La cifra de personas muertas en Turquía y Siria por uno de los sismos más mortíferos en al menos 13 años sigue aumentando.
El último reporte de las autoridades es de 20 mil 700 personas, pero el número seguramente terminará siendo mayor debido a que en algunas zonas afectadas, los equipos ya no están realizando labores de rescate, sino están pasando a trabajos de demolición de los edificios.
Aquí tres razones que explican la destrucción que se registró en las naciones vecinas.
Turquía es un ‘sándwich’ de placas tectónicas
Turquía no es un país que sea ajeno a los temblores. Apenas en enero de 2020, un sismo de magnitud 6.7 mató a 41 personas y dejó heridas a más de mil 600, de acuerdo con datos gubernamentales.
Esto se debe a la ubicación de Turquía en el mapa de las placas tectónicas, que son grandes bloques de roca de miles de kilómetros de longitud que se ‘reparten’ la totalidad de la superficie de la Tierra.
Por ejemplo, una gran parte de México está en la llamada Placa Norteamericana que choca con las de Cocos, del Pacífico y el Caribe. Los lugares donde las placas se rozan se conocen como fallas.
Turquía se encuentra en la llamada Placa de Anatolia, un bloque que se encuentra ‘hecho’ sándwich entre las placas de Eurasia y la Arábiga. Ahora, esa placa había registrado una mayor actividad en su falla norte, mientras que falla del este había estado relativamente ‘tranquila’.
Normativas de construcción
Patricia Martínez-Garzón, sismóloga en el centro de investigación GFZ Postdam, señaló que falla este de Anatolia había estado “inusualmente tranquila en el último siglo”.
¿Por qué esto es importante? Por las normas de construcción. Fatih Bulut, miembro del Instituto de Investigación de Terremotos de la Universidad Boğaziçi de Estambul, explicó a NPR que justo porque esta área había ‘librado’ sismos importantes, es posible que muchos edificios no cumplieran con especificaciones para reducir su vulnerabilidad a movimientos telúricos.
“A veces hay edificios muy antiguas construidos antes de que existieran las reglas”, dijo al NRP.
En el caso de Siria, Kishor Jaiswal, ingeniero estructural del USGS, señaló a AP que la rápida construcción de estructuras y la guerra civil que se vive en la nación pudieron contribuir a la caída de varias estructuras.
El tipo de movimiento de las placas
Otro motivo detrás del poder destructivo del sismo del lunes es el movimiento registrado entre las placas. Estos bloques de roca pueden desplazarse de tres formas:
Covergente: una placa termina ‘encimándose’ en la otra, lo que provoca un surco profundo conocido como trinchera.
Divergente: aquí ocurre todo lo contrario, pues las placas se alejan entre sí lo que provoca, literalmente, que la tierra se abra, dando paso a lava o magma.
Transcurrente: este es el tipo de movimiento que ocurrió en el sismo en Turquía. En este caso, las placas se mueven de lado a lado, pero en sentido contrario. Entre más fuerte sea el sismo, mayor la probabilidad de que se rompan las rocas que se ubican debajo de la superficie, lo que provoca una liberación de presión destructiva.
En el caso turco, las placas que chocaron entre sí fueron la Árabe y la de Anatolia, pero la magnitud del movimiento provocó un rompimiento en la falla de alrededor de 100 kilómetros, afectando a al menos 10 ciudades importantes.
Con información de la BBC, UNAM, NPR y la Sociedad Geológica del Reino Unido