No es extraño que el Centro Morelos de la SCT, todavía bajo la dirección de Fidel Giménez-Valdés Román, posea y utilice de manera reiterada un selecto padrón de empresas constructoras afines a su causa. Dentro de la institución nadie ignora el apego de Giménez-Valdés hacia varios empresarios del ramo, enormemente beneficiados durante casi tres años con “proyectos a modo”. De igual modo establece vínculos con las mafias sindicales, tocándole ahora el turno al NGS respecto a la ampliación del importante tramo carretero mencionado líneas atrás. A pesar de ello y mientras los conflictos se agravan, el funcionario -de extracción panista- también se da tiempo para enfocar su atención hacia un cargo de elección popular. A más de una persona le ha manifestado el anhelo de convertirse en diputado federal.
Así las cosas, en esta intrincada red de complicidades esperábamos lo ocurrido ayer. Al menos quince personas lesionadas y siete vehículos de carga dañados, entre ellos cuatro camiones de volteo que fueron incendiados, fue el saldo de un enfrentamiento violento sostenido por grupos identificados con el Nuevo Grupo Sindical (NGS) y trabajadores adheridos a la Federación de Trabajadores de Morelos (CTM) que mantenían paralizados los trabajos de ampliación (mencionados al principio de esta columna) desde el pasado 17 de agosto. El NGS es encabezado por Bulmaro Hernández Juárez, teniendo en su hijo Abraham Hernández Bringas a un importante brazo ejecutor (y represor); y la CTM es presidida por Vinicio Limón Rivera, secundado por Francisco Javier Atrisco Meneses, líder de los transportistas de carga de la citada central obrera.
A partir del 17 de agosto, insisto, cargueros cetemistas de la zona oriente de Morelos iniciaron una huelga dizque amparados por la justicia federal, disputando el contrato colectivo de trabajo para la ampliación del tramo carretero en cuestión. La gente de Bulmaro Hernández Juárez considera “loco” dicho movimiento huelguístico, bastante combatido ya por los tribunales laborales respectivos. Aquí es importante subrayar que muchas, muchísimas veces ha sido evidente la inclinación de diversas instituciones federales (entre las cuales destaca la SCT) hacia el Nuevo Grupo Sindical. Para nadie es un secreto y así lo han propalado (¿reconocido?) a lo largo y ancho de Morelos las huestes de Vinicio Limón Rivera, quienes rechazan tal “discriminación”.
El actual no fue el sexenio de Vinicio Limón en Morelos, como sí ocurrió en el pasado, cuando disfrutó las mieles del poder económico mediante la complicidad con anteriores mandatarios federales y estatales. En esos tiempos Bulmaro Hernández Juárez debió esperar sentado, viendo “bailar” a otros, lo cual no ha querido admitir el “líder obrero millonario” ahora que el espectador es él. Sin embargo, déjeme decirle a usted que Limón Rivera no está desamparado a nivel particular pues ha sacado mucho jugo a su cartera nacional del Suterm, donde obtiene pingües ganancias “manteniendo tranquila a la raza” frente a los designios de la CFE. Cierto: a veces debe voltear hacia Morelos y poner atención a los conflictos cetemistas locales presionado por algunos gremios, como muy seguramente ocurrió con los seguidores de Francisco Javier Atrisco Meneses y otros líderes importantes de la región oriente, entre quienes destaca Reyes Serrano, quien a futuro le hará contrapeso al multicitado Limón Rivera.
Por otro lado llama sobremanera la atención el apoyo (indirecto) brindado por determinadas corporaciones federales al Nuevo Grupo Sindical, lo cual nos obliga a hacer la siguiente pregunta: ¿Revanchismo contra la CTM y los mismos grupos de transportistas de carga que desalojaron a quienes, al parecer auspiciados desde círculos panistas, bloquearon temporalmente hace meses la reconstrucción de la avenida Morelos Sur por el ayuntamiento de Cuernavaca? Recuerden ustedes que allá y entonces los apoyadores de Vinicio Limón eran los seguidores de Francisco Javier Atrisco Meneses y Reyes Serrano, ambos respaldados vigorosamente por el malogrado Tito Barrera Ocampo. Al tiempo y tendremos la respuesta. Mientras tanto, como si no tuviéramos suficientes problemas encima, debemos lidiar también con las mafias sindicales. En fin.
Finalmente comentaré que el presidente del PRI en Cuernavaca, Erick Yair Salgado, renunció ayer a su cargo para dedicarse a buscar un cargo de elección popular. En conferencia de prensa dijo algo cuyo destinatario pareció ser Amado Orihuela Trejo, dirigente estatal del tricolor: “Los proyectos políticos ganadores, de cara a los procesos electorales constitucionales, deben construirse mediante el consenso, la inclusión y la pluralidad, haciendo a un lado la inducción mediante la imposición y utilización del partido como plataforma electoral personal”. Ahora surge la inevitable pregunta: ¿Quién para sustituir a Erick Yair? La víspera misma empezó a trascender un nombre: Ricardo Dorantes Sanmartín. Mientras tanto, Orihuela Trejo difundió ayer su nueva imagen como prospecto a la gubernatura, mediante trípticos donde aparece muy al estilo de Enrique Peña Nieto, vistiendo una chamarra roja con el logotipo del PRI al lado derecho y camisa blanca a rayitas negras.