“El náhuatl tiene mucho que aportar a la literatura universal, no sólo a la literatura en México”, sostuvo el profesor nahuahablante de la Universidad de Varsovia, Victorino de la Cruz, durante la presentación del poemario Chalchihuicozcatl (Collar de Jade), de Gustavo Zapoteco, en el Museo Morelense de Arte Popular (MMAPO).
En el marco de la celebración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas -establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1994, el 9 de agosto de cada año-, en la presentación de la obra acompañaron al autor oriundo del estado de Guerrero, Rodolfo Candelas Castañeda, Francisco Suástegui Torres y Victoriano de la Cruz, así como Víctor Manuel Rubio como moderador, la tarde del pasado viernes primero de agosto.
Después de hacer una presentación en lengua náhuatl al público reunido en el recinto, Victorino de la Cruz destacó que el volumen monolingüe fue comentado hace dos meses en la universidad de Varsovia, en Polonia y manifestó su alegría de editar ese material en aquel país europeo; el segundo en lengua náhuatl, porque el primero fue de literatura infantil, mencionó.
Así mismo, consideró que en los poemas del texto, “Zapoteco ofrece otra visión, una cosmovisión muy arraigada” y dijo que ese trabajo era muy importante, porque se va a estar difundiendo en escuelas de diferentes estados.
*LE DA PODERÍO VISUAL AL NÁHUATL
El primero en los comentarios fue Rodolfo Candelas Castañeda, coordinador del MMAPO,
quien resaltó que el libro nos permite conocer un mundo que se nombra a través de la lengua náhuatl, por medio de su poesía, aunque se editó fuera de México.
“Es una apuesta muy riesgosa que tomaron los editores y Gustavo”, consideró al recordar que el libro sólo fue publicado en náhuatl y para una universidad del extranjero. Dijo que si bien podía estar o no de acuerdo con ello, sin embargo, “siento un profundo respeto” por esa determinación.
El también fotógrafo, definió que la poesía de Gustavo Zapoteco, “es muy fotográfica, utiliza la lengua náhuatl como una cámara fotográfica”, y que en una sola palabra compuesta hay toda una imagen. “Le da este poderío visual a la lengua náhuatl”, remarcó y aseveró que el hecho de que ese tipo de libros exista, “se vuelve una poderosa herramienta para que la lengua subsista”.
Aclaró que pudo leer los poemas gracias a traducciones de amigos y que la obra no sólo es un libro: es un instrumento, un espacio vivo y un artefacto, similar a lo que vemos en este museo, expresó.
Expuso que el texto “se asemeja a un ritual”, dado que hay una salutación y de inicio así nos está remitiendo a un espacio ritual sagrado; comentó que en las palabras de Zapoteco, el lector puede apreciar “lo cotidiano desde un punto de vista ritual espiritual”.
La obra nos habla del mundo del que proviene todo lo que hay en este museo, añadió, y explicó que al leerlo “me parecía escuchar a los señores que hacen estas piezas en Morelos”.
*PALABRA FLORIDA DE CHAMÁN POETA
Por su parte, Francisco Omar Suástegui Torres, en representación de la Unidad Regional Morelos de Culturas Populares, opinó que leer a Gustavo Zapoteco, “es como ir desgranando la palabra florida de un chaman poeta” y que en su obra hay un abanico rico y pleno de las expresiones más genuinas del ritual indígena.
Refleja una visión particular de un mundo ancestral, prosiguió, y “no es sólo un collar de jade, es un rosario de vida”.
La poesía del autor, añadió, ha venido en una madurez constante, se siente su crecimiento poético, el discurrir en el manejo del lenguaje.
Dijo que en la obra había una advertencia de que estamos perdiendo ese México indígena, campesino, que nos da sustento, pero también, de que la cultura náhuatl vive y está presente.
Muestra ese mundo indígena y campesino que muchos desconocemos, concluyó, pero además, que su mundo también es nuestro mundo, y nos recuerda que no todo está perdido y que otro mundo mejor es posible.
*PERSONAS AJENAS A NUESTRA CULTURA VALORAN EL NÁHUATL
La intervención de Gustavo Zapoteco fue en lengua náhuatl y después la lectura de sus poemas la hizo en español, mientras los sonidos del caracol y de instrumentos musicales prehispánicos se hacían presentes gracias a Pedro Martínez.
El autor agradeció de entrada a la Facultad de Artes Liberales, de la Universidad de Varsovia, la publicación de la que es su quinta obra de literatura en poesía, otros títulos son
Cuicatl in yolotl (Cantos del corazón), Xóchitl ihuan cuicatl in Morelos (Flor y canto en Morelos), Cuicatl pan Tlalliouatlmej (Cantos en el Cañavera)l; ,Xochitecuan (Tigre florido).
Puntualizó que “el libro es morelense, se creó en Morelos, aunque se publicó en otro lugar” y que era una invitación a cuestionarse “por qué otras personas ajenas a nuestra cultura la están valorando (a la lengua náhuatl)”.
Añadió que también era una invitación a escudriñar una cultura y a averiguar qué es lo que nos quiere decir, aunque eso será decisión de cada quien, dijo, al invitar a aprender el náhuatl.
Expuso, por último, que en el libro hay dos estilos de literatura: el que se ha preservado al interior de las comunidades indígenas y otros que contiene el poemario.
A manera de ejemplos de la belleza encerrada en los cuatro poemas que leyó Zapoteco, en “Nubes”, definió que eran“algodones llorosos”, “flores blancas en el cielo azul; flores blancas, corazones de agua” y “caricia suave sobre la piel de la madre Tierra”.
Los otros textos se titulan “La ofrenda”, “La siembra y “Señora madre”, a la que le pide al final: “toma nuestra ofrenda, come señora madre Tierra”.
Cabe decir que en un comunicado de Conaculta, se informa que en la República Mexicana hay 6 millones 695 mil 228 personas de 5 años o más, que hablan una lengua indígena. Las más habladas de las cuales son: náhuatl, maya y diversas lenguas mixtecas.
Precisa que en el estado de Morelos, los habitantes de Cuentepec, Hueyapan, Santa Catarina, Tetelcingo y Xoxocotla aún hablan y escriben en náhuatl. “Esto es motivo para disfrutar de nuestra lengua madre dentro de los festejos en el Día Internacional de los Pueblos Indígenas”, finaliza.