Una sonrisa se dibuja en el rostro ante la bienvenida que da Javier de la Garza, con dos óleos sobre tela, en donde los protagonistas son especies marinas: un conjunto de tiburones que integran “El Club de la pelea” y un par de leones marinos, de feroz aspecto, pero al parecer enamorados y que hacen sentir con su actitud: “Love is in the air”.
Uno piensa, divertido, que John Paul Young seguramente no se inspiró en esos especímenes para lograr su famosa composición musical.
Siguiendo en una ruta faunística, el trabajo “Imposibilidades”, de Diana Támez, elaborado con vidrio, metal y epóxico, confirma visualmente el significado del título: más de una docena de arañas habitan el interior de un conjunto de peceras vacías, algunas encimadas. El logro estético es más que atractivo: espectacular.
En la exposición “En el Umbral”, participan maestros de la Facultad de Artes y egresados de la misma. La muestra fue curada por la profesora Isadora Escobedo, también integrante de la dirección.
Entrando en terrenos humanos, impactan las fotografías digitales impresas en papel que provienen de la serie “Desde los poros”, de la maestra Bela Límenes.
En el recorrido por el museo hay espacio para la presentación de un bello grupo de piezas en ceramia en alta temperatura, creado por Paola Esquivel y que proviene de la serie “Doméstico”.
Se exhibe también el políptico de 9 piezas titulado “Periferia humana”, de Ana Rojas y que se trata de linografías sobre madera.
El director de la facultad, Enrique Cataneo, no podía quedar fuera de este muestrario, dada su condición de artista y exhibe un par de trabajos en serigrafía que provienen de la serie “Los medios y las medias”.
Por último, el espectador tendrá que dedicarle tiempo a admirar la video instalación “Tiempo en muletas”, del maestro Pawel Anaszkiewicz y la intervención sobre maniquíes de Víctor Mora, a la que sencillamente nombra como “Simplicity”.
El final del recorrido es por demás satisfactorio al comprobar la vitalidad y creatividad que anima a la festejada quinceañera.
