La sociedad toda es sometida a una publicidad desmesurada que muy aparte de los anuncios en radio y televisión, las mantas, pendones y otras aberraciones, la tenemos que soportar en el mismo equipamiento urbano no obstante las prohibiciones existentes.
Agregue a todo esto la pretensión de algunos partidos y candidatos virtuales de querernos saturar con infinidad de debates entre los pretensiosos al poder. Todos, aunque de antemano saben sus limitaciones, tratan de demostrarnos inútilmente que son dominantes del idioma y desde luego peritos en todas las materias.
Claro está que los defensores a ultranza de estas prácticas que favorecen a la llamada partidocracia, nos dirán una y otra vez que son los costos de la democracia; sí, desde luego y hablando precisamente en plata, es de recordarse que México es el país que más gasta en ello, recursos que bien podrían destinarse a favorecer el progreso y en forma emergente para paliar la pobreza que se padece, como consecuencia de las políticas equivocadas.
Ya es larga la lista y sin embargo nos falta lo más preocupante: usemos los mismos términos. Si preocupante es que el Presidente de la república, que se supone es de todos los mexicanos, se convierta en el dirigente directo de su partido y desde el poder lo favorezca, más aún es que el general secretario de la Defensa Nacional también haya echado su cana al aire en favor de la candidata a la presidencia de la república.
Fueron dos declaraciones a la par de preocupantes del jefe de las fuerzas armadas. Sin embargo la primera, es de reconocerse su valor de aceptar que el Ejército ha cometido errores en la lucha contra el crimen organizado, desde luego a lo que se le ha obligado, puesto que constitucionalmente dicha institución no fue creada para realizar labores policíacas.
La segunda es la grave si tomamos en cuenta que nunca se había abordado el tema; unos días después de que fue candidata y no candidato, como lo habíamos supuesto, el general secretario, en el discurso oficial con motivo de la ceremonia que recuerda La Marcha de la Lealtad, se refirió a la igualdad de género en las filas del poder.
Muy preocupante, que al jefe del Ejército, aparte de ordenarle sacar de los cuarteles a los soldados para labores policiacas, ahora se le quiera convertir en un propagandista más de la política.