Cuando se habla de animales acuáticos, comúnmente se visualiza que se mueven a través del nado como la mayoría de los peces y mamíferos marinos, o caminando en el fondo del cuerpo de agua como casi todos los crustáceos. Sin embargo, es poco común encontrar organismos que sean capaces de saltar en el agua, dado que gran parte de las especies de animales acuáticos no presentan adaptaciones para llevar a cabo este tipo de locomoción.
Los mamíferos acuáticos que saltan lo pueden hacer sólo ejecutando el movimiento de sus extremidades inferiores a grandes velocidades; los peces saltarines como el pez tigre y el pez mono lo hacen con la finalidad de capturar presas como insectos e incluso aves; el pez hacha y el pez volador realizan saltos para huir de la depredación. Un excelente grupo de organismos saltadores son las ranas, la cuales presentan adaptaciones en sus extremidades que les permiten llevar a cabo de forma especializada este tipo de movimiento.
Otros animales saltarines son las pulgas de agua, pequeños crustáceos conocidos como cladóceros que tienen un diámetro de 2 a 4 mm y basan su locomoción en movimientos intermitentes utilizando sus antenas como flagelos que se deslizan con mecanismos semejantes a la contracción muscular, casi como un salto, y esta es la causa por la cual reciben el nombre de pulgas (figura 1). Estos diminutos animales utilizan el principio de las catapultas y almacenan energía de la que posteriormente disponen los movimientos acelerados de sus antenas. De estos cladóceros se conocen dos géneros que habitan en agua dulce basando su alimentación en microalgas, bacterias y otros microorganismos, lo cual determina su coloración; algunos con tonalidades rojas, verdes o grises. Su reproducción tanto asexual como sexual los hace organismos fáciles de proliferar ya que pueden reproducirse desde los cuatro días de nacimiento y generar aproximadamente 22 crías por hembra en periodos cortos de uno a dos días. Dada esta característica reproductiva y su pequeño tamaño, las pulgas de agua son utilizadas como alimento con alto valor nutrimental para peces en cultivo. En algunos estudios, se ha observado que peces nutridos con estos crustáceos incrementan su actividad física, su brillantez corporal y podrían aumentar su resistencia a enfermedades debido a su contenido nutricional (tabla 1).
Produciendo alimento para peces
La reproducción y el mantenimiento de estas pulgas de agua con fines de cultivo como alimento vivo para peces se puede llevar a cabo en acuarios desde 5 litros de capacidad hasta estanques de alrededor de 2 mil 500 litros. El cultivo se inicia con una fertilización del agua, para lo cual, se emplean desechos orgánicos de vacas, borregos, gallinas, conejos y cerdos, medios sintéticos o aguas de desecho. Posterior a la fertilización, se siembra la pulga de agua y en un periodo de 5 días los organismos se encuentran en su fase de reproducción. En esta etapa se pueden colectar a los organismos, para lo cual, generalmente se emplea una malla fina. Estos organismos saltadores se deben enjuagar varias veces con agua limpia con la finalidad de eliminar los residuos del cultivo antes de ser suministrados como alimento vivo para los peces. Actualmente, en el Laboratorio de Acuicultura e Hidrobiología del Centro de Investigaciones Biológicas de la UAEM se realizan investigaciones encaminadas a determinar si las pulgas de agua pueden favorecer al sistema inmune de los organismos que las ingieren.
M. en M. R. N. José Figueroa Torres / Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Dra. Elsah Arce Uribe / Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
M. en C. Jorge Luna-Figueroa / Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Centro de Investigaciones Biológicas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos