La propuesta, finalmente, tomaría cuerpo en un decreto presidencial firmado por el general que entró en vigencia el 1 de enero de 1936 en el Diario Oficial, mediante el cual se edificó un instituto que aglutinaría diferentes campos de la ciencia -inconexos en ese momento- como medicina homeopatía, ingeniería textil, medicina, ciencias biológicas, comercio y administración, ingeniería mecánica y electricidad, entre otras disciplinas, bajo el nombre de Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Mejores resultados vs. menor presupuesto
2011, sin embargo, no es el mejor año financiero del IPN para festejar sus 75 años de vida, sobre todo si se considera que es una de las dos instituciones educativas y de investigación más importante y más grande del país. La llegada de la doctora Yoloxóchitl Bustamante Díez, en 2009, a la dirección General del IPN, no obstante, marca una nueva fase. En primer lugar, porque es la primera mujer en la historia del instituto en ocupar dicho cargo.
En segundo término, porque ha trazado un importante plan de obra para favorecer un vínculo más estrecho entre la educación superior con la micro, pequeña y mediana empresa, a través de tres ejes estratégicos: uno, terminar con el aislamiento entre investigación y empresas; dos, crear una cultura entre el sector privado para que sepan que en la ciencia está su desarrollo; y tres, ofertar tecnología generada en el país para que la empresas no importen porque ésta es, en muchas de las veces, obsoleta e inadecuada para el entorno productivo del país.
¿Es el “Poli” un agente de cambio y de movilidad social? Los resultados del sistema de Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares, Enlace 2008 y 2009, que aplica la SEP, establecen que el aprendizaje y habilidades lectoras y matemáticas colocan al IPN en los primeros sitios a nivel medio superior en el país. Los proyectos “polivirtuales”, como una oferta académica sustentada en las tecnologías de la información y comunicación para bachillerato, es un trabajo de décadas orientado a la implementación de un esquema educativo, donde los alumnos aprenden a aprender en sus tres niveles, medio superior, superior y posgrado.
Hacia nuevos paradigmas
El futuro de México pasa por una vinculación más intensa de la educación superior con las micro, pequeña y mediana empresas para que sean más competitivas, más productivas, respeten el medio ambiente y generen la riqueza que hoy se necesita, ha dicho la directora general del IPN. El planteamiento se sustenta en tres objetivos. Uno: terminar con el aislamiento entre investigación y empresas; dos, crear una cultura entre el sector privado para que sepan que en la ciencia está su desarrollo; y tres, eliminar la tendencia hacia la importación de tecnología, que muchas veces es obsoleta, contaminante e inadecuada a nuestro entorno productivo.
A tres cuartos de siglo de su instauración, el IPN – como una de las instituciones de educación superior de vanguardia del país- afronta el reto y a la vez la oportunidad de consolidarse como un modelo académico vinculado con los sectores productivos del país, pero también, como todas la instituciones de educación superior del país, requiere de la sensibilidad de la clase política, el legislativo y el gobierno federal respecto a la importancia que implica apoyar la educación y el desarrollo de la ciencia y la tecnología. De ese tamaño es el desafío.
Alrededor del país.-
Con el objeto de analizar el tema de responsabilidad social de las empresas, “Az, Revista de Educación y Cultura”, presenta en su número de febrero a un grupo de articulistas que diseccionan, desde distintas ópticas, este tema que tiene su propia incidencia en el rubro educativo y otros.
En él Jorge Reyes Iturbide explica la importancia de la Guía de Responsabilidad Social, señalando que es “el primer instrumento en la materia construido con base en el consenso de un grupo multisectorial tan vasto”, tomando en cuenta que la responsabilidad social “es un tema que se extiende de forma acelerada, pero que es malinterpretada o desconocida”. Por su parte Lilia Granillo Vázquez analiza el concepto de política social al moderno responsabilidad social: “Antes del de ISO 26000, las prácticas de RS podían reducirse a limosnas y actos de autocomplacencia de patrones y jefes (…) para el año 2000, la derrama de dinero en torno a las RS en todo el planeta era tan grande como los problemas sociales, ambientales y económicos”.
Por su parte Wray Irwin --académico inglés de la Universidad de Northampton— considera la definición de empresa social en el Reino Unido, (como parte de un exclusivo artículo para AZ): “una empresa social es un negocio que tiene principalmente fines sociales, cuyos excedentes son principalmente reinvertidos con ese fin en el negocio o en la comunidad, más que en el objeto de maximizar las utilidades para accionistas prioritarios”.
Completa el análisis del tema Raúl Sánchez Kobashi, quien aborda un caso específico de responsabilidad social en la industria cervecera mexicana. El compromiso de esa industria es el de “evitar que los menores consuman alcohol” a través de guías, pláticas, y diversas dinámicas sociales que incluyen a padres de familia, educadores, la escuela y a otras instituciones.
Az incluye, por último, una amplia entrevista con el Dr. Gerardo Gamba, Premio Nacional de Ciencias y Artes. El médico e investigador galardonado por el Presidente Felipe Calderón, habla sobre sus logros en el campo de la medicina; los riesgos de la obesidad a temprana edad; el peligro --en términos financieros-- para el sistema de salud por pacientes con enfermedades cardiovasculares; los recursos insuficientes para la ciencia y la investigación, así como la importancia de los temas de ciencias en la educación básica.