El domingo 3 de julio, disfruté en particular el artículo de la escritora Rosa Montero, titulado “Inventemos nosotros” (y que recomiendo su lectura en: http://elpaissemanal.elpais.com/columna/inventemos-nosotros/), el cual reflexiona sobre porqué son particularmente otros -y no los españoles- los que inventan cosas en el mundo. Y no inventan, entre otras cosas, porque como dice la Sra. Montero: “a los españoles no se nos ha dado muy bien la ciencia”. Pues bien, en latinoamérica la situación es aún más crítica que en España. En México, un país de casi 120 millones de habitantes, se dedica menos del 0.43 % del PIB a investigación (la tercera parte de lo que dedica España) y el número de investigadores por cada mil habitantes, es menor a 0.9. Sin duda, al igual que en España, en México hay grupos de investigación de primer nivel internacional, pero son proporcionalmente muy pocos, sobre todo si quisiéramos alcanzar desarrollos como los que ha logrado, por ejemplo, Corea del Sur, quien en 1975 ya invertía el 0.42 % de su PIB a la investigación y que actualmente dedica cerca del 4.3 %.
Es, sin embargo, muy reconfortante que los científicos españoles, en las palabras de la Sra. Montero, “parecen haberse puesto en pie de guerra divulgativa”. Me da gusto comentar que en México se está dando un fenómeno similar, en donde hay numerosas iniciativas para divulgar la ciencia y también con enfoques multidisciplinarios. A manera de ejemplo, destaco la magnífica revista “Ciencia y Cultura: C2” [http://www.revistac2.com] en donde confluyen armónicamente la ciencia, la tecnología, la literatura y las artes visuales. Otra iniciativa muy original es aquella de la Academia de Ciencias de Morelos, un estado geográficamente pequeño, pero que cuenta con un muy importante número de científicos, que en este diario han publicado (ininterrumpidamente, todos los lunes, desde julio de 2007) artículos de divulgación científica para todo público, escritos por científicos destacados [http://www.acmor.org.mx/?q=la-ciencia-de-morelos-para-el-mundo].
Finalmente, hago mención a un proyecto del Instituto de Biotecnología de la UNAM, quien recientemente lanzó la revista de divulgación “Biotecnología en Movimiento” [http://bit.ly/1Jwf10K] en donde, en lenguaje para todo público, se describen las diversas actividades de un centro de investigación, con la intención de brindar a la sociedad (a la que los científicos nos debemos) un panorama de nuestro quehacer cotidiano, que tan lejos está de los estereotipos.
Coincido con la Sra. Montero: “Inventemos nosotros”. La comunidad científica iberoamericana tiene mucho que aportar al conocimiento y al bienestar de la humanidad. La ciencia es sin duda parte de la cultura. El público de habla hispana debe saber lo que hacen sus científicos, muchos de ellos de clase mundial, quienes en términos de creatividad, no son diferentes, por ejemplo, a los pintores, a los literatos y a los músicos, aunque los científicos, en general, tengan menos visibilidad.
Nota: una versión resumida de este texto fue publicada en la sección de cartas (p. 6) en “El País Semanal” del 24 de julio de 2016.