En Cuernavaca encontramos actividades de divulgación en espacios relajados donde, acompañados de una bebida y quizá un bocadillo, se puede interactuar con personal del ámbito de las ciencias.
Hace ocho años, en un aula del Instituto de Energías Renovables de la UNAM (IER-UNAM) se gestó un proyecto de divulgación de la ciencia: el Café Científico, cuando un grupo de estudiantes de la maestría en Ingeniería, área Energía, cursaban las clases de Sesión de tutorías coordinadas por los docentes de aquel entonces, Guillermo Barrios y Loic Peiffer, quienes me sumaron a esta iniciativa. En ese momento se trabajaron productos gráficos para divulgar las energías renovables. Al término del semestre, el alumnado preparó una conferencia sobre dicha temática que se presentó en el que sería el espacio para compartir conocimiento científico: L’arrosoir d’Arthur.
Este antecedente fue la chispa para iniciar los cafés científicos en el Centro de Cuernavaca, con la finalidad de ser un espacio informal, pero no por eso menos informativo, para compartir e incluso debatir sobre temas de ciencia y tecnología.
La dinámica inicial consistía en contactar a una persona científica para que brindara una charla de divulgación sobre su tema de experticia y al término de esta se abría una sesión de preguntas por parte del público, para propiciar la interacción con ella.
La escucha de la persona expositora se acompañaba de alguna bebida y unas deliciosas tapas.
Este proyecto ha permanecido a lo largo de este tiempo. Sin embargo, como todas las actividades pre-pandemia, tuvimos que adaptarlo a la virtualidad, haciendo transmisiones en vivo a través de la página de Facebook y YouTube del IER-UNAM.
Hemos compartido una pizca de conocimiento de diferentes áreas, desde aspectos muy teóricos como las esferas duras, el caos o la topología de la materia, hasta temas de ciencia experimental, como aplicaciones de la biotecnología en la agricultura, las vacunas, los antibióticos y la genómica de los vertebrados, pasando por algunos temas que son estudiados también desde las ciencias sociales, tales como el cambio climático, fake news y periodismo de ciencia.
Por supuesto que no han faltado las charlas sobre astronomía, particularmente sobre telescopios espaciales y cómo detectar vida en otro planeta desde la mirada de la ciencia.
El café científico ha dado voz, principalmente, a personas dedicadas a la investigación científica en el estado de Morelos, así como de la Ciudad de México.
Recordemos que Morelos es el segundo estado con más investigadoras/es per cápita en el país, después de la capital.
La entidad alberga institutos y centros de investigación de la UAM, UNAM e IPN, así como institutos nacionales como el de Salud Pública y de Electricidad y Energías Limpias.
Sin embargo, la virtualidad, nos permitió invitar a un investigador extranjero para hablar sobre matemáticas y dinámica de fluidos. Aunque en esta ocasión se realizó en inglés, tuvimos una excelente respuesta por parte de las personas, principalmente estudiantes, que son fans de Dr. Steven Brunton.
El café científico ha sido un espacio llenado, principalmente por personas ya cautivadas por el conocimiento científico, quienes han encontrado en este lugar una manera de enriquecer su cultura científica.
Sin embargo, es un proyecto que mantiene sus puertas abiertas para todo el público.
Toca a quienes lo organizamos pensar en dinámicas y temas que despierten la curiosidad e interés de otros públicos que aún no han sido encantados por la ciencia, con la finalidad de sumar vocaciones, promover el debate sobre temas científicos que generan controversias sociales y apropiarnos de las herramientas que ofrece la ciencia para tomar decisiones en lo personal o en las políticas públicas.
Con el café científico número 51 retomaremos la presencialidad. En esta ocasión se realizará en la cafetería Resiliente, un proyecto de inclusión laboral para personas con discapacidad intelectual y auditiva. Con las ventas de las sucursales de este café financian otros proyectos sociales, como el comedor comunitario para niñas y niños hijas/os de migrantes jornaleros que acuden al corte de caña anualmente, atención psicológica para atender dificultades de lenguaje y aprendizaje en comunidades de bajos recursos y un centro comunitario. En el corto plazo contarán con una panadería donde trabajarán sólo personas con discapacidad social
El café científico se suma a las actividades de divulgación de la ciencia que tienen tradición en nuestro estado, aunque particularmente en Cuernavaca, como la columna “La ciencia desde Morelos para el mundo” de la Academia de Ciencias de Morelos, así como Ciencia Slam.
Les llamo a integrarlas a su agenda cultural. Nuevos retos y aprendizajes surgirán de esta nueva edición del café científico. Les invito a visitar esta cafetería ubicada en el Centro de Cuernavaca Morelos. Nos vemos ahí para conversar sobre ciencia y tecnología acompañada de un rico café.