Es muy importante aprender de los errores y fracasos. Un caso ejemplar es el fiasco experimentado por las fuerzas armadas federales en Culiacán, el 17 de octubre de 2019, quienes no pudieron detener a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín (Chapo) Guzmán Loera, contra quien pesa una solicitud de extradición para ser juzgado en EUA como su padre, ahora preso y sentenciado a prisión perpetua. Aquí se sostiene la tesis que para enfrentar al crimen es más importante la astucia y la información que el despliegue mismo de la fuerza armada.
El análisis concienzudo publicado por Aristegui Noticias indica que los sicarios se apostaron en un triángulo de varios kilómetros alrededor del domicilio de Ovidio Guzmán y en la esquina inferior derecha de ese triángulo se encuentra la Fiscalía del Estado de Sinaloa. El video divulgado por la Secretaría de la Defensa Nacional mostró que, a las 14:15 horas cuando los policías federales tocaron a la puerta de Ovidio, ya sonaban tiros de armas automáticas y a las 15:30 un grupo de sicarios tomó la caseta de cobro llamada Costa Rica y capturó un pequeño destacamento de militares. Otras operaciones de los bandidos fueron: el asalto a una cárcel municipal con la liberación de casi 50 presos, el ataque a un multifamiliar de los militares, el tiroteo por las calles de la ciudad y la circulación libre y sin trabas, por el centro, de una camioneta artillada con una ametralladora de grueso calibre, operada por sicarios. Todo ello indica una impunidad total y muestra una operación planeada cuidadosamente y muy bien articulada entre ellos, como lo indica la llamada de Ovidio a sus cómplices para que detengan el tiroteo. Si los criminales sabían del operativo, puesto que planearon anticipadamente su estrategia, ¿por qué Ovidio no se retiró oportunamente para no ser detenido? La respuesta más sencilla es que Ovidio fue el cebo de una trampa para demostrar la superioridad estratégica del Cartel del Pacífico frente a la capacidad represiva del Gobierno Federal.
La discusión encaminada por el presidente AMLO se orienta hacia el enfoque humanitario que salvó vidas al desistirse del operativo y, en forma retórica, refuta la idea de una posible contraofensiva armada del gobierno para aniquilar a los bandidos. Pero casi nadie se pregunta si de veras fue una trampa y si esto no revela una debilidad intrínseca de la estrategia federal contra el narcotráfico. Es muy probable que los bandidos hayan infiltrado muchos niveles del gobierno y sepan con anticipación la mayor parte de sus movimientos represivos. Por ejemplo: quizás Ovidio y sus cómplices sabían que los militares no tenían orden de cateo y que la Fiscalía del Estado no la iba a expedir con rapidez. Pero esto sería perder el hilo de la argumentación de fondo de este artículo, porque la fuerza del Gobierno Federal está en la gran cantidad de recursos informativos que están descoordinadas y desarticulados e impiden que el Consejo de Seguridad tome decisiones efectivas y oportunas, pues según lo ha informado el presidente AMLO, él no sabía de este operativo unas horas después de que dicho consejo había sesionado a las 6 AM ya que él fue avisado de este problema después de las 15 horas, antes de abordar un avión hacia Oaxaca. De forma que tuvo que apoyar, a posteriori, la cancelación de la susodicha operación en Sinaloa y no tuvo oportunidad de opinar, a priori, sobre la conveniencia de dicha operación. Simplemente porque no fue informado, horas antes, del operativo en curso.
El Gobierno Federal tiene acceso a millones de datos sobre los movimientos de la población. Además, tiene la capacidad legal y legítima de intervenir las comunicaciones de los sospechosos o inculpados a quienes va a detener. Pero se requiere que el Centro Nacional de Inteligencia cumpla con su función en el seno del Consejo de Seguridad y se coordine, sigilosa y efectivamente, con los servicios de inteligencia militar y naval. En resumen, hace falta que entendamos que vale más maña que fuerza.
[1] https://aristeguinoticias.com/3010/mexico/asi-detuvieron-a-ovidio-guzman-en-culiacan-para-luego-liberarlo-video/