De acuerdo con una investigación, interpretamos los emojis muy rápido pero no tanto como cuando leemos solo palabras.
Germanohablantes leyendo emojis
Los emojis, más que famosos y más que una película, son elementos básicos de la comunicación virtual en los últimos años. Su objetivo inicial no fue decorativo. El primero se creó para reducir tiempo y espacio, en Japón en 1990. Esa pequeña imagen representa una «palabra ilustrada» que expresa alguna emoción y agrega un toque de chispa a una conversación. A pesar de su importante presencia en nuestra vida diaria, pocas investigaciones se han realizado al respecto.
Una de ellas ha sido publicada recientemente en Computers in Human Behavior, y mide el tiempo aproximado que nos toma comprender el significado de un emoji dentro de una oración. Spoiler: lo hacemos bastante rápido. Sin embargo, nos toma el 50% más del tiempo que nos tomaría leer una oración con solo palabras, sin emojis.
Los científicos a cargo del estudio establecieron un estudio de lectura en línea para 53 hablantes nativos de alemán con el objetivo de medir el tiempo de lectura de las palabras y emojis. Ellos debían leer una oración que aparecía de palabra en palabra en un pantalla. Al terminar de leer una palabra presionaban una tecla para pasar a la siguiente. Algunas oraciones incluían emojis que reemplazaban a las palabras.
Ligera diferencia
Los resultados mostraron que la mayoría de los participantes podían comprender con precisión oraciones con un emoji reemplazando una palabra. No obstante, les tomó alrededor de 350 milisegundos más que cuando la oración solo contenía palabras: 456 versus 804 milisegundos con el emoji.
El ligero retraso probablemente existe porque nuestras mentes interpretan estos emojis como imágenes, no como palabras. Primero, nuestro cerebro debe reconocer la imagen que está frente a nuestros ojos, y luego, debemos hacer coincidir esa imagen con una palabra. Si solamente leemos una palabra, llegamos antes.
Aunque suene muy obvio, no deja de ser sorprendente que en un segundo, nuestros cerebros sean capaces de extraer todo un léxico de palabras que suenan similares, y que podrían coincidir con la imagen que estamos viendo antes de seleccionar la que mejor se ajuste.
«En el primer paso, se produce una activación conceptual visual», explican los autores. «Si este paso no es suficiente para la generación de un enunciado significativo, se recupera la información fonológica de la entidad léxica para acceder a significados adicionales, y se debe suprimir el concepto original activado».
Emojis homófonos
Si una palabra se sustituye directamente por un emoji, nuestro cerebro no se molesta en obtener una representación léxica completa de la palabra original, incluido cómo suena. Pero si una palabra se sustituye por un emoji que solo suena como la palabra, entonces nuestro cerebro lo hace.
Las personas con un alto nivel de alfabetización en emojis no se desempeñaron mejor en la tarea de emojis homófonos. Eso podría sugerir que sus cerebros no tienen tanta práctica en extraer todo el léxico de una palabra; es probable que no lo hagan con mucha frecuencia cuando leen emojis en un texto.
«Los participantes que usan emojis con más frecuencia leen el emoji homófono con la misma lentitud que los demás. Esto también está respaldado por el hecho de que los participantes de la prueba que se autoevaluaron usando emojis con frecuencia, leyeron el emoji coincidente más rápidamente», explica la lingüista Tatjana Scheffler, del Instituto de Estudios Alemanes de la Ruhr-Universität Bochum.
El siguiente paso para Scheffler es realizar un estudio similar con personas que viven con esquizofrenia, ya que muchas de ellas tienen dificultades para identificar significados no literales.