Siempre ha ocurrido así, pues los partidos políticos están conformados por hombres emocionales y no por ángeles. Además, la política no conoce escrúpulos. Al contrario: los políticos, politiqueros, politicastros y politiquillos muchas veces dejan impregnada su indignidad en la sinuosa ruta hacia el poder. Les place simplemente oler el poder. Y como carecen de escrúpulos agreden a quien consideren un obstáculo”.
Y agregué un texto sobre la agresión, del cual transcribiré las siguientes líneas: “La agresión, según la sociología, es un acto, comportamiento o acción de un individuo o de una colectividad, dirigido conscientemente a dañar, someter, disminuir, herir física o psíquicamente a otro individuo o colectividad de manera arbitraria o ilegítima desde el punto de vista de la víctima o del sistema social de la que forma parte”. Entre los componentes secuenciales de la agresión, mencioné a grupos, sistemas, mecanismos de decisión, estructuras y colectividades, bajo los siguientes factores: los grupos de interés, las élites dominantes, los medios de comunicación masiva, el sistema político y la cultura política (entre otros más).
Reiteradamente me he referido, asimismo, a la división imperante dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), de lo cual se carcajean los de enfrente, quienes empiezan a proyectar cohesión rumbo a los comicios de 2012. Incluso, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), tras la inminente salida de Juan Ángel Flores Bustamante como presidente del Comité Ejecutivo Estatal, expone más unidad. Tendrá un cambio aterciopelado de dirigente en la figura del ex diputado local Fernando Celerino Pacheco Godínez. Enhorabuena, porque lograron la solidaridad en medio de muchas tribus, aunque la llegada de Pacheco significará más de lo mismo en apoyo a la eventual candidatura gubernamental del senador Graco Ramírez Garrido.
Los más importantes personajes priistas se sienten adheridos a grupos de poder. Proyectan ser “factores de poder”. Dicen que son más “fregones” que otros. Y a estas alturas de los reacomodos en la arena política morelense tales grupos están utilizando su “potencial” para forzar decisiones al interior de su partido, lo cual es equiparable a la soberbia y el clásico autoritarismo priista. Ya se sienten de regreso en Los Pinos y el Palacio de Gobierno de Cuernavaca, cuando todavía les falta mucho tramo por recorrer. En otra columna haré una comparación entre los grupos de poder, los grupos de interés y los grupos de presión. Son diferentes.
Hace unos días, en el restaurante “La Universal” de Cuernavaca, se reunieron Maricela Sánchez Cortés, Guillermo del Valle Reyes (la Dupla del Oriente) y el alcalde de nuestra capital, Manuel Martínez Garrigós, para presionar al presidente estatal del PRI, Amado Orihuela Trejo, en dos vertientes. Primero: debe definir si preside al partido en Morelos o pretende conseguir desde ahí la candidatura gubernamental; y segundo, debe crear las condiciones para que el abanderado tricolor surja de una consulta a la militancia.
Los tres, sin embargo, se condujeron como grupos de poder, lo cual repitieron ayer el propio Amado Orihuela Trejo y “tres cuadros distinguidos” reunidos en “El Rincón del Bife”. Con Amado estuvieron el diputado federal Francisco Moreno Merino, el ex gobernador Jorge Morales Barud y Jorge Meade Ocaranza, “ex” de muchas cosas en Morelos. Los cuatro anhelan la misma candidatura, pero de manera distinta a la planteada por la Dupla del Oriente y el alcalde Martínez Garrigós, a quienes enviaron el siguiente mensaje: “El Consejo Político Estatal del PRI y la unidad en torno a la dirigencia en Morelos de este instituto político son los canales de expresión y conducción rumbo a las próximas nominaciones. El PRI tiene definidos estatutariamente sus formas de organización y deliberación, por lo que ningún militante puede imponerle condiciones. Nadie puede estar por encima de la legalidad y asumir que tiene el control total de la organización. Etcétera”. La parte medular, me parece, fue emitida por Meade: “Se ha demostrado que la unidad, por arriba de intereses personales, genera mejores resultados que la obtención de candidaturas a través del enfrentamiento y el desgaste, que al final deriva en derrotas electorales”.
Sin temor a equivocarme, puedo asegurar que la polarización en dos extremos priistas resquebrajará la intención del Comité Ejecutivo Nacional de recuperar la gubernatura morelense y mantener otras posiciones. El conflicto de estos “grupos de poder” (incluido uno más que gira alrededor de la diputada federal Rosalina Mazari Espín) tiene estrecha relación con la orfandad del partido y la dicotomía sostenida hasta ahora por Amado Orihuela. Mientras no surja una figura egregia desde la sede nacional del PRI para poner orden y evitar una mayor dispersión de los “cuadros distinguidos”, los del PAN y otros institutos políticos seguirán abonando al desgaste de quienes hoy tienen la delicada misión de encabezar administraciones priistas. Verbigracia: En lugar de cuidar la inauguración del Paso a Desnivel Emiliano Zapata, algunos de los ya mencionados gozan exacerbando los ánimos y la belicosidad entre los de enfrente. Así las cosas, ha nacido el TUCOMM (con una M adicional a la de 2009): Todos Unidos Contra Maricela y Manuel. Adiós capital político.
4 comentarios
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Honestamente el PRI es el partido con mayor credibilidad para ocupar la… Compartelo!
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El PRI es la primera fuerza política del país, es el que… Compartelo!
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En los últimos años el PRI ha recuperado la confianza de la… Compartelo!
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Por supuesto que el PRI cuenta con una unidad impresionante, pues su… Compartelo!