Madrid, España. Antonio Muñoz Molina (Ubeda, Jaén, España, 1956), es uno de los escritores españoles, surgidos de una camada de narradores como: Enrique Vila- Matas, Soledad Puértolas, Javier Marías, Pedro Sorela, entre otros. Muñoz Molina es autor de los libros: El Robinson urbano, Diario de Nautiluis yNada del otro mundo (relato que da título al volumen, el cual se podría considerar por su estructura y extensión una novela corta). El texto es una narración testimonial que recrea la vida de los jóvenes universitarios de los años 70 y donde crea una atmósfera fantástica y misteriosa del ambiente universitario del viejo continente.
En 1986 ve la luz su priera novela, Beatus IIIe, y un año después, con El invierno en Lisboa, gana el Premio Nacional de Narrativa y el Premio de la Crítica. En 1991 recibe el Premio Planeta por El jinete polaco, que le convierte en uno de los autores más conocidos de las letras españolas.
Compagina se labor de articulista en El País con la publicación de novelas comoLos misterios de Madrid (1992) o Plenilunio (1997).
En 1995 es elegido miembro de la Real Academia Española. Entre sus novelas más recientes figuran Ventanas de Manhanttan (2005), El viento de luna (2008) y La noche de los tiempos (2010). Recibió en 2013 el Premio Príncipe de Asturiasde las Letras. Su libro más reciente es El atrevimiento de mirar (Galaxia Gutenberg, 2013), donde su autor, a través de nueve ensayos, se atreve a descubrir el arte: “Creo que fue de Baudelaire – dice Muñoz Molina- y de Marcel Proust de quienes empecé aprendiendo a escribir sobre arte, intentando usar las palabras como una lente de aumento para mirar mejor lo que se tiene delante de los ojos, en los cuadros y también en la realidad. Mucho más tarde, ya adulto, descubría a Robert Huhges y quise tomar ejemplo de su apasionada realidad”.
*Y ESO ES LO QUE PASA EN ESPAÑA EN ESTE SIGLO
-En su libro ¿Por qué no es útil la literatura? Acusa al desprestigio que se ha cernido sobre la lectura en España, ¿cuál es su visión sobre el problema?
-Creo que no hay interés en la sociedad ni en el poder político para que la gente estudie, supongo que se debe a que una persona preparada es más difícil de engañar y dominar que alguien ignorante. Entonces, la relación entre obediencia política e ignorancia es muy estrecha, cuando se pretende que la ciudadanía de un país obedezca la consigna política, y no sea crítica, pues lo mejor es que no aprenda y eso es lo que pasa en España en este siglo.
-¿Por qué cree que hay fuerzas provenientes de muchas partes que impiden que la gente lea?
-Es el modelo de desarrollo e incluso de ciudadanía que se quiere imponer en un país, es decir, España es una nación dependiente, dentro de la Comunidad Europea es un país completamente marginado, de tal suerte que el reparto de trabajo a escala europea le asigna a España un papel auxiliar, de servicio, y también es un país que no tiene relevancia internacional ni una economía muy desarrollada; es una nación donde su población está destinada a ser camareros o vendedores de un McDonalds.
-¿Cuál es desde su punto de vista la diferencia que hay entre España y el resto de Europa en cuestión de educación y cultura?
-En España existen diferencias muy marcadas entre educación y cultura: la cultura es un ámbito de prestigio, mientras que la educación, sobre todo la pública, cada vez sufre mayor degradación y descredito, que padecen por igual quienes la imparten y quienes deberían ser sus beneficiarios. La cultura es un escaparate y una cuartada, en ocasiones de lujo. La educación es un oficio que ha sido despojado en los últimos años de toda dignidad pública y de gran parte de su legitimidad moral. No es posible que, por ejemplo, se gaste mucho dinero en traer una orquesta internacional y no haya dinero para tener un buen conservatorio, que se gaste en hacer el Congreso Internacional de Escritores y no tengamos para bibliotecas públicas. Creo que donde más falta hace es donde se pone menos esfuerzo.
-¿Cómo ven desde España los intelectuales el gran pozo entre educación y cultura, entre saber y estar al día?
-Hay gente a la que le parece bien el pozo. Creo que estar al día es una manía muy contemporánea que procede del principio de aplicar las normas de la publicidad o de la música pop a la literatura, pero para estar al día, más que leer las novedades que se acaban de publicar, tengo que leer a Henry James. Estar enterado en literatura es muy distinto de estar al día en música, por ejemplo. Por otro lado, no existe esa asidua multitud a la que llamamos público lector, se vive un gran abismo entre educación y cultura, entre el saber y el estar al día, entre el trabajo lento, disciplinado y sólo fértil a muy largo plazo y la pirueta instantánea concebida para recibir al día siguiente el halago de un titular de periódico y condenado a extinguirse sin dejar ni un rastro de ceniza. Esto es un hecho al que mis compatriotas se están inclinando sin miramientos por aprender lo útil, lo que les parece práctico para llevar gananciosamente la vida y, en consecuencia, a desechar lo espiritual.
