Ha sido la idea principal en todos los proyectos elaborados para la conformación de esta Cámara, desde su nacimiento y restauración hasta la integración actual. Así se detalla la función territorial de esta instancia legislativa.
Sin embargo qué es lo que no se ve pero se sabe y se aprovecha.
Un escaño en el Senado es antesala natural para la competencia de la gubernatura de un Estado; un espacio en ese recinto se convierte bien en la consolidación de una carrera política o en su caso en la catapulta idónea para el paso siguiente; esa tribuna de la llamada Cámara Alta es una ventana nacional que bien aprovechada se traduce en un espacio idóneo e irrepetible en la vida pública a menos claro, que se logre el siguiente objetivo con la gran influencia que desde allí se ejerce.
Otros más chuscos, inclusive con el mismo cargo, hacen ver y presumen que es el “estado perfecto del ser humano”: sin gastos, sin jefes, sin horarios –a las sesiones se puede faltar bajo el pretexto de cualquier comisión-; con gastos y viáticos incluidos en la denominada dieta; con seguro de gastos médicos mayores –nacional e internacional- para el legislador y su familia.
El más “humilde de los senadores tiene derecho a un seguro de vida institucional, al seguro de gastos médicos mayores y al seguro de separación individualizado; una gratificación de fin de año además de apoyos para traslado, asistencia legislativa y atención ciudadana.
Si se logra un puesto como secretario general, tesorero y otros hay que sumar: el seguro colectivo de retiro, ayuda para despensa, apoyo para uso de vehículo, prima vacacional, prima quincenal, aguinaldo o gratificación de fin de año, pagas de defunción, vacaciones, estímulo de fin de año, derecho a vehículo, y telefonía celular.
No está por demás decir que, tienen derecho al ISSSTE, FOVISSSTE y SAR. Claro, con ciertos privilegios en la atención al acudir a consulta o de requerir atención hospitalaria. Nunca esperen ver a un senador con ficha en mano, esperar en la sala de urgencias o formarse para consulta.
El fuero es un añadido que no estorba. Con él se hace y se deshace; es como un seguro que de no utilizarse pues no estorba, pero con la gran diferencia que si se ocupa, la mayoría de las veces es para gozar de impunidad ante alguna travesura menor, mayor o inclusive grave. Otros le llaman impunidad legalizada.
El plazo para “servir” que no servirse del cargo es ideal; 6 años de estancia segura, solo puede transgredirla la muerte, el juicio de procedencia o la oportunidad electoral. 72 largos meses que corren a la par del ejercicio del Poder Ejecutivo y conviven con dos legislatura de la Cámara de Diputados, es decir, un espacio de rose con el poder de alto nivel.
El espacio físico para la chamba, nada despreciable; sobre Paseo de la Reforma y esas oficinas apenas fueron estrenadas por los actuales senadores y por espacio de 1 año al culminar la LXI Legislatura. Su gran influencia puede ser entendida si resaltamos tan sólo unas de sus facultades exclusivas, establecidas por el Artículo 76 de la Constitución:
Analizar la política exterior desarrollada por el Ejecutivo Federal.
Ratificar los nombramientos que el presidente de la República haga del procurador General de la República, ministros, agentes diplomáticos, cónsules generales, empleados superiores de Hacienda, coroneles y demás jefes superiores del Ejército, Armada y Fuerza Aérea Nacionales.
Dar su consentimiento para que el presidente de la República pueda disponer de la Guardia Nacional fuera de sus respectivos Estados, fijando la fuerza necesaria.
Designar a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de entre la terna que someta a su consideración el presidente de la República, así como otorgar o negar su aprobación a las solicitudes de licencia o renuncia de los mismos, que le someta dicho funcionario.
Resolver de manera definitiva los conflictos sobre límites territoriales de las entidades federativas que así lo soliciten, mediante decreto aprobado por el voto de las dos terceras partes de los individuos presentes.
En fin, si le rascamos, nos daremos cuenta de los privilegios legales todos, pero del gran privilegio de llegar a este recinto.
Es entendible entonces que Fidel Demédicis Hidalgo y Juan Salgado Brito, agoten hasta la última de sus fuerzas, influencias, instancias legales, relaciones políticas y otras muchas cosas más, para de menos competir por el puesto.
Después de escribir, solamente un respiro para comprender lo que dejó escapar Francisco Moreno Merino y más aún, imaginar lo que se le presentó a Lizbeth Hernández Lecona como oportunidad única en la vida.