Así ocurrió este sábado alrededor de las 14:30 horas, pero su libertad duró unos minutos, pues fue reaprehendido por agentes de la Procuraduría General de la República y elementos de la Policía Federal que, con un fuerte dispositivo de seguridad, lo esperaban afuera de dicho reclusorio. El auto de libertad fue concedido por el juez federal de la causa, luego de que un Tribunal Colegiado de Circuito le ordenó revocar el auto de formal prisión que desde finales de julio de 2009 lo mantuvo preso, primero en un penal de Matamoros, y después en Tepic.
Al filo de las 17:00 horas del mismo sábado platiqué con Guillermo Pasquel Hernández, abogado defensor del ex funcionario policiaco, quien dijo desconocer el paradero de Cabeza de Vaca. “A pesar de que jamás existieron elementos suficientes para sustentar los delitos que le imputaba la PGR, nuevamente fue detenido, y no sé dónde se encuentra”, indicó el jurista. “Lamentablemente es un acto de barbarie, que deja otra vez manifiesta la negligencia por parte de la Procuraduría. El mismo juez federal que lo declaró formalmente preso le concedió la libertad, pero la PGR, mediante una maniobra poco legal, de manera oficiosa, lo volvió a privar de su libertad”. Y añadió contundentemente: “Luis Angel Cabeza de Vaca es un preso político”.
Hasta el momento de escribir ayer la presente columna busqué de manera insistente a Guillermo Pasquel Hernández a fin de actualizar la información y saber si ya había localizado a su cliente, pero no fue posible hablar con él. Empero, contacté a Enrique Paredes Sotelo, quien durante una parte del proceso llevó la defensa de Salvador Pintado Vázquez, ex director operativo de la Policía Ministerial del Estado, y cuyo conocimiento del expediente (alrededor de 11 tomos) lo autoriza para expresar, tal como me lo refrendó ayer: “Ya se esperaba la revocación del auto de formal prisión, tal como lo hizo un Tribunal Colegiado de Circuito, porque la PGR jamás sustentó las acusaciones y siempre se basó en testigos de oídas y chismes. Respecto del caso que me comentas –la nueva detención de Cabeza de Vaca-, la PGR pretende salvar las apariencias y evitar un nuevo ridículo; probablemente está recurriendo a sus ‘desgloses’ (dentro del expediente) a fin de emitir una nueva orden de presentación, reaprehender a Cabeza de Vaca, arraigarlo otra vez bajo acusaciones diferentes, consignarlo a un juez federal y volverlo a encerrar. Así es como opera la PGR”.
La semana pasada, Pasquel había celebrado el hecho de que “las instituciones de justicia, finalmente, determinaron la inocencia de Luis Angel Cabeza de Vaca”, y esperaba una nueva sentencia favorable a su cliente. En la plática sostenida ayer con este columnista señaló: “Logramos obtener su libertad, demostramos que no existía ningún vínculo de Luis Angel con las organizaciones criminales que la PGR había dicho y, desgraciadamente, ahora lo vuelven a detener. Ahorita, te confieso, no sé qué hacer, porque primero debemos localizarlo y determinar las causas por las cuales se lo llevó la Procuraduría. Hasta entonces determinaré la nueva estrategia jurídica, frente a lo que indudablemente será otra aberración, pues la dependencia ya agotó sus más fuertes acusaciones”.
El 29 de julio de 2009, en este mismo espacio, comenté que la aprehensión y consignación del ex mando policiaco se basó en las declaraciones iniciales rendidas ante elementos de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) por los ex policías rasos de Cuernavaca, Esteban Royaceli Linares y Mario González Gaspar, quienes, sin embargo, apuntaban a ser testigos de oídas. Primero dijeron que “sabían que alguien había visto” a los mencionados ex comandantes, así como a Ramiro Lobato Morales y Said Veana Valenzuela (altos mandos de la SPP estatal actualmente prófugos), “recibir bolsas de dinero proveniente de la delincuencia organizada”. Pero en el expediente no existía ninguna vinculación de los procesados con los hermanos Beltrán Leyva, cuya “aparición” en la causa penal (no obstante los dichos vertidos por supuestos “testigos protegidos”) podría llegar a convertirse en una leyenda urbana más. A finales de julio, Royaceli y González Gaspar, al rendir su declaración preparatoria, se contradijeron, no identificaron a varios acusados cuando se les mostraron sus fotografías y terminaron por retractarse de sus incriminaciones a Cabeza de Vaca, Francisco Sánchez González y Salvador Pintado Vázquez, lo cual no importó al juez federal que determinó a todos formalmente presos. A ver.