* SON ALGO TAN MATERIAL Y NECESARIO COMO EL PAN Y EL AGUA
-¿Cuál es para usted el libro verdadero, ya que habla en su ensayo del libro impostor?
-El verdadero es cualquiera que diga verdades, cosas ciertas sobre la vida y la condición humana. El libro verdadero es El Quijote, El pozo o El Aleph. Son algo tan material y necesario como una barra de pan o un jarro de agua. Como el agua. Como el agua y el pan, como la amistad y el amor, la literatura es un atributo de la vida y los buenos libros son un arma de la inteligencia y la felicidad. Pero no hay que culpar a la mayor parte de los posibles lectores de que no lo sepan. Tampoco parecen saberlo muchos escritores, o si lo saben lo guardan en secreto.
-¿Crees que la comercialización de la literatura en este fin de siglo ha llegado a tal extremo que la esté acabando?
-No. La literatura nunca ha sido demasiado importante. No lo era hace un siglo ni lo es hoy. La época que vivimos hoy día no es peor ni mejor que cualquier otra. Lo que puede ayudar a la literatura y al libro es que la gente entienda que la literatura nos enseña a mirar dentro de nosotros y mucho más lejos del alcance de nuestra mirada. Es una ventana, también un espejo. Quiero decir: es necesaria. Algunos puritanos la consideran un lujo, en todo caso es un lujo de primera necesidad.
-¿Piensa que la sagacidad y la imaginación puedan salvar al público lector?
Claro, ésa es su única arma, ésa es la libertad. La libertad de ser sincero consigo mismo y cerrar un libro si no le gusta aunque esté muy recomendado y la libertad de, si le gusta, interesarse por él aunque nadie lo conozca. No hay que sofocar la inteligencia negando las posibilidades de la literatura, se nos educa para disciplinarnos en nuestros deberes, pero no en nuestros placeres, por eso nos cuesta trabajo ser felices. Sin embargo, creo que frente a la mansedumbre, la codicia y la zafiedad que quieren ahogarnos, la imaginación y la libertad son nuestras armas.
-¿Qué tanto está comprometido el autor con la literatura para, dentro de esa sagacidad, salvar al lector?
-El único compromiso del autor es escribiendo bien, lo demás ya no depende de él. Que tenga más o menos lectores depende del azar, de la suerte, de la época.
*MAS VERDADEROS Y MENOS LITERARIOS
-En su novela El jinete polaco, ¿cómo se modifican los personajes y sus atmósferas al momento de ser creados?
-En una novela tan larga como El jinete polaco se van modificando con el ejercicio mismo de la escritura, por el proceso de la invención, es decir, el principio de las cosas son de un modo y en el momento de su escritura, uno descubre que pueden ser de otra manera. Entonces, los personajes y sus atmósferas se van dando en el acto de irlos descubriendo. En cuanto a mis personajes me gustaría que fueran más verdaderos, menos literarios, menos modelos y más retratos de lo que son.
-En su libro de cuentos, Nada del otro mundo, ¿cómo conjuga la realidad con la fantasía?
-De muchas formas, tal vez por algo que pasa en la realidad, o por el recuerdo de algo que se mezcla con la imaginación, la casualidad o la misma fantasía y que conjugadas van formando la trama. Los relatos van formando la trama. Lo relatos de Nada del otro mundo, nacieron en circunstancias diversas, crecieron solos, y han adquirido su significado último en este volumen.
Estos relatos son el reflejo de la narrativa de mis comienzos hasta el día de hoy. Entre todos los libros que he escrito y publicado desde 1983, había uno que escribí lenta e invisiblemente, sin demasiada intervención de mi voluntad, según azares de ocurrencias y encargos, un libro disperso en revistas, o entre páginas de otros libros, en las de los periódicos, un libro que comenzó sin que yo supiera que empezaba y que se ha concluido a sí mismo con igual sigilo, con esa intensidad de alivio y de anunciado principio que tiene siempre el punto final, de esa manera nació Nada del otro mundo.
-¿Cómo encuentras la literatura actual española, dentro y fuera de España, después del estancamiento que sufrió durante el franquismo?
-Pienso que por primera vez en mucho tiempo se publican libros de cuentos, poesía, ensayo y novela y eso provoca mucho interés en los lectores, críticos e incluso en editores extranjeros. Esta es una novedad importante en la literatura española, con lo cual se ven grandes esperanzas de brincar el charco también fuera del viejo continente.
*Esta entrevista pertenece al libro Crónicas de la memoria, de próxima aparición. Se publicó originalmente el 26 de enero de 1995.