Chávez Hernández fue gobernador interino de Michoacán de 1992 a 1996, pero también ha sido secretario de Gobierno en dos ocasiones; presidente de la extinta Gran Comisión del Congreso local; oficial mayor y subsecretario de Gobierno en la Secretaría de Gobernación; embajador de México en Ecuador, y delegado del CEN del PRI en Veracruz, Michoacán, Campeche y Tabasco. A esta última entidad llegó el 9 de abril de 2006, sin preocuparse demasiado por el destino de la gubernatura, pues el PRI tenía en Andrés Rafael Granier Melo a un candidato sólido. No tuvo ningún problema para vencer a su principal rival, el perredista César Raúl Ojeda Zubieta.
Sin embargo, la transferencia de Ausencio Chávez Hernández hacia territorio tabasqueño despertó la suspicacia de la clase política michoacana, pues se trataba de un político en desuso, a quien además se atribuía la división imperante entre los priístas del Estado que hoy gobierna el perredista Leonel Godoy. Cuando Chávez tuvo bajo su férula la dirigencia del PRI en Michoacán (año de 2002), el partido tricolor obtuvo, por primera vez en su historia, el “carro completo”….pero en contra. Asimismo, cabe subrayar que el flamante secretario regional del CEN del PRI para los estados de Morelos, Guerrero y Oaxaca saboreó las mieles del poder en los mejores tiempos del priísmo michoacano, amén de que constató, durante décadas, la expansión del crimen organizado que Leonel Godoy se esmera en combatir.
Insisto: Juan José Castro Justo ha trabajado arduamente para encaminar hacia la unidad a los diferentes grupos priístas. Lo deseable es que el político guerrerense no vaya a ser movilizado antes de que Beatriz Paredes Rangel, lideresa nacional del partido tricolor, consolide el cambio de dirigentes en nuestra entidad federativa. Digo lo anterior porque Ausencio Chávez Hernández enfrentará varios retos. El principal, creo yo, será evitar el resquebrajamiento de ciertos acuerdos pactados por Beatriz Paredes Rangel y los jefes de algunos grupos priístas locales rumbo a la consecución de una candidatura unificada mediante la cual se evite la realización de una consulta abierta a la militancia, cuyo resultado será funesto para el partido si verdaderamente pretende recuperar la gubernatura en 2012. La historia del priísmo morelense indica que esos experimentos “democráticos” sirvieron para dividir, reduciendo la rentabilidad y competitividad de los candidatos, en su momento.
De hecho, existe ya una fuerte tendencia para sabotear la posición de Beatriz Paredes Rangel, que se evidenció el fin de semana pasado en Axochiapan. Ante más de 700 militantes, Marisela Sánchez Cortés, “ex” de muchas cosas en Morelos; Delfino Toledano Alfaro y Julio Espín Navarrete, recibieron el apoyo de la asamblea, pero a cambio de que se celebre la consulta abierta a las bases. Toledano y Espín son dos de las cartas fuertes de dicha fémina (mientras Amado Orihuela Trejo sigue siendo, al parecer, el escogido por Beatriz Paredes Rangel). Hasta el fin de semana pasado, todo parecía indicar que Marisela Sánchez Cortés había aceptado el ofrecimiento de “alguien” para que su hija fuera la nueva secretaria general del CDE priísta, pero, según vemos, la lideresa de las fundaciones “10 mil mujeres” no está dispuesta a aceptar migajas. Quiere todo el pastel, aunque paralelamente esté arriesgando la eventual cohesión del PRI-Morelos hacia los comicios gubernamentales de 2012.
Desde luego, la llegada de Ausencio Chávez Hernández podría acelerar la expedición de la convocatoria que abrirá el proceso de elección de nuevos dirigentes. Por lo pronto, el ex gobernador michoacano fue presentado la víspera por Arnoldo Ochoa González, secretario de Organización del CEN. Ahí estaban presentes también Juan José Castro Justo, Lilia Ibarra Campos, Andrés González García y el ya citado Julio Espín Navarrete. Dijo Ausencio: “En unidad hay horizonte para Morelos, en división no hay nada para nadie”. A ver cómo le va. Desconoce que los priístas morelenses traicionan hoy y mañana también.