Orihuela Trejo, durante una conferencia de prensa ofrecida anteayer, evadió los planteamientos relativos a la integración de su nombre entre quienes ya son analizados por la opinión pública como prospectos a la candidatura gubernamental del PRI. Aunque el legislador ha buscado salvar las apariencias sobre el espinoso asunto, proyectándose como un hombre respetuoso de los tiempos y formas plasmados en los estatutos priístas, deberá lidiar los próximos meses con lo mismo. Hoy por hoy es un precandidato natural, pues tiene arraigo e identificación en la mayoría de distritos y localidades con alta densidad electoral.
Empero, en la lista no está solo. Sin ningún orden jerárquico, a continuación mencionaré los nombres de otros priístas que, conforme transcurran los meses venideros, serán “manejados” por igual en los medios informativos. Comenzaré con el diputado federal por el Distrito I, Francisco Moreno Merino, quien hasta ahora ha proyectado “economía de fuerzas”, evitando cualquier desgaste prematuro frente al ejercicio público local, como ocurre con otros distinguidos cuadros del partido tricolor.
Mientras Moreno se ha dedicado por completo a ocupar su curul en la Cámara de Diputados, en Cuernavaca (es decir en el distrito federal I) el alcalde Manuel Martínez Garrigós navega contracorriente soportando el embate de toda la clase política panista, a veces recibiendo la solidaridad de otros líderes priístas, entre quienes figuran Amado Orihuela Trejo, la mayoría de ediles tricolores y determinados miembros del grupo parlamentario del PRI. Aún con el deterioro que implica la administración de la comuna cuernavaquense, Martínez Garrigós sigue en la lista de precandidatos gubernamentales. Apliquen ustedes aquí una analogía entre Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México, y Manlio Fabio Beltrones, líder senatorial, y me darán la razón. Peña está bajo ataque, mientras Beltrones prepara cómodamente una reforma hacendaria, casi de fondo. A ver.
Añadiré en la lista a la diputada federal por el IV distrito, Rosalina Mazari Espín, combativa mujer ixtleca cuya vocación de servicio quedó demostrada durante su paso por la LIX Legislatura (2003-2006). Me parece que, con mayor maduración, hoy posee mejor visión de estado y legitimidad para erigirse como representante social de una región donde se partió el alma para ganar votos. Sume usted su congruencia entre el decir y el hacer -sin que deba recurrir a la mitomanía para demostrar resultados- y entonces estará de acuerdo conmigo tocante a su segura inclusión en la lista de precandidatos gubernamentales.
El profesor y licenciado Jaime Sánchez Vélez, diputado federal por el V distrito, también será “manejado” por los medios en los próximos meses. Sus principales virtudes son la honestidad y la vocación de servicio. Tiene la legitimidad que le otorga haber ganado la elección de 2009 frente a los fuertes intereses panistas en un distrito conflictivo. Tal vez le pese no haber ganado la elección de presidente del CDE, pero en política predominan las circunstancias. Y si éstas lo determinan, Sánchez Vélez sería el candidato a la gubernatura.
Entre los diputados locales, Fernando Martínez Cué, del III distrito de Cuernavaca, levantó la mano siendo parte del grupo parlamentario del PRI. Quiere volver a competir por la gubernatura (ya lo hizo en 2006 y casi ganó), pero el artículo 166, fracciones III y IV de los estatutos priístas, se lo impiden. Durante el anterior proceso electoral representó a la Coalición por el Bien de Todos, integrada por el PRD, el PT y Convergencia. Entonces no quería saber nada del PRI.
¿Quién de todos tiene capacidad de convocatoria y reconciliación? ¿Quién está libre de traiciones y el desprestigio que acarrean las promesas incumplidas? Dejo a ustedes (mejor informados que este columnista) la respuesta.