A cargo de Iván Elizondo Cortina: ser “patito”. Desglosemos: “Estimado señor Guillermo Cinta. Me dirijo a usted rogándole su apoyo, considerando que ya inició el ciclo escolar y fui víctima de un fraude por parte de la escuela llamada Centro Universitario Montes de Oca”.
Añade nuestra afligida lectora: “En las mismas circunstancias se encuentran más de cincuenta alumnos que, al igual que su servidora, le entregaron su confianza a esa universidad para cursar una licenciatura, pero donde todos estamos inconformes ante la respuesta que el director ha dado a nuestras peticiones para mejorar el rendimiento académico. Para empezar nos ofrecieron transporte gratis, mismo que dicha persona maneja a su antojo. Al fin de cuentas no se puede usar porque lo manda a las 4:30 y entramos a las 3:30 de la tarde, y a la salida ocurre lo mismo. Es decir, quedamos volando y sin transporte. Por otro lado las clases son vía plataforma (sic) donde te asignan las tareas. Pero entonces, ¿a qué vamos a la escuela si todo será por la Internet? Además, los maestros son egresados del presente año. El director aduce que con esto evitamos gastar en cuadernos, ante lo cual yo pregunto: ¿No sale más caro comprar una computadora portátil, sobre todo para quienes no la tenemos? Otra deficiencia es que nos prometieron clases de francés, inglés y computación, pero no es verdad. Solo abren los grupos que se completan con quince alumnos como mínimo y te dan a elegir únicamente dos. Con relación a esas materias, se nos piden veinte tareas por semana sin que previamente se nos hubiera explicado algo a través de la plataforma, y se le concede mayor importancia al tiempo. Aquí el punto es que nos están proporcionando un sistema abierto, cuando yo pago la colegiatura mensual para asistir a las aulas. Tenemos más de dos semanas asistiendo y gastando en negocios de Internet, dedicando tiempo y dinero. Pagamos una inscripción a una escuela que nos mintió y abusó de nuestra confianza, lo cual se repite en todos los grupos de las cuatro licenciaturas que el plantel publicita. Cuando acudimos con el director para exigirle una explicación sobre todo lo que ocurre nos respondió: ‘No hay más que subirse al tren’. Y estalló en risas. El problema es que para mí no se trata de un juego, pues si acudí a este Centro Universitario Montes de Oca fue porque la Universidad del Estado se encuentra saturada. Y esta, que se dice ‘universidad’, nos hizo gastar nuestros ahorros con publicidad falsa. Señor Cinta: ayúdenos a que se nos devuelva nuestro dinero para poder inscribirnos realmente en otra escuela. Le invito cordialmente a que nos acompañe hoy (ayer), cuando tendremos la segunda reunión con una persona negligente, cuyos maestros nos dicen con mucha frecuencia: ‘No importa cómo consigan ustedes su cédula, aunque sea con seis’, lo cual se me hace indigno cuando México necesita gente preparada y no mediocre. Le agradezco la atención que pueda proporcionar a la presente”. Y la alumna me proporciona sus datos, mismos que omitiré porque así me lo pidió ante el temor de represalias.
He aquí un asunto que requiere la inmediata intervención de Iván Elizondo Cortina, subsecretario de Educación Superior del Estado, o de su jefe superior inmediato, el maestro Alejandro Pacheco Gómez, secretario de Educación en Morelos. El Centro Universitario Montes de Oca, según su portal de Internet, posee varios “campus”, ofrece cuatro licenciaturas y ubica su dirección en la calle Gladiola sin número de la colonia Satélite, en Cuernavaca. Me parece que está situado frente a las instalaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Plan de Ayala, antes del acceso al libramiento Cuernavaca. A ver.
Cambiando de tema comentaré que Humberto Moreira, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, enviará en breve a Morelos a un delegado especial cuyo objetivo será, primero, analizar a qué se debe la división dentro del grupo parlamentario priísta en el Congreso local, y después para poner orden. Según trascendió ayer, Moreira está preocupado por la deplorable imagen que determinados legisladores tricolores proyectan ante la sociedad y los potenciales electores, pero sobre todo debido al despilfarro del capital político priísta ganado en las elecciones de 2009 gracias precisamente a la unidad.
Lo anterior ocurre en un contexto donde el también diputado local Amado Orihuela Trejo, dirigente estatal del PRI, por andar de precampaña a lo largo y ancho del Estado (ayer inició su “segunda vuelta” teniendo a Atlatlahucan como escenario), está constituyéndose en un factor de división y no de conciliación. Si no logró poner orden y apaciguar los ánimos en el GPPRI, imaginen cuando le estalle una crisis al frente del Poder Ejecutivo de Morelos. La nueva conflictividad dentro del multicitado grupo parlamentario se debe (lo he dicho hasta el fastidio) a que Orihuela Trejo no define su posición: es presidente del CDE del PRI, buscando generar una mayor competitividad partidista mediante la cohesión, o aspira a ser el candidato gubernamental. Si sobre él predomina lo segundo, ¡que clarifique su discurso e intencionalidad y renuncie! Lo contrario está generando un inevitable resquebrajamiento entre las bases territoriales cuyo costo podría ser altísimo. Ojalá y la presunta intervención de Humberto Moreira sea oportuna y no vaya a quedar en un simple montaje teatral. El PRI tiene oportunidad de recuperar la gubernatura, pero con el creciente divisionismo le será imposible frente a partidos de oposición cuyos líderes emiten sonoras carcajadas cuando observan a los diputados tricolores dándose hasta con la cubeta. En fin.