Hoy marca un aniversario melancólico en el mundo de la música regional mexicana. Se cumplen 17 años desde que el aclamado Valentín Elizalde, conocido cariñosamente como "El Gallo de Oro", nos deleitó con su voz por última vez.

Un 24 de noviembre, pero de 2006, tras una presentación en el palenque de la ExpoFeria de Reynosa, Tamaulipas, el destino de Elizalde tomó un giro trágico. Conocido por éxitos como “Vete ya” y “Cómo me duele”, Elizalde fue víctima de un brutal ataque que le arrebató la vida instantáneamente, sumiendo al género del regional mexicano en una profunda tristeza.

La muerte del "Gallo de Oro" no solo fue una pérdida para sus seguidores, sino que también se convirtió en un tema de controversia y misterio, ya que el crimen sigue sin resolverse. Aquella noche fatídica, además de Elizalde, fallecieron su representante Mario Mendoza y su chofer Reynaldo Ballesteros. Sorprendentemente, su primo ‘Tano’ Elizalde fue el único superviviente, despertando especulaciones y rumores de traición.

Entre las anécdotas que rodean la figura de Elizalde, se cuenta que en su última actuación cantó "A mis enemigos", una canción que alude a Joaquín Guzmán Loera, "El Chapo". La letra, que habla de enfrentar a los enemigos, ha sido vinculada por muchos a su trágico destino, sugiriendo que provocó la ira del grupo criminal Los Zetas.

Valentín, quien nació el 1 de febrero de 1979 en Jitonhueca, Sonora, comenzó su carrera musical en 1998 y logró grabar 11 álbumes de estudio. Su primer disco, 'Amor que Muere', fue el trampolín para su exitosa carrera. Curiosamente, Elizalde se une al "Club de los 27", un grupo de artistas talentosos cuyas vidas terminaron prematuramente a los 27 años.

En las redes sociales, los fanáticos de Elizalde conmemoran su legado compartiendo imágenes y boletos de su última presentación. Su música sigue resonando, su voz aún vibra en los corazones de muchos, y su recuerdo permanece indeleble en el mundo de la música regional mexicana.

En esta fecha, recordamos a Valentín Elizalde no solo por cómo murió, sino por cómo vivió: un artista apasionado, un ícono del regional mexicano, y una voz que, aunque enmudecida, sigue cantando en el alma de sus admiradores. Descansa en paz, "Gallo de Oro".