de 1965 ante representantes mundiales en la ONU: “El verdadero peligro está en el hombre, que dispone de instrumentos cada vez más poderosos, capaces de llevar tanto a la ruina como a las más altas conquistas”.
Un discurso en el que Pablo VI también señaló que había llegado la hora “en que se impone una pausa (…) volver a pensar en nuestro común origen, en nuestra historia, en nuestro destino común. Nunca, como hoy, (...) ha sido tan necesaria la conciencia moral del hombre, porque el peligro no viene ni del progreso ni de la ciencia, que, bien utilizados, podrán (...) resolver muchos de los graves problemas que afligen a la humanidad”.
De dicha fecha y de tales palabras han transcurrido 55 años; sin embargo, el sentido de las mismas continúa vigente al día de hoy; poco hemos avanzado para volver a pensar en un “común origen”, pese a los adelantos de los medios de comunicación que en su momento el teórico Herbert Marshall McLuhan analizó y describió en relación al mundo como una “aldea global” y a la humanidad como una “tribu planetaria”: descripción inexacta como fruto exclusivo del sistema comunicativo y con una “aldea” que podría catalogarse más como de “sumisión consumista” que de desarrollo mental o tendiente a buscar un “destino común”.
Por eso este domingo, antes de que concluya enero, destacamos en este espacio que 2020 marca el quinto aniversario de la agenda de objetivos de la ONU respecto al plan de desarrollo para construir un futuro sustentable.
Sobre dicho tema, Tijjani Muhammad-Bande, presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas en su 74 periodo de sesiones, expuso el pasado lunes 13 de enero ante los estados miembros las prioridades para el año 2020, mismas que se alinean con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Dichas prioridades se verán reflejadas en la aplicación de los mandatos existentes tales como paz y seguridad internacionales -ya que no puede haber desarrollo en ausencia de paz-, erradicación de la pobreza, hambre cero, educación de calidad, acción climática -con eventos tales como la "Conferencia sobre los océanos", del 2 al 6 de junio del presente año, y el "Diálogo de alto nivel sobre la desertificación", el 9 de junio- y por supuesto lo que concierne al tema de la inclusión.
Al respecto de la inclusión, Muhamad-Bande resaltó su importancia clave para el mundo e instó a todas las delegaciones a participar en la celebración del 25 aniversario de la "Cuarta conferencia mundial sobre la mujer", el 20 aniversario de la "Resolución 1325 sobre la mujer, la paz y la seguridad", así como el 10 aniversario de ONU Mujeres, entre otros.
A inicios de este mes que concluye, las Naciones Unidas también lanzaron oficialmente su iniciativa para conmemorar los 75 años de la organización, con el objetivo de "dar lugar a la conversación más amplia e inclusiva del mundo sobre el papel de la cooperación global en la construcción de un futuro mejor para todos".
En el fondo del ánfora plena de males que Pandora llevó a los hombres, quedó atrapada la ‘elpis’. Como en la caja de Pandora, nos queda tal vez la esperanza de reconocer la importancia de la inclusión social como el primer paso para ser "más humanos", educar y ayudar, brindar las herramientas necesarias para que nuestro prójimo tenga la misma posibilidad de buscar un futuro mejor y una calidad de vida digna.
Panóptico Rojo
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Inclusión
Antes de que finalice el primer mes de este año 2020, cabe recordar que en el año 2015 se conmemoró el 70 aniversario de las Naciones Unidas y los dirigentes mundiales se reunieron para aprobar la agenda de objetivos para un desarrollo sostenible en los próximos quince años, a fin de propiciar una acción significativa sobre el cambio climático.
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