Consciente de que su declaración resulta polémica, pero basada en la convicción de su crecimiento como lectora, la novelista Josefina Estrada sostiene que, a diferencia de la obra lograda por Ricardo Garibay, la literatura “del (Carlos) Fuentes de los últimos años no es recopilable, es olvidable y de vergüenza ajena”.
Entrevistada acerca de la publicación, en Ediciones Cal y Arena, del libro Ricardo Garibay. Antología –del cual es autora del prólogo y de la selección de los textos- la escritora considera que el volumen, “es casi como Garibay en persona, porque es poderoso, el mismo ejemplar es imponente”.
Añadió que, de pocos escritores, ya cuando fallecen, se puede hacer una recopilación de casi 700 páginas, como es el caso.
“Creo que esta antología nos viene a decir que Ricardo Garibay está vivo, vigente y que el mayor homenaje que se le puede hacer a un escritor es que se le lea; sí después de que estás muerto sacan tu obra reunida y sacan una antología, es que Garibay no está muerto, no puede morir”.
Consideró que el nuevo texto, está pensado para quienes se quieren acercar por primera vez a Garibay y para los que ya tienen los libros publicados por Océano, donde se recopiló toda la obra.
“Yo con esa intención hice la selección: para los amantes de Garibay es volver a tener otro libro suyo, pueden tener a Garibay en un solo volumen y que se confirme y reafirme que son los textos más representativos; y quien se quiera acercar a Garibay estoy segura que será una entrada para comprar cuanto libro vea de él”.
*LAS ALAS DEL MISMO PÁJARO
-En mayo se van a cumplir 15 años del fallecimiento de este autor, pero ¿qué es lo que tienen las páginas de su narrativa que no envejecen?
-Precisamente el poderío de la prosa, precisamente porque sigue vivo. Uno vuelve a adentrarse en la literatura que él escribió porque uno llora, ríe, suspira, evoca, es decir, tiene todas las cualidades que debe tener la literatura y por eso cada vez estará más vigente.
El primer libro que yo leí de Garibay fue cuando yo tenía 20 años, y a partir de ahí traté de comprar la obra que me fue posible. A lo mejor puedes engañar a un lector de 20 años, pero 36 años después, seguirlo admirando, que siga creciendo y que siga encontrándole tantas cualidades, quiere decir que es un escritor que no se te cae.
Vuelvo a insistir, yo a los 6 o 7 años que volví a tomar Agua quemada de Fuentes, pues dije: yo ya crecí, ya no me deslumbra, y son de sus mejores cuentos. En este sentido es que digo que hay libros que nos van acompañando, que vamos creciendo con ellos y que los vamos respetando, respetando al autor.
Como escritora que soy, como egresada de periodismo, como cultivadora de los géneros de la crónica, el reportaje, la entrevista, pues sin duda es mi maestro y debe de serlo de todos los que ejercen este oficio.
Él fue un gran, gran lector y por eso, por supuesto, es un gran escritor, porque como bien le escuché alguna vez a Francisco Hernández: leer y escribir son las alas del mismo pájaro.
*QUE LOS JÓVENES SEAN IRREVERENTES
Recordó que desde joven, el narrador oriundo de Hidalgo ya era explosivo y que les aconsejaba a los jóvenes escritores “que fueran irreverentes, porque este es un trabajo muy duro: quien no sienta que trae algo lo va a abandonar o va a escribir una prosa blandengue o va a ser un estreñido, como él decía que lo eran (Juan) Rulfo y (Juan José) Arreola”.
“No me queda duda de que Ricardo Garibay será un clásico; no puede entenderse la literatura mexicana si no está Garibay, tendría que haber un hueco y habría que llenarlo, pero pues ya está lleno, eso él ya lo cubrió”.
Explicó que el hecho de haber preparado la antología, a pesar de que editorial Océano ya había publicado los diez volúmenes de su Obra reunida, era precisamente porque cada uno de esos tomos casi siempre rebasa las 300 páginas.
“Era necesario hacer una antología y yo creo que se la debemos al genio editorial de Rafael Pérez Gay, quien me hace la invitación de hacer una selección de la obra y siempre me dijo que fuera de 600 páginas, en realidad casi llegamos a las 700 y yo creo que tuvimos que quitar, fácilmente unas 50 páginas, ya muy elegidas”.
Es un libro muy ceñido, dijo, “pero no solamente representa a la obra de Garibay, sino también a Garibay mismo, con sus obsesiones, con sus juicios siempre categóricos, con sus descalificaciones, con todo lo contradictorio”.
Por último, subrayó que se trataba de “un libro fundamental y para todos aquellos que tengan una biblioteca es un libro que deben de tener, porque desde siempre fue muy difícil tener los libros originales de Garibay, algunas personas tenemos los 10 tomos (publicados por Océano), pero yo creo que vale la pena hacer la inversión de tener este volumen”, concluyó.