Cuando hablamos entonces de un individuo oportunista nos referimos a alguien que se acomoda a las circunstancias en beneficio propio, incluso en contra de sus valores. Para nuestro tema de hoy es importante marcar la diferencia que existe entre dicho adjetivo con el sustantivo oportunidad: “Circunstancia favorable o que se da en un momento adecuado u oportuno para hacer algo”.
Así las cosas, pasemos entonces a desglosar el oportunismo político. En tal contexto podemos situar a toda persona voluble, cambiante en cuanto a criterio y posiciones políticas e ideológicas. Dos factores inciden en la metamorfosis del oportunista: primero las circunstancias adversas y luego están de por medio los intereses personales. Algunos oportunistas del mundo de la política han querido confundir y mezclar el oportunismo con el pragmatismo, pero ambas concepciones son opuestas. El pragmático flexibiliza su posición para no perder la batalla o la guerra, no renuncia a sus valores; por el contrario, los mantiene y los defiende, mientras que el oportunista, por unas cuantas lentejas, se vende y se pasa al bando contrario. La oportunidad política es la posibilidad de acción a favor de los ciudadanos; una puerta abierta a la resolución de los problemas que nos afectan. Significa que los gobernantes han descubierto soluciones a las preocupaciones e inquietudes de la sociedad. Y que esas posibilidades se van a aprovechar para contribuir responsablemente a mejorar nuestra vida. Durante varios meses deambuló de un sitio a otro en el Congreso local, como un fantasma, el tema de la eliminación de la tenencia vehicular en Morelos, siendo una propuesta del grupo parlamentario priísta. Si recuerdan ustedes, más de un diputado panista rechazó el proyecto legislativo correspondiente. El delicado asunto, transferido a la potestad de las entidades federativas por varios artículos transitorios de la Ley Federal sobre la Tenencia Vehicular, pudo haber sido capitalizado por la bancada tricolor, pero no sucedió así y perdió una magnífica oportunidad política debido a su divisionismo, aún imperante hasta hoy. Mientras propios y extraños veíamos el desgarramiento de vestiduras en el GPPRI, el gobernador Marco Adame Castillo, haciendo uso de dichos transitorios, decidió no incluir la tenencia vehicular en el proyecto de Ley de Ingresos 2012 sirviendo a los legisladores del PRI una sopa de su propio chocolate. Se le presentó una oportunidad política y la aprovechó, mientras las condiciones oportunistas de los diputados tricolores los sumieron todavía más en la parálisis legislativa. ¿Cómo han reaccionado algunos diputados del GPPRI? Rumiando su indefinición en el muro de las lamentaciones, lo cual ocurre (lo he dicho hasta el fastidio) dentro de la orfandad padecida por el Comité Directivo Estatal del partido tricolor. En fin.
Y sobre dicho muro de las lamentaciones se exige ahora la comparecencia (ante el Congreso local) del secretario de Finanzas y Planeación del Estado, Alejandro Villarreal Gasca, para que “transparente” el ejercicio de los 400 millones de pesos otrora recaudados por concepto de tenencia vehicular y que, desde la óptica de ese funcionario, serán resarcidos sin afectar determinados programas del gobierno estatal. Villarreal, artífice de la eliminación de la tenencia vehicular en el proyecto de Ley de Ingresos, ni suda ni se acongoja y ayer empezó a cumplir su rol de anfitrión en el Segundo Foro Binacional México – Estados Unidos que se desarrolla en nuestra entidad, inaugurado la víspera por el gobernador Marco Adame Castillo. Lo real, estimados lectores, es que Villarreal Gasca se está fortaleciendo entre los prospectos panistas a la candidatura gubernamental.
Dentro del mismo escenario financiero cabe lo manifestado ayer por Cipriano Sotelo Salgado, presidente de la Fiscalía Social Morelense: “Es inconcebible que, a tres meses de que concluya el año, el presupuesto del Congreso se encuentre agotado sin existir una explicación lógica por parte de los diputados sobre el destino de los más de 280 millones de pesos que se gastaron antes de lo proyectado, sumiendo al Legislativo en la peor crisis financiera de su historia”.
Por otro lado diré que esta tarde, en el auditorio del Sindicato de Trabajadores Petroquímicos de la República Mexicana (sito en Jiutepec), el dirigente de la CTM tlahuica, Vinicio Limón Rivera, celebrará su cumpleaños. Aprovechará la ocasión para impulsar al regidor Vicente Dorantes Montes como candidato a la diputación local por el sexto distrito electoral. Se espera, además, la presencia de diputados locales, legisladores federales, dirigentes de sectores y organizaciones del PRI, delegados de dependencias federales y líderes de organizaciones de la sociedad civil. Ya confirmó su asistencia el diputado federal José Manuel Agüero Tovar, quien busca el respaldo del sector obrero del PRI para ser candidato a la alcaldía jiutepequense. A ver.
Finalmente recordaré que ayer mencioné a Antonio Rosas Clavijo, encargado del corralón de Grúas Montejo, como una persona prepotente y corrupta cuya permanencia en ese puesto propició un desacuerdo entre el síndico municipal Humberto Paladino y el director de Tránsito, José Eduardo Vaca. Este último acató las órdenes de Mario Ayón Rodríguez, secretario de Protección y Auxilio Ciudadano, y retiró al perito Mauricio Valle Bernal como jefe de turno por haber incurrido, entre julio y agosto, en abuso de autoridad. Paladino buscó que Valle sustituyera a Rosas Clavijo, lo cual rechazó el general Ayón debido a las actas administrativas que le fueron abiertas por la Dirección de Asuntos Internos. Ahora resulta que el corrupto es otro. En fin.