Los mentores y principales socios de Ignacio Coronel Villarreal, alias “Nacho Coronel”, tuvieron relación con Morelos en distintas épocas. Un reportaje de Ricardo Ravelo, publicado por Proceso en su edición 1759 del pasado 18 de julio, recordó los albores delincuenciales de quien fuera abatido este jueves en Zapopan, Jalisco, durante un “operativo de precisión” a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Como era de esperarse, la información difundida por el gobierno federal no aludió una eventual infidencia, escenario hipotético que nos remontó a lo ocurrido el 16 de diciembre del año pasado en el condominio “Altitude”, ubicado aquí en Cuernavaca. “En los ochenta –escribió Ravelo-, cuando Coronel inició su carrera delictiva, era el cabecilla del cártel de Juárez en Zacatecas. Trabajaba entonces a la sombra de Amado Carrillo Fuentes, alias ‘El Señor de los Cielos’, y de Eduardo González Quirarte, alias ‘El Flaco’, quien fue publirrelacionista de esa organización criminal hasta 1997”. El 20 de enero de 2005 escribí lo siguiente: “De la misma forma en que Jorge Carrillo Olea inició el sexenio de pesadilla (1994-2000), período de la historia local donde los morelenses soportaron el paso de tres gobernadores y el estigma de vivir en un territorio plagado por la delincuencia organizada, Armando León Bejarano encabezó de 1976 a 1982 el sexenio que abrió las puertas a importantes narcotraficantes mexicanos. Nadie olvida la llegada de Rafael Aguilar Guajardo en 1977, convertido en delegado de la extinta Dirección Federal de Seguridad, quien siempre se jactó de su cercanía con el nunca bien ponderado Bejarano, a quien persiguió la justicia federal una vez concluida su gestión. Aguilar fue fundador del cártel de Juárez”. “Con Aguilar Guajardo arribarían otros importantes comandantes de la DFS, entre ellos Juan José Esparragoza, alias ‘El Azul’, quien según la DEA es uno de los narcotraficantes más buscados (me refiero al año 2005). Siempre ha existido la creencia de que ‘El Azul’ utiliza a Cuernavaca para sus fechorías y es protegido por instituciones vinculadas a la seguridad pública”. “Rafael Aguilar nunca dejó de tener nexos con la capital morelense, pero el 12 de abril de 1993 fue asesinado en Cancún. Hasta entonces dejó de ser jefe del cártel de Juárez. Amado Carrillo Fuentes, quien también vivió en Morelos, se quedó con la plaza, hasta que el 4 de julio de 1997 murió en un hospital del DF, al cual acudió para cambiarse la fisonomía. El lunes 16 de marzo de 1998 varios diarios de Chihuahua difundieron la ‘unción’ de Juan José Esparragoza como nuevo jefe del cártel de Juárez”. El 18 de diciembre de 2009, dos días después de la ejecución de Arturo Beltrán Leyva por elementos de la Marina-Armada de México en el condominio “Altitude” de Cuernavaca, escribí lo siguiente: “El escenario de economía criminal prevaleciente durante el sexenio anterior empezó a modificarse a partir de 2006, cuando los cárteles cambiaron la regionalización del mercado nacional, así como sus canales de distribución hacia los Estados Unidos. Supuestamente, a mediados de 2007, Arturo Beltrán Leyva negoció en Cuernavaca con Heriberto Lazcano, jefe de ‘Los Zetas’ (ex brazo armado del cártel del Golfo), la repartición de diversas plazas en la República Mexicana, sin enterar de ello a los miembros de ‘La Federación’, lo cual significó su ruptura con Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán”. Beltrán Leyva se enraizó en Morelos gracias a una red de complicidades, tal como lo estuvieron varios de los capos que otrora controlaron la plaza morelense. Tras la muerte de Amado Carrillo Fuentes en julio de 1997, Coronel Villarreal, Juan José Esparragoza e Ismael Zambada García se desligaron del cártel de Juárez para sumarse al de Sinaloa, que recobró su poder en 2001 luego de que Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, se fugó del penal de Puente Grande, Jalisco. En aquel entonces, los hermanos Beltrán Leyva, otrora socios de “El Chapo”, se desligaron del cártel de Sinaloa. Todo iba bien para “Nacho Coronel” y sus aliados en el cártel de Sinaloa hasta que a principios de 2008 decidió romper relaciones con sus antiguos mentores, los Beltrán Leyva, por discrepancias en una operación que Coronel terminó por controlar. Hace tres meses se le empezó a seguir la pista en Jalisco tras la aprehensión de José Antonio Escareño, alias el “Pelón”, ex socio de los hermanos Valencia (líderes del cártel del Milenio) y operador de Coronel, capturado por policías federales en Puerto Vallarta. Lo ocurrido anteayer en Zapopan fue el colofón de varias infidencias. ¿Habrá reacomodos delincuenciales en Morelos? Yo creo que sí. Sucedió tras la muerte de Beltrán Leyva.
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Guillermo Cinta
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