Un equipo integrado por investigadores de varias universidades de España y Portugal ha revelado detalles sobre la construcción de nidos por grandes carnívoros jurásicos y el impacto de desastres naturales en estos, mediante el análisis del conocido "nido de Paimogo".
Publicado en la revista Geoscience Frontiers, el estudio fue llevado a cabo por un grupo interdisciplinario de la Universidad Nova de Lisboa, bajo la dirección de Lope Ezquerro (UCM) y Miguel Moreno Azanza (UZ) del grupo Aragosaurus-IUCA, en colaboración con las universidades de Aveiro y Zaragoza.
El "nido de Paimogo" consiste en una agrupación de casi un centenar de huevos de dinosaurios terópodos allosauroideos, probablemente de la especie Lourinhanosaurus, algunos de los cuales contienen embriones de dinosaurio terópodo entre los más antiguos conocidos, según un comunicado de la Universidad de Zaragoza.
La investigación buscó determinar si una sola hembra podría haber producido tal cantidad de huevos. Dado el desorden del conjunto y la ausencia de estructuras de nidificación claras, el análisis se abordó desde una perspectiva interdisciplinaria, incluyendo estudios sedimentológicos, paleontológicos, geoquímicos y de paleomagnetismo para entender mejor los procesos de formación de este fósil único.
Los hallazgos paleontológicos y geoquímicos indican que los huevos provienen de al menos dos hembras diferentes, aunque no se pudo establecer si fueron depositados simultáneamente o en temporadas de anidación consecutivas.
Mediante estudios sedimentológicos y paleomagnéticos, se determinó que una inundación causada por un río desbordado arrastró y acumuló los huevos, destruyendo nidos de diferentes orígenes y depositándolos en una zona donde quedaron atrapados en la vegetación, causando la muerte de varias crías aún por nacer, y dando lugar a los fósiles de embriones únicos en el mundo.
El trabajo tiene implicaciones sobre las estrategias de nidificación de los dinosaurios carnívoros allosauroideos, también sugiere que estos anidaban en montículos de tierra o vegetación sobre el suelo, similar a algunas aves y otros terópodos más recientes, en lugar de en cavidades excavadas como otros dinosaurios.
Toma de muestras para la geoquímica. / Foto: Universidade Nova de Lisboa.
Es la primera vez que un equipo tan diverso de expertos colabora para explorar una posible estructura de nidificación, ofreciendo nuevas interpretaciones sobre acumulaciones de huevos de dinosaurio a nivel mundial.
Realizada a lo largo de cuatro años con financiación de la Fundação para a Ciencia e a Tecnologia de Portugal, a través de los proyectos XTalEggs y GeoBIoSauria y la unidad de I+D Geobiotec, la investigación ha sido destacada hasta el punto de ser conmemorada en una moneda de 5 euros.
Los huevos se exhiben en el Museo de Lourinhã, dentro del Parque de los Dinosaurios de Lourinhã, el mayor parque temático sobre fauna extinta de la península ibérica.
Además, en la sede del nuevo Geoparque Oeste, en Bombarral, Portugal, se muestra una exposición dedicada a los resultados de esta investigación, reafirmando que la península ibérica es uno de los sitios más ricos en huevos de dinosaurio del mundo, con yacimientos únicos que se suman a otros importantes hallazgos en Cataluña, Castilla-La Mancha y Aragón.