Un estudio liderado por la ETH de Zúrich ha evidenciado cómo alteraciones en la vegetación han prolongado periodos de calentamiento climático en la historia geológica de la Tierra.
El análisis, que incluyó la colaboración de expertos internacionales en ciencias de la Tierra y el medio ambiente, se centró en cómo la vegetación modula el ciclo del carbono global y regula el clima terrestre.
Mediante modelos geoquímicos que evalúan isótopos en sedimentos, los investigadores exploraron la respuesta de la vegetación ante intensas liberaciones de carbono derivadas de la actividad volcánica.
El estudio analizó tres eventos climáticos significativos, incluyendo el de las Trampas Siberianas, que causó la extinción masiva del Pérmico-Triásico hace 252 millones de años, liberando aproximadamente 40,000 gigatoneladas de carbono.
Según Taras Gerya, profesor de la ETH de Zúrich, la devastación causada por este evento provocó un calentamiento global de entre 5 y 10 °C, lo que resultó en la extinción más severa registrada.
Julian Rogger, autor principal del estudio, añadió que la recuperación vegetal fue lenta, afectando la eficiencia del sistema climático y de regulación del carbono por millones de años.
La investigación también destaca que la velocidad con la que el carbono se reincorpora a la Tierra, a través de procesos como la erosión de minerales de silicato o la generación de carbono orgánico, es clave para mitigar los impactos climáticos.
Además, la adaptación de la vegetación a los cambios de temperatura, ya sea por evolución o migración geográfica, juega un papel fundamental en la estabilización climática.
Loïc Pellissier, profesor de Ecosistemas y Evolución del Paisaje, enfatiza que estamos en una crisis bioclimática global, exacerbada por la rápida liberación de gases de efecto invernadero y la deforestación.
Este estudio actúa como un llamado urgente para que la comunidad global reconozca y actúe sobre el rol vital que juega la vegetación en la regulación del clima.