El oso polar (Ursus maritimus), protagonista de campañas publicitarias, es un mamífero sin depredadores naturales, conocido por cazar diversas presas en las aguas cubiertas de hielo del Ártico circumpolar.
Sin embargo, su situación se torna vulnerable, según la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La pérdida de hielo marino debido al cambio climático plantea un riesgo significativo para la población mundial de osos polares, según advierte la UICN.
Además, el Grupo de Especialistas en Osos Polares (PBSG) señala que actividades humanas como la caza, el desarrollo de petróleo y gas, y las operaciones industriales en el Ártico aumentan la exposición a contaminantes y sustancias tóxicas.
En respuesta a estos desafíos, el 27 de febrero se conmemora el Día Internacional del Oso Polar, un evento global destinado a sensibilizar sobre la situación de este carnívoro.
En este contexto, destacamos algunos datos notables sobre este icónico animal
Los osos polares cambian el color de su piel
Los osos polares recién nacidos exhiben una piel rosa y almohadillas de la nariz y patas también rosadas, según Polar Bears International.
A los 3 o 4 meses, al salir de la guarida con la madre, su piel y estas áreas se vuelven negras. Se cree que este cambio favorece la absorción de calor solar, proporcionando ventajas térmicas en el Ártico, y actúa como protección contra la radiación UV.
Aunque no se perciba a simple vista, la piel oscura de los osos polares, que se vuelve negra con el tiempo, está cubierta por dos capas de pelo, según Oceana, una organización internacional de defensa de los océanos.
La capa exterior de pelo, hueca y de casi 15 centímetros, refleja la luz, haciendo que los osos parezcan blancos en las imágenes.
Este fenómeno de cambio de color se extiende también a la lengua y la boca del oso polar.
A pesar de nacer con una lengua rosada, esta se vuelve moteada de negro después de unos meses.
El oso polar es un animal muy grande
Los osos polares, los carnívoros cuadrúpedos más grandes, tienen machos adultos que miden de 2.4 a 2.6 metros y pesan entre 400 y 600 kg, pudiendo llegar a los 800 kg.
Alcanzan su tamaño máximo entre los 8 y 14 años. Las hembras adultas, más pequeñas, miden aproximadamente la mitad y alcanzan su tamaño adulto a los 5-6 años, pesando alrededor de 150 a 250 kg.
Su esperanza de vida promedio es de 25 años para los machos y 30 para las hembras, aunque algunos individuos en cautiverio han vivido más de 40 años.
Con cuerpos fornidos, cuello largo, cabeza pequeña, orejas redondeadas y cola corta, los osos polares tienen en las plantas de los pies pequeñas protuberancias y cavidades que actúan como ventosas para evitar resbalones en el hielo, según el Grupo de la UICN.
El oso polar solo se encuentra en el Ártico
El oso polar, evolucionado hace entre 200,000 y 500,000 años a partir de osos pardos, cuenta con pequeñas protuberancias en las patas que actúan como ventosas para evitar resbalones en el hielo, según el PBSG.
Su distribución está limitada al Ártico, donde caza focas y crías de foca barbuda en el hielo marino. A diferencia de otras especies, nunca ha tenido la oportunidad de llegar a la Antártida.
Adaptado al frío extremo, su densa capa de invierno y gruesa capa de grasa proporcionan protección contra las bajas temperaturas.
Después de nadar, su pelo elimina el agua fácilmente, permitiéndole sacudirse para reducir el frío y secarse rápidamente, según el PBSG.