Lo peor es que durante décadas los talamontes clandestinos han operado aliados a corporaciones federales, estatales y municipales, y autoridades de las mismas comunidades.
La recurrente situación me condujo a la columna publicada por La Unión de Morelos el 29 de julio de 2008, en la cual desglosé las características del crimen organizado cuando se asocia a talamontes clandestinos. No todo lo que ocurre con la riqueza forestal es sancionable, según la legislación penal mexicana, cuando se habla de delincuencia organizada, pues hay factores que determinan esa condición delictiva. Vayamos, pues, a aquel entrego periodístico.
“Jamás se resolverá la problemática social, política y criminal de Huitzilac si las autoridades federales, estatales y municipales no admiten que la base económica de la localidad proviene de actividades ilegales. Esto no es nuevo, pues recordamos a Lauro Ortega Martínez, gobernador de Morelos en el sexenio 1982-1988, diseñando programas de explotación racional de la zona silvícola circundante, a fin de combatir la tala clandestina”.
“En este marco es necesario referirse a la reaprehensión de José Luis Arizmendi Escobar (El Pantera), miembro de la banda de Los Purina, lograda por la Policía Preventiva Estatal bajo investigaciones de la Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada de la PGJ. Esto ocurrió anteayer, a seis meses de haber sido capturado en Tetela del Monte, pero puesto en libertad por la juez penal Nelly Vallejo Sánchez bajo condiciones jurídicas inexplicables. La nueva acusación se relaciona con intento de violación, robo de vehículos y secuestro, dentro de la causa penal 48/2008-3 radicada en el Juzgado Primero Penal, cuya titular es Elda Flores León. Aunque la orden de aprehensión había sido obsequiada hace dos meses, la Dirección de Aprehensiones de la Policía Ministerial se hizo como el ‘Tío Lolo’. Quienes le entraron a la detención de El Pantera, con los riesgos implícitos, fueron elementos de la Dirección de la Policía Preventiva Estatal de la Zona Metropolitana, a cargo del comandante Ramiro Lobato”.
“¿Qué vínculo hay entre los ilícitos forestales mencionados al principio y El Pantera? Uno muy claro y que prevalece desde hace décadas en Huitzilac: la reiterada comisión de actividades ilegales en la materia, siendo estas las más frecuentes: cambio de uso del suelo, tala ilegal, incendios forestales, prácticas de extracción no controlada, aprovechamiento de productos forestales no maderables y falta de seguridad en la tenencia de la tierra, de la cual se desprende la venta fraudulenta de predios comunales. Nomás. Y entre los beneficiados tenemos a presidentes municipales, síndicos, regidores, representantes de Bienes Comunales, policías municipales, estatales y federales (sobre todo los pertenecientes a la Policía Federal Preventiva) y, desde luego, las bandas criminales donde subyace un común denominador: como en el caso de José Luis Arizmendi Escobar, todos se conocen y tienen familiares en cargos de autoridad, lo cual explica la red de complicidades y falta de colaboración de los grupos sociales locales con las corporaciones policíacas y agentes ministeriales estatales”.
“El involucramiento de elementos de la Federal Preventiva también es explicable, a partir de la tipología de los ilícitos forestales que a continuación describiré, recurriendo a información de la Dirección General de Estadística e Información Ambiental de la Semarnat (2006). Podrán ustedes distinguir entre las actividades económicas de un simple individuo y la delincuencia organizada tocante a la tala clandestina”.
“La tala hormiga o el autoconsumo abarca de 1 a 3.5 metros cúbicos por semana, constituidos por ramillas, brazuelos, morillos, postes, corteza y leña, que se transportan a hombro y bestia, teniendo como uso o destino el combustible, herramientas, viviendas y cercas, y disponiéndose de hachas, machetes y sardinas”.
“Hay otra actividad considerada dentro del autoconsumo o tala hormiga, aumentando los metros cúbicos de 3.6 a 6 por semana, abarcando brazuelo, morillos, rajas, vigas, postes, tablas y otros, a bordo de bestias y vehículo automotor, para venta, combustible, herramientas, viviendas y cercas, utilizándose como herramientas y equipo el hacha, el machete, la sardina y a veces motosierras”.
“Viene después la pequeña comercialización, con 6.1 a 10 metros cúbicos por semana, disponiéndose de madera en rollo con escuadría, leña y otros, a bordo de camionetas de 3.5 toneladas y camiones rabones, materia prima dirigida a la comercialización, siendo las motosierras, los ganchos y las poleas las herramientas y el equipo utilizado”.
“Surge entonces la alta comercialización, dentro de la delincuencia organizada, obteniéndose de 10.1 a 25 metros cúbicos por semana de madera en rollo y con escuadría, transportada en camiones rabones y torton para comercialización, destacando como herramientas y equipo las motosierras, el hacha, los ganchos y las poleas”.
“Y finalmente la industrialización y el almacenamiento, dentro de la delincuencia organizada, con más de 25 metros cúbicos a la semana de madera en rollo y con escuadría, disponiéndose desde camionetas pick up hasta tráileres enfocados a la comercialización y la transformación, utilizándose sierras de cinta, aserradoras y motosierras”.