Se trata de un un sistema que, según ambas compañías, respetará la privacidad de las personas y sólo servirá para rastrear la propagación del coronavirus. Su incorporación será voluntaria y permitirá a los usuarios compartir datos a través de transmisiones Bluetooth de baja energía (BLE) con las aplicaciones aprobadas por organizaciones de salud en todo el mundo.
El más grande esfuerzo para monitorear en tiempo real la propagación del COVID-19
Tal y como lo explican Apple y Google a través de varios documentos y white papers, esta plataforma se basa en Bluetooth (BLE) que servirá para crear una red voluntaria de rastreo, la cual se mantienen viva usando los datos de los teléfonos que hay alrededor y su distancia entre ellos.
Contact tracing can help slow the spread of COVID-19 and can be done without compromising user privacy. We’re working with @sundarpichai & @Google to help health officials harness Bluetooth technology in a way that also respects transparency & consent. https://t.co/94XlbmaGZV
— Tim Cook (@tim_cook) April 10, 2020
Las aplicaciones oficiales de las autoridades de salud pública podrán tener acceso a todos estos datos, y los usuarios que las descarguen podrán informar si han sido diagnosticado o no con COVID-19. Esto servirá para que el sistema también pueda alertar a las personas en caso de que hayan estado en contacto cercano con una persona infectada.
Esta función llegará en los próximos días a iOS por medio de una actualización de software, y en el caso de Android se podrá descargar de la Play Store. A mediados de mayo, se liberarán las primeras APIs para que las aplicaciones certificadas de salud de varios países puedan tener acceso a estos datos en tiempo real.
To help public health officials slow the spread of #COVID19, Google & @Apple are working on a contact tracing approach designed with strong controls and protections for user privacy. @tim_cook and I are committed to working together on these efforts.https://t.co/T0j88YBcFu
— Sundar Pichai (@sundarpichai) April 10, 2020
Es decir, en un inicio los usuarios tendrán que descargar una aplicación para participar en este rastreo y ayudar a crear la red. En los meses posteriores, cuando se publique la API, las empresas trabajarán en la implementación de esta función de rastreo dentro del sistema operativo, y aparecerá como una opción integrada y voluntaria para todos los que tengan un teléfono iOS o Android.
¿Si acepto participar sabrán quién soy y dónde estoy?
Según Apple y Google esta función es global a modo de estadística y ayuda para los usuarios, ya que, como explican, dicha conexión Bluetooth no rastreará la ubicación física de las personas, sólo se dedicaría a recoger las señales de los teléfonos cercanos en intervalos de cinco minutos, para posteriormente almacenar las conexiones entre ellos en una base de datos. Si una persona resulta positiva para COVID-19, podrá avisarle a la aplicación que ha sido infectada, y las personas cuyos teléfonos pasaron a corta distancia en los días anteriores recibirán una notificación.
Apple y Google hacen hincapié que aquí no se usará GPS ni se accederá a los datos del usuario, sólo serán conexiones de baja energía por medio de Bluetooth.
Dentro del documento también se explica que la red de rastreo contará con una serie de medidas con el fin de evitar que las personas sean identificadas, incluso después de haber compartido sus datos. La aplicación emitirá una clave anónima en lugar de una dirección estática (cómo la misma que se usa en conexión Bluetooth), y estas claves tendrán una vida máxima de 15 minutos para cuidar la privacidad de las personas.
Es decir, si una persona actualiza su su información y dice que está infectada, la aplicación sólo compartirá su clave anónima durante el período específico en el que fueron contagiadas o estuvieron en riesgo de contagiar a alguien más.
Habrá que verlo en la práctica
A pesar de todas las supuestas bondades que muestran Apple y Google, aún surgen dudas acerca de esta implementación, y es que hay que recordar que nunca antes se había hecho algo similar. Por ejemplo, ¿cómo sabrá el sistema que estamos en un edificio junto a un departamento con alguien infectado, pero sin tener contacto con esa persona? O en sitios como el transporte público, si hay algunos infectado todas las personas a su alrededor corren el riesgo de recibir una alerta de posible contagio, aunque hayan estado, por ejemplo, en diferentes vagones del metro.
Otro detalle es el tema de la participación ciudadana, ¿cuántos bajarán la aplicación y activarán la función? ¿Y cuántos actualizarán su estado para decir que están infectados?. Pero peor aún, ¿cuántos tienen teléfonos obsoletos con sistemas operativos que ya no reciben siquiera actualizaciones de seguridad?.
Vamos, la idea en el papel es sumamente buena e interesante, pero aún muchos factores externos por resolver, lo que podría afectar la efectividad de esta iniciativa y los datos que recoge.
Vía Xataka