Así las cosas deseo hacer la siguiente reflexión. Hoy por hoy los morelenses volvemos a atestiguar las graves condiciones de polarización dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), a partir de que sus principales líderes y exponentes, sin excepción, se sienten con posibilidades de sustituir a Marco Antonio Adame Castillo en la titularidad del Poder Ejecutivo. Por ahora, ninguno da su brazo a torcer y todos están aplicando antiguos y nuevos métodos de presión para “posicionarse”.
Empero, el resultado ha sido un evidente y prematuro desgaste frente a la opinión pública, mientras los de enfrente se burlan de quienes ya se sienten ocupando (de nuevo) Los Pinos y el Palacio de Gobierno local. Cabe subrayar que lo anterior ocurre también gracias a un contexto de orfandad política caracterizado por la traición, la ausencia de compromisos y la falta de acuerdos para impulsar, todos juntos, a un candidato unificado. Por eso me llamó la atención el acto presidido este sábado, en Zacatepec, por Emilio Gamboa Patrón, líder nacional de la CNOP, en el cual Pedro Ocampo Alvarez rindió protesta como secretario general del Comité Ejecutivo Estatal del Movimiento Nacional de Productores Rurales.
La cancha de usos múltiples del ingenio azucarero estuvo a reventar (asistieron alrededor de 6 mil personas), acatando la convocatoria del propio Pedro Ocampo, pero también a partir de la institucionalidad de Víctor Samuel Palma César, dirigente estatal de la CNOP. Estuvieron presentes los siguientes aspirantes a la candidatura gubernamental priísta: Manuel Martínez Garrigós, Francisco Moreno Merino, Amado Orihuela Trejo y Jorge Morales Barud, así como los diputados federales Rosalina Mazari Espín y Félix Rodríguez Sosa. Aunque se trata de un hombre ciento por ciento institucional, a propios y extraños les llamó la atención el discurso de Palma César, un hombre que, en caso de complicarse la fusión priísta, podría convertirse en el ansiado factor de unidad. A ver.
Cambiando de tema diré que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) confirmó que entre los años 2007 y 2009 el número de jóvenes asesinados creció 147 por ciento. Pese a que desde el año 2000 se venía registrando un descenso en el homicidio de jóvenes, con un ligero aumento en 2005 y 2006, a partir de 2007 esta tendencia se revirtió completamente. Mientras que en 2007 fueron ultimados 2 mil 977 jóvenes, en 2009 esta cifra creció a 7 mil 348. Así, el homicidio se convirtió en la primera causa de muerte entre los jóvenes en 2009, superando a los accidentes automovilísticos, que durante años fue el motivo principal de decesos en ese grupo poblacional.
Por rangos de edad, el homicidio de adolescentes de entre 15 y 19 años creció 124 por ciento entre 2007 y 2009; el de los jóvenes de 20 a 24 años, 156 por ciento, y el de 25 a 29 años, 152 por ciento. Por otra parte, el homicidio de hombres de 15 a 29 años creció en 154 por ciento, mientras que el de las mujeres, en 89 por ciento. Según la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), las pocas cifras oficiales existentes revelan que desde que el gobierno federal emprendió la lucha contra el crimen organizado el número de homicidios de jóvenes se ha incrementado sensiblemente. El 5 de julio pasado, durante una reunión con Navi Pillay, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, se le solicitó intervenir para que el Estado mexicano garantice el interés superior de la infancia frente a la violencia armada que se vive y que defina acciones preventivas para frenar totalmente los asesinatos de niños.
Si todo lo anterior es espeluznante, déjeme decirle a usted que Morelos se ubica en el “ojo del huracán” de la violencia a nivel nacional. Desglosemos. La mitad de los homicidios juveniles entre 2007 y 2009 se concentró en Chihuahua, Estado de México, Baja California, Guerrero y Sinaloa. Prácticamente en todas las entidades se incrementó este número, con excepción de Baja California Sur y de Yucatán, con disminuciones de 33 por ciento y 7 por ciento, respectivamente (además de que los homicidios no rebasaron los 20 por año). En Chihuahua, el aumento de la cifra se disparó: mientras en 2007 fueron ultimados 201 jóvenes, en 2009 el registro pasó a mil 647, lo que representa un incremento total de 719 por ciento en tres años. Otros estados con fuerte presencia del crimen organizado registraron aumentos de homicidios juveniles: Durango, con 514 por ciento; Baja California, con 307; Sinaloa, 298; Morelos, 190 por ciento; Guerrero, 180, y Nayarit, 162. Parte del incremento de estos delitos se debe a la intensificación de la violencia entre bandas criminales.
Con la Base de Datos de Presuntos Homicidios Relacionados con la Delincuencia Organizada de la Presidencia de la República, se estima que en 2007 fueron ejecutados alrededor de 366 jóvenes de 16 a 30 años, 14.1 por ciento de las ejecuciones registradas en ese año. En 2008 esta cifra ascendió a mil 638 (26.5 por ciento del total de ejecuciones); en 2009, a 2 mil 511 (28.2 por ciento), y en 2010, a 3 mil 741 (28.4 por ciento). Las ejecuciones reportadas en esta base son aquellas en que por sus características se presume que víctima, victimario o ambos pertenecían a una organización criminal. Además le comento a usted lo que hace meses escribí aquí: la inmensa mayoría de jóvenes ejecutados por el crimen organizado fueron de clase social baja. Es decir: pobres contra pobres, a lo cual debemos adicionar la participación de soldados y agentes federales reclutados (y mal pagados) debido a lo mismo: su escaso nivel escolar. Ayer el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, al encabezar en el Centro de Convenciones de Xochitepec una réplica de su V Informe, habló de nuevo sobre la necesidad de reconstruir el tejido social nacional. Muchas inversiones se requerirán, al menos en el caso de Morelos, para conseguirlo. A ver.
1 comentario
Hey
POR MUCHO SAMUEL PALMA SERIA MEJOR PROSPECTO QUE MMG. PALMA MUESTRA CAPACIDAD,PROFESIONALISMO… Compartelo!