Por aquellos días el malogrado dirigente sindical (asesinado el 21 de marzo de 2011 en la colonia Lomas de Cortés) cuestionó a Vinicio por su “enriquecimiento inexplicable”. Limón Rivera estaba dedicado a atender su cartera en el Comité Ejecutivo del SUTERM, siendo uno de los principales subalternos del líder Víctor Fuentes del Villar. Vinicio sigue siendo secretario de Organización del sindicato al servicio de la CFE.
Hacia el primer trimestre de 2006 Tito estaba apoderado del 50 por ciento de carteras en el Comité Ejecutivo de la Federación de Trabajadores de Morelos (de 14 espacios tenía la mitad). Y hasta el momento de su muerte ejercía el control de los representantes obreros de la CTM ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje y las juntas especiales que de ella derivan (otros emisarios obreros forman parte del Nuevo Grupo Sindical, de Bulmaro Hernández Juárez).
El año 2006 fue crucial para la relación entre Tito Barrera y Vinicio Limón. Significó un periodo trascendente para quien, hasta el lunes 21 de marzo del año pasado, fungía como secretario general adjunto de la CTM-Morelos. Siempre se manejó como líder de bajo perfil, casi sin aparecer en los medios informativos. No era proclive a ofrecer conferencias ni ruedas de prensa. De carácter hosco, se dedicó a vigilar la marcha de los contratos colectivos firmados entre las empresas y los gremios que representaba.
Quien fuera hasta el 4 de enero de 2012 presidenta de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, Karla Aline Herrera, tomó posesión en febrero de 2006. Dentro de un periodo que abarcó cuatro azarosos años, la fémina se dedicó a combatir hechos de corrupción propiciados por pésimos funcionarios de dicho órgano colegiado. En aquel contexto corría riesgo el liderazgo de Vinicio Limón quien, respecto al avance de determinadas tendencias sindicales cuyas operaciones tenían como objeto la protección de la parte patronal, declaró a este columnista que el futuro del sindicalismo mexicano tenía “un estrecho vínculo con infinidad de contratos colectivos de trabajo, concretamente los de organizaciones gremiales fuertes, como la CTM”. Empero, dijo que alrededor de 30 por ciento de los más de 8 mil contratos colectivos de trabajo existentes en Morelos eran de protección mediante sindicatos carentes de representatividad y bajo el amparo de las autoridades laborales. Dijo: “La sobrevivencia de sindicatos fantasmas, especialmente en actividades como la construcción, es un fenómeno real”. Estaba hablando sobre un promedio de 200 sindicatos con registro que, a simple vista, pudieran considerarse como legalmente en operación, aunque la toma de nota de la mayoría y la validación por dicha Junta se otorgaron hace mucho tiempo “presentándose el ridículo caso de líderes que ya fallecieron pero que continúan al frente de esas organizaciones”.
Fue en este contexto donde Vinicio lanzó un desafío a Bulmaro Hernández Juárez y a Tito Barrera Ocampo, entonces tercer subsecretario de la Federación de Trabajadores de Morelos, para que le demostrasen si solapaba a algún sindicato de protección, como ambos lo hicieron en importantes obras construidas durante años recientes en Morelos (entre ellas “Plaza Galerías”), “y lo siguen haciendo en varios desarrollos habitacionales de Emiliano Zapata”. Asimismo, Limón les propuso acudir junto con él a la Comisión Bancaria y de Valores “a fin de que conozcan todas mis cuentas bancarias, teniendo como testigo a un notario público”; y posteriormente se trasladarían al Registro Público de la Propiedad para comparar la posesión de inmuebles entre los tres. El dirigente cetemista subrayó que “hay quienes pretenden verme fuera (de la CTM) porque he afectado intereses. Son dirigentes que recurren a extorsiones, el chantaje y la amenaza de clausura de obras particulares o huelgas, cuando no existe ninguna ley que los ampare y valide en sus acciones; nada se hace por desaparecerlos”. Y agregó: “Por ello corrieron la voz de que en el pleno de la CTM de la presente semana yo renunciaría, pero no hay tal. Yo me iré hasta 2010”. La realidad es que, efectivamente, Limón Rivera no dejó la CTM en 2006, pero tampoco en 2010. En septiembre de dicho año fue reelecto, al igual que Tito Barrera en la secretaría general adjunta, rindiendo protesta el sábado 19 de marzo de 2011 en el auditorio del Sindicato de Trabajadores de la Industria Petroquímica, sito en Jiutepec. Dos días después ocurrió el asesinato de Barrera Ocampo.
“Tito empezó su expansión dentro de la CTM en la gestión de Manuel Montalvo Medellín (1992-1998) hasta concentrar varios sindicatos cuya situación irregular es de sobra conocida. Se maneja con bajo perfil, pero siempre aparece cuando llega una inversión fuerte a Morelos”, concluyó Vinicio en aquella conversación con quien esto escribe. Y hoy, cuando se conmemora un año más del artero asesinato de los mártires de Chicago, traemos a la palestra pública la memoria de Tito Barrera, su fuerza comprobada ante Vinicio Limón y sus huestes, y el hecho de que el homicidio del hombre otrora más fuerte de la CTM sigue impune.
Finalmente diré que el coordinador del Movimiento Ciudadano en Morelos, Luis Alberto Machuca, firmó una carta compromiso con los representantes de la Asociación “Colectivo Quita un Anuncio”, encabezados por Jesús Robles Maloof e Ixchel de la Luz Martínez. El MC se comprometió a que todos sus candidatos respetarán lo estipulado en el capítulo III, artículo 69 del Código Estatal Electoral que, en materia de propaganda, prohíbe colocar anuncios en postes de energía eléctrica o telefonía, puentes, semáforos y en lugares considerados turísticos, árboles, pavimento de calles, calzadas, carreteras, centros o monumentos históricos o artísticos, aceras, guarniciones, parques y jardines o plazas públicas, edificios públicos, zonas arqueológicas o históricas, entre otros. Con ello se cumplirá lo establecido en la normatividad legal en materia electoral, además de responder así a la demanda ciudadana de eliminar la contaminación visual. Enhorabuena.