Simple y sencillamente esa versión caducó cuando el testigo presentado con bombo y platillo por las fuerzas castrenses se equivocó al indicar que el “levantón” de “cuatro jóvenes” ocurrió en otro bar denominado “Krudelia”, situado en la avenida Domingo Diez, también de Cuernavaca, que muchísimos jovencitos identifican como “Crudalia” desde hace años. Ninguna de las siete personas encontradas muertas afuera del fraccionamiento “Brisas” de Temixco el 28 de marzo estuvo en ese negocio la noche anterior.
Sí concurrieron a “La rana cruda”, según el testimonio de quienes trabajan ahí y los datos de otras indagatorias llevadas a cabo por las procuradurías General de la República y General de Justicia de Morelos. Pidiendo la omisión de sus nombres por temor a represalias, los directivos del multicitado restaurante-bar negaron que Juan Francisco y sus acompañantes hubieran tenido problemas con alguien. Alrededor de las 21:00 horas se retiraron, refrendando el compañerismo que durante varias horas demostraron. Además, cabe subrayar que no era su primera visita, pues habían estado en el mismo lugar cuatro o cinco veces. ¿Algún bingo más?
Insisto: las cosas deben ser llamadas por su nombre, y tocante al caso que este día nos ocupa evidentemente se trató de un error.
El problema ahora es cómo resolver el daño de imagen implícito para una institución que, progresivamente, va perdiendo credibilidad frente a la opinión pública, desgaste que infinidad de analistas nacionales pronosticaron cuando inició la “guerra” contra el crimen organizado en enero de 2007 y los militares salieron a las calles a suplir a corporaciones civiles de seguridad pública. Vemos que no se equivocaron.
Aquí surge una pregunta ligada a lo antes dicho: ¿Cómo restablecer la confianza y tranquilidad del cardiólogo José Rodolfo Moreno Villanueva, propietario de la casa ubicada en la calle Cuatematla 37, colonia Santa María Ahuacatilán (situada al norte de Cuernavaca), la cual fue señalada por Rodrigo Elizalde Mora como el lugar donde Juan Francisco y seis personas más estuvieron privadas de la libertad y fueron posteriormente ultimadas? Nuevas indagatorias federales concluyeron que los datos proporcionados por “El Chemís” con relación al inmueble no coinciden. El 14 de abril, cuando se realizó el operativo de la Sedena en la casa del médico Moreno Villanueva, se propaló como reguero de pólvora que pertenecía a Patricia Mariscal Vega, ex secretaria de la Contraloría de Morelos, lo cual resultó falso de toda falsedad. Lo que sí es cierto es el parentesco político del galeno y la ex funcionaria: son consuegros.
La muerte del hijo de Javier Sicilia ha significado un sacudimiento a la conciencia nacional y ahora se presenta la iniciativa de un Acuerdo Nacional; no obstante, para que pueda representar efectivamente un paso hacia la solución del problema de la violencia se requiere que se desarrollen ciertas tareas que deben incluirse en el Acuerdo.
Bajo la óptica del diputado federal Alberto Esteva Salinas, integrante del grupo parlamentario del Partido Convergencia (por Oaxaca), “es claro que la estrategia de confrontación con el hampa –sacando al ejército a las calles- no sólo no ha reducido el problema, sino que la violencia va en ascenso sin que los delitos asociados a estas organizaciones disminuyan”.
Y tocante al Acuerdo Nacional, el legislador indica que uno de sus sentidos debe ser el establecer un sólido respaldo desde la sociedad y una clara voluntad de los actores políticos para perseguir, detener, juzgar y condenar a cualesquier persona involucrada en los delitos del crimen organizado, no importa que se trate de policías, militares, legisladores, jueces, periodistas, empresarios, obispos, secretarios de estado o gobernadores.
“Que el Acuerdo Nacional venga de la sociedad civil abre la posibilidad de llevarlo adelante, ya que está al margen de las disputas políticas tradicionales entre los partidos. Sin embargo, el propio Javier Sicilia advierte ciertos riesgos en estas movilizaciones. Señala que las antorchas que han surgido para iluminar el camino pueden –eventualmente- servir para incendiar el país, dependiendo del curso y las decisiones que tomen todos los actores involucrados, incluida la propia sociedad civil”. A ver. Concluiré con una pregunta más: ¿Ya recibió un “usted disculpe” el cardiólogo José Rodolfo Moreno Villanueva?