Durante décadas los científicos se han planteado cómo sería posible extraer energía de los agujeros negros. Una posibilidad, llamada el proceso de Penrose, hace uso de la ergosfera, la región exterior y cercana al horizonte de sucesos de un agujero negro en rotación donde el espacio-tiempo mismo es arrastrado.
La física de la ergosfera muestra que si una masa que se acerca al horizonte de sucesos se rompe en dos, de modo que una pieza cae en el agujero negro, la otra pieza podría salir de la ergosfera con más energía de la que tenía al principio. El agujero negro esencialmente «dona» parte de su momento angular a esta masa, aumentando así su energía.
De acuerdo con un estudio publicado en ScienceFocus, una sugerencia reciente es que la energía podría aprovecharse de este proceso rompiendo y recombinando las líneas del campo magnético en la ergosfera. Esto haría que la materia que cae se divida naturalmente en dos flujos de plasma, uno de los cuales recibiría un impulso de energía del agujero negro.
El proceso de Penrose también podría impartir energía a uno de los pares de partículas y antipartículas, a veces llamadas «partículas virtuales», que producen la «radiación de Hawking». Estos pares de materia y antimateria se crean y destruyen constantemente debido a minúsculas fluctuaciones cuánticas en la estructura del espacio-tiempo.
La otra posibilidad, denominada «proceso de Blandford-Znajek«, utiliza un campo magnético externo para extraer la energía de rotación de un agujero negro en rotación. Aquí, el agujero negro actúa como un conductor masivo que gira en el campo magnético de su disco de acreción. Las líneas del campo magnético se arrastran alrededor del agujero negro provocando que expulsen chorros de plasma en direcciones opuestas. Se cree que este es el proceso que crea los energéticos chorros de plasma que se ven en los ‘quásares’.
Aunque la ingeniería requerida para cualquiera de estas posibilidades está mucho más allá de nuestras capacidades actuales, la física sugiere que la generación de energía a partir de los agujeros negros podría alcanzar una eficiencia del 150%, mucho mayor que cualquier método de generación de energía utilizado actualmente en la Tierra.